jueves, 23 de julio de 2015

La educación que merece Oaxaca

En tanto que el Plan Nacional de Desarrollo establece: “se propone transitar hacia una sociedad equitativa e incluyente. Para lograrlo, se plantea generar esquemas de desarrollo comunitario con un mayor grado de participación social” y lo desarrolla de manera somera en el Objetivo 2.2. Transitar hacia una sociedad equitativa e incluyente, que bajo su primera estrategia se propone “Generar esquemas de desarrollo comunitario a través de procesos de participación social

Concatenando esto con lo señalado por el Programa Nacional de Educación “El esfuerzo desplegado para elevar la calidad de la educación en todos los tipos y modalidades debe ir acompañado por principios de equidad y de inclusión. El Estado debe comprometer mayores recursos y esfuerzos donde más se requieren, entendiendo que el carácter compensatorio del quehacer público demanda mayor atención para la población más vulnerable

En tanto que la población de Oaxaca se encuentra entre las más vulnerables del país, vulnerabilidad que se manifiesta por condiciones ancestrales de rezago social, que tienen en la educación uno de sus componentes más visibles; una manifestación viva de los rezagos sociales pero no la única, es más, quizá la educación en Oaxaca es resultado de los otros indicadores sociales y no a la inversa, como se ha tratado de señalar.

Pobreza, desigualdad, sometimiento, carencias alimenticias, insuficiencia de servicios de salud, son rezagos mucho más importantes para la autoridad local; pero dejando de lado todo ello creo que podemos pensar en un modelo educativo que sea capaz de mejorar ese aspecto de la vida pública local.

Quisiera iniciar diciendo que para el ciclo escolar 2012-2013 (último para el que hay
 datos) encontré indicadores muy alentadores respecto de la educación en esta entidad federativa:
INDICADOR
NACIONAL
OAXACA
Tasa Neta de Escolarización Básica (3 a 14 años de edad)
93.9%
96.3%
Tasa Neta de Escolarización Preescolar (3 a 5 años de edad)
70.7%
80.2%
Tasa Neta de Escolarización Primaria (6 a 11 años de edad)
100.3%
101.2%
Tasa Neta de Escolarización Secundaria (12 a 14 años de edad)
82.4%
73.7%
Tasa Neta de Escolarización Media Superior (15 a 17 años de edad)
52.9%
46.4%
Tasa Neta de Escolarización Profesional Técnico (15 a 17 años de edad)
3.9%
2.3%
Tasa Neta de Escolarización Bachillerato (15 a 17 años de edad)
49.0%
44.1%
Según esa información, los niveles de preescolar y primaria están siendo atendidos en proporciones mayores los promedio nacionales y es a partir de la educación media en donde los índices de atención local se rezagan.

Pero revisando los niveles de reprobación y eficiencia terminal de la educación primaria, me encuentro un dato alarmante, pues mientras en promedio en el país la reprobación es de 2.1%, en Oaxaca es del 5.2% es decir 2.5 veces o 150% superior; en cuanto a la eficiencia terminal de ese mismo nivel educativo, en la república es del 96% y en Oaxaca de 91.6%.

En cuanto a la población general de Oaxaca para ese mismo ciclo escolar, el analfabetismo se ubicó en 16.2% (que es 2.7 veces el promedio nacional, ubicado en 6.1% y el más alto de la república mexicana) y el grado de escolaridad de la población oaxaqueña llega a 7.2 grados es decir un año de educación secundaria en promedio (mientras que a nivel nacional se cuenta ya casi con secundaria completa 8.9 grados, siendo el segundo más bajo de México)

Así pues, e esfuerzo realizado por el país para incorporar y mantener a los niños en educación rimaría, durante las décadas de los 60 y 70, lo realizó Oaxaca en la última década y lo logró, pero sus rezagos ahora se muestran en población adulta.

