sábado, 14 de febrero de 2015

Reflexiones respecto a desapariciones

Primero contarles tres casos que conozco:
  • Hacia mediados de 2013 una adolecente de 14 años, estudiante de una secundaria de la cabecera municipal del Atizapán de Zaragoza, no regresó a su casa como, unas horas después de la salida de la escuela, la madre se presentó a mi negocio (papelería con internet) para preguntar, me informó que ya había hablado con sus amigos y amigas y que estaba muy preocupada; nos dirigimos al palacio municipal para primero preguntar de algún accidente o detención, obteniendo negativa, fuimos al ministerio público, en donde “nos informaron”: “nombre tienen que pasar 48 horas para que se levante la denuncia, seguro su hija anda con el novio”, tras dos días volvimos al MP y levantó un “reporte de incidencia” y tras 10 días un acta de desaparición, la niña fue encontrada muerta unos 20 días después, sin que hasta el momento haya investigación ministerial alguna y obviamente no hay responsables del caso.
  • En San Luis de la Paz (Guanajuato) hacia finales del mismo 2013 un hombre que había llegado unos 60 días antes a esa localidad, desapareció de ella, sin llevarse sus petenencias (que estaban en un cuarto al fondo de un terreno de talachas) en donde trabajaba; el dueño del negocio decidió “avisar” a la autoridad local del caso; la primera pregunta fue “le robó” y tras un “exhaustivo” pero poco, muy poco eficiente interrogatorio, la “autoridad” se dio por enterada, pero “informando” al denunciante que “como no tiene papeles originales que acrediten la personalidad del desaparecido, pues sólo se levanta un acta de barandilla”, unos 8 meses después se presentó al negocio un policía local para mostrarle al denunciante unas fotografías de un cadáver “que se encontró en una localidad de San Luis Potosí” y “pues como tiene características similares a las que nos describió, pensamos que es él” seguramente el cadáver fue sepultado o vendido o tuvo cualquier destino, sin mayor averiguación.
  • Finalmente ya en marzo-abril de 2014, en Pinos (Zacatecas) un joven de 26 años, padre de familia con mujer y dos hijos, desapareció y tras levantar la denuncia, la investigación concluye: “en entrevista con amigos y conocidos del señor, ellos refieren que al parecer tenía intención de viajar a los Estados Unidos, por lo que suponemos que ese fue su destino final” esa muy profesional investigación que concluye “suponiendo” en lugar de reportar datos concretos, cerró el caso, de un hombre que sigue en calidad de desaparecido para su familia.

Ahora casos más etéreos:
  • Muchas comunidades O’dam se encuentran secuestradas por miembros del crimen organizado, de ellas no sale persona alguna bajo amenaza de matar al resto de los miembros de la familia si lo hace, los niños, niñas y adolecentes (y adolecentas diría el ya famoso burro disfrazado de zorro) son ocupados para la siembra y cosecha de estupefacientes; los y las jóvenes para el embalaje y transporte de los mismos; las mujeres para preparar alimentos y los ancianos para cuidar las cosechas; un trastocamiento de la cultura local, sin que autoridad alguna se atreva a intervenir.
  • Dicen, que en La Montaña guerrerense miembros de las organizaciones criminales reclutan con dinero o por la fuerza a jóvenes para la cosecha y ordeña de la amapola, que hay propiedades en las que se retiene mano de obra contra su voluntad (incluso una de las teorías del destino de algunos de los normalistas desaparecidos en septiembre pasado establece esta teoría como “muy viable”), que en esas zonas, la “autoridad” local es parte del problema.
  • También y a propósito de lo anterior, en algunos municipios del país (unos 800 según cálculos de expertos) las estructuras de administración y procuración de justicia son parte de la criminalidad local y no hacen el trabajo por el que se les paga, sino el que se les ordena por parte de los capos locales.

Bien, con autoridades como las descritas y en el supuesto caso de que se logre la estructuración de un sistema, les pregunto señores consejeros del CEAV: SUSANA THALÍA PEDROZA DE LA LLAVE y JULIO ANTONIO HERNÁNDEZ BARROS, pues según su comunicado “se seguirá trabajando en la integración del Registro Nacional de Víctimas (Renavi)”, cómo garantizarán la adecuada alimentación, mantenimiento resguardo de la información.

Conocer México implica conocer la realidad de México y actuar conforme a esa realidad para que la política pública resultante sea útil a la sociedad no al discurso político.

SALUD

Les recomiendo:

Día internacional de los desaparecidos (ONU)               



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