miércoles, 14 de enero de 2015

Al margen, pero voy por la Presidencia

Hace algunos años, finales de los 70 y primera parte de los 80, un grupo de jóvenes recién integrados al PAN y con grandes expectativas respecto del sistema político nacional y de la crisis que al interior de ese partido político se vivía, estructuró un grupo denominado primero los solidarios o los solidaristas, que tenía como intención colocarse en puestos de dirección partidista y formar cuadros nuevos que airaran las viejas prácticas internas.

Con esa idea crearon el Instituto de Capacitación de su partido, que se encargaría de esa labor y de propiciar una renovación de la cara del PAN, un generador de cuadros que se preparará para asumir el poder y dejar de ser oposición decía Carlos Castillo (verdadero hacedor de esa idea) y forjador de la figura de Felipe Calderón (ex dirigente juvenil, campeón nacional de oratoria y heredero de la filosofía azul al pertenecer a una familia de panistas)

Los primeros años fueron de búsqueda de alianzas y limpieza interna, de exploración y sondeo, de alianzas con los grupos internos e históricos del panismo; ahí, la figura de Luis H. Álvarez (que ya había sido presidenta nacional de ese partido) fue decisiva.  Ese grupo en diez años se posicionó y logró la dirigencia nacional permaneciendo en ella durante más de una década.

Entonces surge un movimiento conocido como Los Bárbaros del Norte, cuya cabeza visible era Francisco Barrio Terrazas, pero incluía personalidades como Ernesto Ruffo Appel, Rodolfo (El Negro) Eizondo Torres, Fernando Canales Clariond y (una figura obscura como) Adalberto (El Pelón) Rosas.

Esos dos grupos, se enfrentaron a lo que puede conocerse como la estructura tradicionalista o histórica (entonces) del PAN a cuya cabeza se quiso observar entonces al siempre polémico Diego Fernández de Cevallos; aunque las diferencias ideológicas al interior eran de matices, la diferencia sustancial estaba en la estrategia de acción, mientras que Los Bárbaros del Norte se proponían acciones radicales inmediatas; los tradicionalistas manifestaban seguir con acuerdos cupulares (especialmente con las organizaciones patronales) y esperar mejores momentos para lanzarse a la toma del poder.

Así fue como el grupo de “la pureza panista” y el proyecto de Castillo Peraza se posicionó al interior del PAN, llevando hasta las más altas esferas de dirección lo que era entonces sólo un movimiento marginal: El Yunke (así) pues esos guardianes de la ideología más retrógrada nacional colocó en posiciones clave a uno de sus representantes, Felipe Calderón (esposo de Margarita Esther Zavala Gómez del Campo) fue Secretario General y después Presidente del CEN del PAN.

Ella es miembro de una familia de abolengo panista que siempre se ha caracterizado por estar en los márgenes de la estructura, de hecho existe un vínculo muy cercano entre Diego Zavala Pérez (padre de los Zavala Gómez del Campo) y la estructura extremista El Yunke y en 1995 tras el surgimiento del EZLN la “muy respetableMercedes Gómez del Campo Martínez (madre de los mismos Zavala Gómez del Campo) con recursos de las estructuras católico extremistas del PAN y “otras organizaciones” de corte conservador de San Luis Potosí, Guanajuato y Puebla, fundó León XIII (una fundación de corte cristiano) con la clara intención de denostar a (El Tatic) Samuel Ruiz en Chiapas.

Ahora disfrazada de cordero y en alianza con López Dóriga y parte de la estructura corporativa de Televisa, ya inició la campaña para apropiarse de la estructura partidista tras las elecciones de junio próximo.

Hoy las más obscuras y retrógradas fuerzas de la derecha nacional, las más extremistas fracciones de las corporaciones salvajes de este sistema se unen para derrocar, ahora si, de una manera estructurada y organizada a la democracia, debemos impedirlo.

SALUD

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