sábado, 22 de octubre de 2016

Que tanto parecido tienen

Hace unos días señalaba un “comentarista” de radio (RED) que Donald Trump contestó como Andrés Manuel López Obrador, respecto de de si respetaría el resultado de las elecciones y a partir de ello en una perorata perpetua e incoherente se lanzó al vacío informativo señalando que eran iguales; la verdad no me sorprendió el asunto pues el tipejo (que significa tipo pendejo, para que no haya equívoco) es antiobradorista declarado.

Esa tarde revisé parte de la prensa nacional esa tarde y volví a la “unanimidad” en la información el siempre solícito Pablo Hiriart (al que calificar sería hasta contradictorio) se atrevió a decir que son iguales y bueno, otros “periodistas” aprovecharon para desbordar su ánimo (desánimo) fóbico contra López Obrador.

Ahora me parecería importante señalar que Andrés nace en una localidad de Macuspana, Tabasco, cuando Donald tenía 13 años y vivía en Nueva York; que el primero es hijo de una pareja de inmigrantes españoles, que se dedicaban al comercio y contaban con un modesto patrimonio y el segundo de un empresario inmobiliario que entonces (1955) contaba una empresa valuada en más de  millones de dólares.

Bueno quizá en que ambos son nietos de inmigrantes, Donald de Friedrich Drumpf (que al adquirir la nacionalidad lo cambia a Trump) y señor Manuel Obrador que llega desde España y nunca adquirió la nacionalidad mexicana así que no cambió el apellido.

Que Donald tuvo cuatro hermanos y Andrés siete; claro que las condiciones de vida de ambos no pueden ser comparables, pues en los 60 cuando Andrés hace su educación básica en Macuspana apenas había una secundaria; mientras que en Donald había concluido ya sus estudios universitarios en la Universidad de Pensilvania y se hacía cargo en 1968 de la empresa de papá, Andrés tiene que migrar a la ciudad de México para realizar estudios en la preparatoria.

Para cuando Andrés se matricula en la UNAM, Donald ya había despojado a la familia de parte de la empresa familiar y había creado una propia; todo de manera “legalbajo los argumentos de legalidad que rigen las estructuras que permiten que unos roben y otros paguen por esos robos, como el caso del señor Enrique Ochoa Reza.

Durante la segunda mitad de la década de los 70, Trump se dedicó a “adquirir” terrenos y construir vivienda que vendió en tres y hasta siete veces su valor de construcción, bajo el amparo de una legislación local que buscaba en bienestar de la población pero hizo ricos a unos cuantos empresarios inmobiliarios, así como aquí hacemos multimillonarios y millones de pobres; logró una fortuna que rebasó los 10 millones de dólares al final de la década.

Mientras Andrés Manuel estaba apoyando la candidatura a la Senaduría de Carlos Pellicer, por el estado de Tabasco y lograba en 1977 un cargo en el INI y con el apoyo de Miguel Luna Cabrera, convenció al entonces gobernador Rovirosa Wade, de la estructuración de un proyecto para el para el desarrollo de las comunidades indígenas locales.

López Obrador se enfrenta a sus “protectores” políticos en 1984 y regresa a la ciudad de México, para integrarse al Instituto Nacional de Protección al Consumidor; mientras Trump presenta un proyecto para el Centro de Convenciones de Nueva York (ya “arreglado” con parte de la estructura de poder local) por un monto de 110 millones de dólares, pero de beneficiario del régimen pasó a apestado, como ciertos personajes en México.

Hacia la parte final de los 80, cuando la efervescencia política nacional estaba en su apogeo y la estructura del partidazo se desquebrajó para dar paso al Frente Democrático nacional (FDN), López Obrador se declara en contra de Salvador Neme Castillo y renuncia al PRI porque se siente traicionado, para en 1989 ser el primer presidente estatal del PRD.

En ese entonces Trump pone más de 100 millones de dólares (que nunca explicó de donde provenían) para la “adquisición” de un negocio de lavado de dinero llamado el Taj Mahal Casino con esa, aumentó su deuda considerablemente, pero como en México logró la protección del régimen local y no pasó nada.

Esa empresa de Trump en 1994 es declarada en “quiebra” y evita pagar un crédito adquirido; mientras que López Obrador, ya había realizado su primera caravana por la democracia (1989) y había creado toda una estructura de bases en Tabasco, con el apoyo de líderes locales y logra la candidatura a la gubernatura para enfrentarse a Roberto Madrazo Pintado (digno representante de la pior parte de las estructuras priistas, un atlacomulcaso cualquiera), esas “elecciones” en las que para ser declarado ganador Madrazo sólo gastó 1.7 veces lo que el candidato Republicano George H.W. Bush había gastado en los comicios de 1992.

Por cierto en esa campaña el señor Donald John Trump (que así se llama) apostó por Henry Ross Perot (que se postuló como independiente)

La historia dice que mientras uno se cobijó en las estructuras del poder, estuvo al amparo de los poderosos y robó hasta hacerse millonario, otro se dedicó a trabajar a favor de un mejor país, querer compararlos hoy casi sería como decir que Carlos Hank y Vicente Fox, son iguales (sólo por que ambos, al amparo del poder hicieron negocio).

Uno es hijo de la impunidad del régimen el oyros del trabajo y como decía alguien que conozco “aun hay clases sociales” sarcasmo.

SALUD

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