martes, 17 de septiembre de 2013

¿Evaluación es Calidad?

En la vida, el ser vivo se evalúa a diario, es una condición natural, es un proceso inevitable permanente, de hecho, la evaluación de los seres vivos permite la evolución de las especies, al dejar de lado a los seres menos aptos, eso se denomina selección natural o evolución de las especies y es la teoría más aceptada para explicar el desarrollo de los seres vivos.

La evaluación de los procesos productivos, de las actividades humanas, de los actos sociales, permite establecer los mejores caminos para lograr resultados estándares o mejores efectos.  Son microprocesos realizados a diario y de manera sistemática que permiten a una empresa (o a una persona) evitar caer en los mismos errores o evitar en la medida de lo posible reincidir en ellos.

Los humanos de manera permanente nos autoevaluamos y como resultado decidimos uno u otro camino (alternativa) o el tránsito hacia otras opciones.  Ello nos hace mejores seres humanos (o menos malos), para actividades productivas o se servicios, hay además procesos de mejoramiento o actualización que al ser transmitidos permiten mejorar los resultados de esos procesos.

En los procesos educativos la metodología, la actualización de contenidos y los mismos procesos de educación (enseñanza) requieren un permanente mecanismo de actualización y mejoramiento de los educadores y (por lo tanto) de los educandos.  De hecho en las Condiciones Generales de Trabajo (de la SEP) que es un instrumento de 1946 NO hay mención alguna a los procesos señalados, pero es más, el Reglamento de escalafón de los trabajadores al servicio de la Secretaría de Educación Pública de 1973, tampoco se hace referencia a ellos.

Es decir, hasta ese entonces la profesionalización de los maestros era irrelevante, pues la importancia del sistema, la intencionalidad estaba en lograr la cobertura universal en educación primaria.

Es a partir de mediados de la siguiente década cuando se hacen los primeros intentos por establecer un “servicio civil de carrera” sin frutos prácticos, además ya para entonces había otras prioridades en el Sistema Educativo Nacional es decir la descentralización o transferencia de recursos (materiales, humanos y financieros) a las entidades federativas y por lo tanto el intento de Mejoramiento Profesional del Magisterio queda tan sólo en una buena intención sin contenido, sin estructura programática y Carrera Magisterial que inicia operaciones en 1987 nace muerta, pues inmediatamente es coptada por intereses fácticos y por las estructuras sindicales.

Apenas en 1987 el resultado de un diagnóstico sobre la plantilla docente de primaria en seis entidades federativas (incluido el DF) hablaba de gravísimas deficiencias en conocimientos, de inmenso abandono metodológico y de graves carencias en el manejo de técnicas educativas; era en pocas palabras desolador el panorama y NO había mecanismo alguno capaz de proponer un camino para aliviar la situación.

En ese entonces el SNTE propuso un gran programa de igualación docente (claro ellos manejarían los recursos, determinarían los contenidos e incluso administrarían tiempos y cedes de formación) SALUD

La evaluación permanente del magisterio en servicio, quedó relegada desde entonces y hasta la fecha, un cuarto de siglo sin interés por evaluar maestros, con causa justificada como podrá verse más adelante, pues una innovación en educación en México, implica unos cinco años entre el diseño y la implementación final y requiere además componentes internos y externos capaces de dar soporte a la medida.

Lo único que se logró fue la creación de plazas de tiempo completo y ¾ de tiempo, que también fueron a parar a manos de los consentidos del régimen.  Tras el “lanzamiento” de carrera magisterial vino un gran cataclismo sindical y la disgregación que sólo complicó las relaciones laborales y propició que algunos gobiernos estatales aprovecharan el surgimiento de estructuras sindicales paralelas, para “encarecer” su apoyo a la descentralización, mientras que otros aprovecharon para fortalecer sus esquemas de mejoramiento de la calidad, apenas ayer señalaba que Baja California y Nuevo León optaron por el camino de evaluar de manera permanente a sus docentes (incluso dejaron en manos de la comunidad la permanencia del maestro) y otros como Tabasco y Sonora creyeron en la capacidad de los municipios para organizar y decidir en materia de operación educativa.

Los resultados de estos procesos están a la vista, aunque no conozco “evaluaciones” serias respecto de los procesos, puedo asegurar que hoy mantienen estándares educativos por arriba de la media nacional (incluso Tabasco que en 1985 se encontraba entre las entidades federativas con mayores rezagos hoy está muy lejos de esos problemas)

Hay experiencias educativas, en materia de operación, de metodología e incluso de revisión permanente de contenidos que NO se están aprovechando para una verdadera reforma educativa, hay casos de éxito que muestran un camino diferente a la simple evaluación docente dentro de dos años.

No entiendo como una reforma administrativa cuyo único elemento novedoso es la “evaluación” docente y la autogestión administrativa por plantel puede trastocar realmente un sistema anquilosado y carente de capacidad de innovación, considero que evaluar al docente es indispensable, que llevar a ellos herramientas capaces de permitirles desarrollar en mejores condiciones su labor, es una tarea que olvidamos hace años, que propiciar mejores niveles de desempeño a partir de estímulos focalizados, sería una actitud loable que pudiera mejorar resultados en zonas específicas del país.

Señalo que el hecho de que “En algunos casos, la creación de plazas ha tenido desviaciones con respecto al objetivo de cerrar las diferencias existentes en el número de alumnos por maestro, llevando a un exceso de personal en algunas entidades” no es culpa de los contratados y si es constitutivo de delito que habría que perseguir, pero que esas personas contratadas para ser maestros no sean maestros, debiera en estricto apego a derecho ser corregido de una manera clara e inmediata.

Sin embargo, la formación de formadores (maestros de maestros) es una actividad abandonada por el estado mexicano desde hace 30 años, los centros educativos para la formación docente se han cerrado o transformado en tecnológicos (bachilleratos terminales) estatales.

Es decir, hoy no hay capacidad para la actualización docente ni siquiera en 80 grandes centros urbanos, algunos de ellos tan alejados de los verdaderos problemas educativos Montaña de Guerrero, Soconusco, Sierra de Chiapas, las Huastecas y Mixteca de Oaxaca) como a siete horas.

Pues alternativas a la simple evaluación, las hay, ingenio para aplicarlas con una limitada cantidad de recursos debiera haberla.

SALUD


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