“A los enemigos,
justicia; a los amigos justicia y gracia cuando quepa esta última”
Benito
Juárez
“La justicia es como las
serpientes, sólo muerde a los descalzos”
Eduardo
Galeano
“Quien muere de hambre, muere
asesinado”
Alberto
Morlacheti
Un pueblo que caminaba desde las áridas mesetas de Arizona y
hasta más allá de lo que hoy es El Salvador, que cuando menos a nivel
lingüístico ya quedó demostrado que tiene raíces similares y que esas raíces
vienen de los pueblos que soportan todo en la parte norte y en el centro de
Asia.
Más bien, un conjunto de pueblos que diseminados en ese
territorio mantenían relaciones comerciales, sociales y políticas; un conjunto
de pueblos cuya estructura socio cultural aun hoy en día y pese a el grado de
invasión que hemos realizado sobre su territorio, sus costumbres, su cultura y
su estructura política, SOBREVIVEN.
Un conjunto de pueblos invadidos por la “civilización”
y sometido por la “ley de dios” (que les cambió una infinidad de símbolos por un
símbolo nuevo, que impuso una creencia en lugar de la riqueza propia de sus
múltiples y variadas creencias) que hoy limita del Bravo al Suchiate porque al
transcurrir del tiempo se entregaron los territorios para “saldar deudas” o para lograr
favores, un país que primero sometido por un grupito de criollos con derecho a
hacer y deshacer en el gobierno, por dos grupos enfrentados entre ellos, con
visiones opuestas y extremas de país y después por una sarta de sátrapas que “iluminados”
por sus logros militares sólo se dedicaron a saquearlo.
Después la etapa de los “administradores” que medio
enderezaron un barco casi a punto de naufragar y lo entregaron bajo condiciones
de sometimiento socio-político, pero con sólidas bases de desarrollo interno y
perspectiva de expansión a lo que conocemos como los “modernizadores” esos que
con políticas neoliberales y globalizadoras nos pusieron a la puerta del primer
mundo. SALUD
Entonces una “adaptación” de discurso pronunciado
por el líder de una minoría norteamericana treinta años antes, cuya frase más
recordada es “veo un México con hambre y sed de justicia” se convierte en una
bandera para mitificar a un personaje y seguir
lucrando con su imagen de “gran transformador” ese discurso válido para una
minoría gringa treinta años antes era válido para el grueso de una población de
un país con mucha mayor historia. SALUD
Ese México de 1994 ya estaba en una condición deplorable por
factores inherentes a sus estructuras de gobierno, por el pésimo trabajo que
ellos habían hecho, por el sistemático debilitamiento de las “instituciones”
que habíamos forjado durante el siglo anterior, por la incapacidad del
fortalecimiento del mercado interno y la “gran visión” para incrustarnos en
los mercados globales, por la mezquindad de ellos que sólo pensaban en
engrandecer su pecunia a costa del resto de los mexicanos.
Después el acabose del desastre con administraciones
desligadas del interés mayoritario, dedicadas a administrar bajo condiciones de
máximo rendimiento, ajenas a los grandes intereses nacionales, desconocedoras e
insensibles de la realidad nacional, es más sin visión de país, pues como: un
administrador sin calificación política, sin roce y sin ideología, podía pensar
en lo que esperaba de México; un pobre burro con cerebro obtuso podía pensar en
otra cosa diferente que su personalísima prosperidad o un alcoholiquín que
acostumbrado y creado en la cultura de la negociación y la ventaja del poder de
la “oposición”
podía ver algo diferente para México.
Hoy con el regreso de “los que si saben como hacerla” con
el resurgimiento del “jefe máximo” y el atrincheramiento de los caciques
locales llamados gobernadores (de todos los partidos políticos) sólo se perfila
a esta tierra como botín.
Sigue estando Hambriento y sediento de justicia, sigue como
hace 20 años con una “esperanza” para pasar del sexto al
cuarto lugar en producción de automóviles; para ser los primeros exportadores
de celulares del mundo; para producir los refrigeradores y lavadoras que se usan
en Estados Unidos.
Seguimos teniendo uno de los más altos niveles de
desnutrición infantil; el sistema de salud está rebasado y resulta absolutamente ineficiente;
nuestras “culturas originarias” son “atractivo turístico”; el sistema educativo
con la “ocurrencia” en forma de reforma postergada, aparte de
aletargamiento genera gran descontento en amplios sectores poblacionales; sus “reformas
estructurales” que aparte de generar inmejorables “oportunidades” de negocio
para sus compinches, serán los que “aceiten” los procesos electorales y generarán
grandes “oportunidades” para las clases políticas “emergentes” (de todos los
partidos políticos) SALUD
Los mexicanos tras cinco siglos de saqueo, seguimos con
hambre, aunque nuestra sed de justicia esta a punto de ser saciada.
SALUD
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