martes, 14 de mayo de 2013

PRD camino al barranco


Ayer tras la “denuncia” que realizó el PRD contra Rosario Robles, los siempre “bien informados periodistas” Ciro Gómez y Ricardo Alemán, realizaron “conjeturas” muy interesantes respecto de las profundas causas de este acontecimiento, el primero (junto a su patiño Manuel Feregino) decidió que es parte de la guerra que el PRD hace desde siempre a Rosario Robles por instrucciones de Andrés Manuel López Obrador (como si aun hubiera alguien en el PRD que atendiera las órdenes de este) y el segundo (mucho más profunda en sus reflexiones) llegó a la conclusión de que es un asunto de misoginia política, SALUD.

Desde hace tiempo, la “izquierda mexicana” ha estado asociada mediática y sistemáticamente al PRD (surgido hacia finales de los 80, tras las elecciones de 1988 en que el Partido Mexicano Socialista (PMS) “cede” su registro para el surgimiento de lo que los ideólogos del régimen deciden denominar la “izquierda”)

A nivel de historia, eso es apenas lo que se nos presenta, la izquierda en México, es más antigua que el mismo PRI (y su padre el PRM o su abuelo el PNR), el PCM nace hacia finales de la revolución y se mantuvo activo hasta mediados de los 80.

La izquierda en México, es progresista, está alimentada por corrientes filosóficas y sus brazos organizativos u operativos están en las fábricas, en las agrupaciones sindicales, pero muy especialmente en los centros educativos universitarios.

Es alimentadora de las grandes movilizaciones que transformaron este país en las dos décadas previas al 68 y que tras ese simbólico año, lograron equilibrar parte de los procesos políticos nacionales, la izquierda no tuvo registro, tenía militancia y presencia pública, era discursiva y reactiva, pero también propositiva y proactiva.

Tras el 68 la organización social (comunitaria, rural y laboral) fue su principal ámbito de acción, hacia mediados de los 70 surge El movimiento Sindical Revolucionario y el Consejo Sindical (CS) como un grupo alrededor de la revista Punto Critico, conformado principalmente por cuadros participantes del movimiento estudiantil popular del 68, esa fue la fuerza principal para la creación del Sindicato del Personal Académico de la UNAM (SPAUNAM) y es ahí la primera aparición de la señora Robles, que militaba en el Grupo de Izquierda Revolucionaria (GIR) y participó en la creación de la Organización de Izquierda Revolucionaria-Línea de Masas acabando por afiliarse al STUNAM, donde sería uno de los líder de la corriente opuesta a la dirigencia de Evaristo Pérez Arreola y miembro del comité ejecutivo.

Su participación sindical, su matrimonio con Julio Moguel Viveros y su cercanía con históricos líderes como: Ricardo Pascoe, Adolfo Guilly, Pedro Peñaloza, Antonio Santos, Carlos Imaz, Imanol Ordorika y Armando Quintero, la llevaron a participar activamente en el Frente Democrático Nacional (FDN) y fue la carta impuesta a Cuauhtémoc Cárdenas por parte de la izquierda en la integración del PRD como creadora de la cartera de Movimientos Sociales y Secretaria de Organización.

Su nivel de afinidad con Cárdenas Solórzano le permite servir de puente de comunicación entre las posiciones izquierdosas del PRI disidente y de la izquierda histórica, es decir la hace una pieza de transmisión entre los grupos ahí integrados.

Es tan importante para Cárdenas que en el proceso electoral federal (para contender por segunda ocasión a la Presidencia) le “encomienda” las “Brigadas del Sol” (lo que nos puede dar una imagen de lo que ahora son las “brigadas contra el hambre”)

En el proceso electoral federal del 97 (para la Jefatura de Gobierno del DF) se vuelve a encargar de ese mecanismo corporativo de afiliación al PRD y (parece) el éxito fue contundente.

La actividad administrativa y de gestión pública de Robles esta indefectiblemente ligada Cárdenas, no es más que una pieza (bisagra entre las corrientes de la vieja izquierda y el PRI agregado a la izquierda)

Hoy el PRD no representa más a la izquierda mexicana, su dirigencia desde hace muchos años está en manos de Nueva Izquierda que NO representa la vanguardia y no representa incluso a los grupos de priistas que se agregaron a la izquierda hace ya 25 años.  Son beneficiaros de un membrete que no les es propio y que sólo les sirve para sus intereses personales.

Rosario Robles sigue siendo bisagra entre el PRI y la izquierda histórica, pero su capacidad de movilización está acotada por las estructuras burocráticas impuestas, es un “bonito adorno” (como decía Don Salvador Nava) en el aparador peñejo.

Los dueños del PRD saben que el fortalecimiento de la imagen de Robles y su relación con esos minúsculos grupos de la izquierda como Alternativa Democrática Nacional (ADN) conformada en el estado de México (tierra de Peña Nieto) o con Izquierda Democrática Nacional (IDN) o Izquierda Unida (IU) que está integrando Bejarano y Padierna, la colocan en posición de “negociar” para si y para sus allegados lugares en los congresos locales e incluso en presidencias municipales.

Los chuchos (que además han dejado de tener fuerza operativa loca y regional) ven amenazado su control de los órganos de dirección del PRD e intentan renegociar posiciones con las tribus opositoras.

Sin embargo, el camino del PRD parece estar marcado, pues las divisiones a su interior se recrudecen y cada uno de los grupos que lo integran quieren su pedazo de pastel, sin embargo, el pastel no alcanza para repartirse.

SALUD.

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