martes, 10 de marzo de 2015

Desdén por sus electores (mandantes) y la Constitución

CORRUPTOS e IMPUNES

En marzo de 2015, según los Senadores de la República que votaron a favor de que Eduardo Tomás Medina Mora Icaza (primo segundo de un diputado que se dice independiente) fuese ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, no es importante su experiencia en el poder judicial, o resulta intrascendente que conozca un tribunal de justicia y tampoco importa si conoce de derecho constitucional mexicano, lo que verdaderamente importa es que lo propuso (y deseaba que fuese ratificado por ellos) el señor Peña Nieto.

Tampoco tuvo valor alguno que Felipe Alfredo Fuentes Barrera, tuviese más de 20 años de carrera en el Poder Judicial de la Federación hasta ser Magistrado de Circuito o que Horacio Armando Hernández Orozco, contara con casi 30 años de experiencia en ese poder del Estado mexicano y tuviera el mismo cargo que el anteriormente nombrado.

No importó que hubiese 50 mil firmas de esa misma cantidad de mexicanos que demandaban que no se ratificara el nombramiento, es más no importó que desde diversas posiciones de la sociedad ese nombramiento fuera repudiado, ellos, en su calidad de “supremos ejecutores” asumieron que era la mejor opción de la terna y votaron en consecuencia.

Es más no importó que se violara la fracción V del Artículo 95 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos que dice “Haber residido en el país durante los dos años anteriores al día de la designación; y” pues aunque las embajadas son territorio mexicano, no lo es la casa (domicilio) del embajador y tanto en Washington como en Londres, Medina Mora manifestó un domicilio particular diferente al de la embajada de México.

Es decir nada era más importante que la voluntad del supremo mandante, pues dejaron de lado los intereses de la idoneidad de los candidatos para ocupar ese puesto, del interés supremo de los mexicanos que de manera organizada hicimos la solicitud pertinente y hasta la Constitución, para atender la necesidad de Peña Nieto.

Quedando demostrado el desdén que el poder legislativo tiene por las leyes que ellos hacen y que el poder judicial ha dejado de tener por el respeto de la ley que ellos “custodian” al dejar de lado su propia integridad, para plegarse a la voluntad de un obscuro personaje.

Pero lo peor que ha pasado es que se muestra nuevamente la absoluta falta de contrapesos entre poderes de la nación, volvemos al presidencialismo caciquil que parecía olvidado hace ya dos décadas, pues Peña Nieto cobró el favorcito, pidiendo al "personajito" de pacotilla que evite que un poder local realice investigación penal o actos de averiguación contra Peña y todo el gabinete de la impunidad.

Ese desdén mostrado por todos hacia sus mandantes, esa manera tan suya de no hacer lo que nosotros deseamos, es la marca del regreso al pasado.

SALUD

Te recomiendo:




No hay comentarios:

Publicar un comentario