Para lograr el avance al respecto de los niveles de educación primaria y preescolar que se realizó en Oaxaca, requirió de incorporar profesores sin los perfiles establecidos por la normatividad nacional y aunque no tengo cifras totales de los perfiles docentes (pues en Oaxaca sólo fueron “censados” 1,098 de los 50,482 maestros frente a grupo de educación básica que según las Estadísticas Básicas del ciclo escolar 2011-2012 existían) de ese minúsculo universo de profesores censados, el 18.3% no cumple con el nivel de escolaridad requerido por la norma (es decir no son normalistas o superiores) pero aunque es el más alto de la república, no debiera ser alarmante, pues es un hecho que esos maestros (aunque no cumplen con el perfil de estudios) se dedican a atender sus escuelas, a formar a sus educandos y, sobre todo, hacen un verdadero esfuerzo profesional por ser aglutinadores sociales en sus comunidades educativas.

Sin menoscabo de la necesidad de hacer un esfuerzo por lograr que los docentes frente a grupo de educación básica cuenten con un perfil educativo adecuado y tras un verdadero censo de docentes en la entidad, sería importante definir las carencias más apremiantes (en materia académica o metodológica) de ellos y elaborar contenidos específicos para favorecer su aprehensión y aplicación.

Observada la “reforma educativa” desde un ángulo innovador, empezar por la capacitación docente quizá resulte más productivo que empezar por la evaluación; pero para ello son indispensables dos pasos previos: Conocimiento de las capacidades reales de los docentes frente a grupo, y fortalecimiento de las aptitudes de manera focalizada, de manera personalizada.

Hacer un esfuerzo para atender la situación educativa local a partir de una visión integral y con un desinteresado atrevimiento, quizá sea la primera forma de atacar el problema, en Oaxaca, como en muchas regiones de México, los maestros son el principal motor de cambio social, son promotores comunitarios naturales y tienen (sienten) un verdadero interés por un mejor futuro, requieren instrumentos técnicos y condiciones de trabajo adecuadas para hacerlo.

Un gran proceso de actualización docente antes que nada sería un primer paso, pero para ello se requiere un esquema integral que no permita fugas, que llegue hasta la última comunidad o haga que los profesores de ella lleguen hasta los centros de capacitación en las mejores condiciones.

Se trataría de estructurar un programa experimental (quizá en 30 comunidades de unos 5 ó 6 municipios de las zonas más marginadas del estado) en el que se estructure a partir de los contenidos educativos generales y específicos, que se dan a los alumnos una evaluación y se adecúen para hacer del proceso educativo un verdadero motor de mejora social.

Se trataría de demostrar que la educación pertinente es la que ofrece contenidos propios a los niños (con profesores identificados con la comunidad) en lugares dignos y con materiales adecuados, sería como dice el PND de “transitar hacia una sociedad equitativa e incluyente” para ellos, como dice el PNE: “El Estado debe comprometer mayores recursos y esfuerzos donde más se requieren

Una evaluación de los avances de esa acción seguro mostrará que hay otra manera de hacer una “reforma educativa” que la propuesta federal.

La idea principal sería indicar con claridad y precisión que la educación básica puede hacerse bajo condiciones “diferentes” pero de manera mucho más eficiente que la “educación” generalizada e impuesta.

Pero el otro problema, el de las poblaciones adultas hasta ahora marginadas de la educación formal en el estado de Oaxaca también debe ser atacado, primero con procesos de alfabetización y certificación (que por cierto son más barato, eficientes y rápidos) para que mejores padres puedan “impulsar” la educación de sus hijos.

Después sería repensar la educación media (secundaria) en función de una realidad sociodemográfica muy específica del estado, sin tener en este momento datos concretos puedo decir que la educación secundaria en Oaxaca, requiere no sólo de infraestructura y docentes, sino de condiciones socioeconómicas que permitan a los jóvenes acercarse y permanecer en ella.

Quizá un gran programa de becas y estímulos (quizá hasta con la participación de la iniciativa privada) puede ayudar al respecto.

SALUD

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