En su acepción más básica educar es: desarrollar y perfeccionar las
facultades intelectuales y morales de una persona, entendiendo que se
trata de hacer crecer, aumentar o progresar la capacidad del pensamiento
abstracto del receptor de la educación (educando) a partir de la presentación de
un tema o características de un objeto, por parte del comunicador del proceso
(educador) para que en conjunto educando educador sean capaces de entender la
dinámica del tema o de describir desde su perspectiva el objeto.
Es por lo tanto un proceso dinámico que implica cuando menos
tres aspectos: capacidad de reflexión que lleve a construir conceptos o
desarrollar teorías a partir de datos u observaciones críticas (abstracción) en
contextos no rutinarios.
La filosofía de la educación es la capacidad de hacer de la
educación una disciplina reflexiva, crítica y analítica a partir de procesos
grupales (educando educador) que lleven a avances sistemáticos y permanentes.
Por lo tanto el proceso educativo tiene como fin último que
educandos y educadores comprendan su realidad y a partir de ella, las diversas
realidades nacionales y mundiales (globales como les gusta a los “evaluadores”)
y aunque la evaluación de la educación se hace por resultados, de objetivos de
aprendizaje, por indicadores educativos (ingreso, permanencia y conclusión) por
cobertura y por aprehensión de conocimientos específicos, generalmente no
considera los avances educativos en función de realidades locales, lo hace en
función de estándares internacionales.
México observó durante las décadas que van del 40 al 80 del
siglo pasado) un proceso acelerado de inclusión, una expansión acelerada
(vertiginosamente) de crecimiento en cobertura, ello implicó un ingreso docente
sin perfil (aun hoy existe en el país una gran cantidad de de “instructores”
que atienden a niños de comunidades rurales) bajo condiciones de inducción al
trabajo docente muy precarias y formación pedagógica efímeras o inmediatas,
como decimos de manera popular reactivas y poco estructuradas.
Al margen de ello (pues ya casi todos los así ingresados en
esas décadas están fuera del sistema o en la cárcel)
la formación de docentes desde siempre, pero en particular entre 1960 y 1990
obedeció a intereses políticos (ligados a la oportunidad laboral) mientras que
la asignación de plazas obedecía a intereses políticos (ligados a capacidad de
negociación gubernamental), sólo como ejemplo en 1982 en Guerrero egresaban
unos 1,000 maestros anualmente y se le asignaban unas 200 plazas, mientras que
en Durango o Coahuila egresaban unos 100 maestros anuales y se les asignaban
400 plazas y en Nuevo León egresaban 100 docentes y disponían de 800 plazas anuales.
Así, anualmente cientos y en ocasiones miles de maestros de
entidades federativas productoras de maestros (por causas de pobreza) iban a
dar clases a entidades federativas “ricas” y pujantes y unos años después, los
mismos profesores hacían filas (en las dependencias locales y en las secciones
sindicales) para regresar a sus entidades de origen.
La filosofía de lo local se perdía cuando se desarraigaba al
maestro y no se readquiría cuando se le regresaba, los contenidos educativos
“nacionales” no distinguían y mucho menos igualaban educando de manera nacional
y tampoco lo hacían de manera regional.
Desde hace unos años, la elaboración de contenidos
educativos dejó de ser facultad exclusiva del ejecutivo federal y participan
las autoridades locales, eso genera mayores posibilidades de aprendizajes
pertinentes regionalmente, sin embargo las evaluaciones educativas de los
educandos siguen siendo estandarizadas y por lo tanto niegan esa limitada
riqueza de aprendizajes regionales.
También desde hace algunos años la presión demográfica dejó
de ser un factor de influencia en la distribución de docentes en la república
mexicana, de hecho hoy sobran docentes y SÓLO se contrata a los mejores promedios
de las escuelas normales públicas (y cuando sobran lugares a las de privadas)
Creo (aunque no lo pude localizar en ley) que para dar
clases en el nivel básico de educación cuando menos en preescolar y primaria
deben contar con Normal Básica es decir deben ser maestros normalistas.
Según mis cálculos en
esos niveles educativos (preescolar y primaria) hay unos 700 mil profesores
(personas) laborando y seguramente casi la totalidad deben cumplir con el
perfil educativo señalado y su nivel de reposición anual debe estar entre 20 y
25 mil (muerte, retiro y jubilación) mientras que el egreso de educación normal
es de 25 a 30 mil anuales (aunque la intención de contratarse en escuelas
oficiales siempre es menor.
Hoy, como puede verse, hoy el sistema de educación normal
está equilibrado respecto de la necesidad de nuevos docentes (es capaz de
realizar la reposición y la expansión del sistema) y generar un cambio en la
cifra de egresión implica cuando menos CUATRO años.
La pregunta que surge para la autoridad educativa federal,
para los “eficientes” legisladores y para las autoridades educativas locales
¿de donde vamos a sacar maestros para cubrir los lugares de los que no
acrediten las evaluaciones?
Pues si se pretende contratar para maestros a personas NO
preparadas para realizar esas funciones (a pesar de que pasen los exámenes de
ingreso) lo único que se estará generando será un nuevo desequilibrio como el
que se generó en los años 70 y 80 con “profesores” habilitados para esa función
y una cobertura casi total del sistema de educación primaria, con un nivel de
aprovechamiento muy bajo.
Pero además, al paso de unos años requerirán “formación”
pedagógica y capacitación administrativa para realizar las labores docentes y
cubrir la invivible cantidad de formatitis (formas administrativas) que tienen
que cubrir.
Hoy la filosofía de la educación se ha perdido, además hay
muy pocos profesores capaces de dedicar un tiempo a la preparación de clase y a
la atención personalizada, los contenidos locales en educación básica son casi
inaplicables y no hay trabajo de realimentación docente. Hoy la aprehensión de conocimientos y
repetición de contenidos es prioridad sobre la formación integral y la
imaginación o ingenio, pero lo hacen PROFESORES formados para ello, con cinco
años de estudios ¿qué pasará mañana que lo haga cualquier persona?
SALUD
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