Se anunció un decreto para deducir las colegiaturas que se realicen a instituciones educativas desde preescolar hasta media superior (incluyendo técnica), en total, la matrícula privada de estos niveles educativos no llega al 10 por ciento del total.
Es decir, en principio el “beneficio” de esta medida se enfoca a ese estrato poblacional, aunque algunos señalarán que una parte (importante) especialmente de educación secundaria y bachillerato corresponde a estatus medios de la población, siempre se puede aludir a la responsabilidad del Estado mexicano, para fortalecer el sistema de educación media básica y superior.
Por ejemplo, en el país, casi el 19 por ciento de la matrícula corresponde al sostenimiento particular (673 mil de casi 3.6 millones de educandos) sin embargo, en Guanajuato la proporción es del doble, es decir el 37 por ciento de la matricula de ese nivel educativo se encuentra en escuelas particulares (resultado de una política educativa tendiente a beneficiar al particular sobre la educación pública, que desde 1990 se introdujo en esa entidad federativa. Por el contrario, en Guerrero sólo el 4.4 por ciento de la matrícula está en escuelas particulares (producto de la pobreza o de la necesidad de trabajar)
Si, esa población que hace 20 años denominábamos el bono poblacional, ahora no encuentra oportunidad de continuar sus estudios, por la imposibilidad de estado mexicano para ofrecerle esa oportunidad, por falta de recursos o por falta de capacidad económica.
Es esa estrato de población de entre 15 y 25 años al que hemos abandonado por sistema, que en diferente forma ha dejado la escuela, ha iniciado una vida en familia bajo situación de pobreza y pérdida de oportunidades, esa población que ahora incrementa la mano de obra informal e ilegal de este país, a la que masacramos (bajo el pretexto de ser narcomenudistas) la que el gobierno panista ha dejado en el abandono y con su guerra pone en mayor riesgo.
Pero bueno, deduzcamos las colegiaturas, financiemos a ese 10 por ciento de la población que puede o se ve obligada) a pagar escuelas privadas, con 13 mil millones de pesos que bien pudieran servir para construir 13 escuelas de nivel medio superior de mil millones de pesos cada una (aunque pueden ser 26 de 500 millones o 52 de 250 millones o 100 de casi 130 millones cada una) en Guerrero, Zacatecas, Oaxaca, Campeche y Tabasco que son las entidades federativas con menor absorción de matrícula o para fortalecer la calidad y con ello mejorar la eficiencia terminal en Tamaulipas (que presenta tasas escandalosas de eficiencia terminal y deserción) o en Sonora (en donde la tasa de deserción es superior al 22 por ciento.
Casualmente (aunque parece ser que las “autoridades” de este país no se han dado cuenta) este fenómeno de abandono se presenta de manera singular además de en Sonora, en Nuevo León, Morelos, Michoacán, Coahuila, Durango y Baja California (podrá decirles algo a esas autoridades).
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