miércoles, 12 de diciembre de 2012

Hacer cambios en educación

Hace años, muchos años escuche a un maestro de la política, de la administración pública y de la filosofía popular decir “la SEP es como un elefante artrítico, por más que su cerebro se esfuerce por dar las instrucciones precisas, sus torpes patas están tan enfermas, que no atinan a seguirlas” (Don Jesús Reyes Heroles) y casi puedo estar de acuerdo con él, ese animal está tan enfermo que ya no tiene remedio y poniéndolo a las manos de un hombresito (así) como el que nombraron su titular, pues ni patras ni palante.


En 2000 yo pensaba que si la “administración” PANdeja deseaba trascender y lograr impactos importantes en la percepción debía hacerlo a través de la educación, tras el nombramiento de Reyes Tamez me convencí del nivel del sr Fox.

Impactar en educación para trascender implica necesariamente más que ocurrencias  pleitos, implica capacidad de gestión (incluyendo al SNTE y a TODOS los actores de ese proceso)

La propuesta “mediática” de una Reforma Educativa, estuvo muy bien para llenar espacios mediáticos, pero adolece de algo importante, de capacidad para realizarse, es de inicio un pliego de buenas intenciones, una carga discursiva y un formato comunicativo, pero no es, un proyecto de trabajo y mucho menos una política de estado.

Carece como señalé de elementos básicos o como dice rayuela hoy "En política, lo que al vapor se hace en el aire perece" y pensar que al vapor se puede cambiar la estructura de a educación es una constante del administrador educativo, recuerdo a González Avelar, Ernesto Zedillo, Miguel Limón, Reyes Tamez, Josefina Vázquez y Lujambio, de todos ellos no se hace uno (aun agregando a Chuayffet)

El SNTE o la CNTE no debían ser vistos como el enemigo, sino como el aliado, el único aliado que puede complementar los procesos.

Ya con Zedillo quedó demostrado que pelear con el sindicato (o con los que este representa) es una muy mala estrategia.

Una propuesta incluyente no deja fuera a una gran cantidad de profesores que con intención  sin ella quedan al margen de esta propuesta de Decreto, una propuesta para hacer cambios en educación no consideraría la posibilidad de responsabilizar a los padres de familia de los gastos de los planteles educativos.

Lograr cambios en educación implica conocer el heterogéneo universo docente que la alimenta diariamente, implica saber que en nuestro país no es lo mismo la ciudad de México que las localidades tsetales de Chiapas y sin embargo, plantea una “evaluación universal” (lo que eso signifique) que iguala al maestro, a la comunidad educativa, a las poblaciones diversas y a México, desconociendo el Artículo 4º constitucional.

Sin intentar ser experto en la materia (aunque algo conozco de ella) debiera pensarse primero en una gran jornada de dignificación del profesor, en una campaña que permitiera a esos maestros hoy están tan ninguneados, sentirse útiles y hacedores del cambio.

No pongamos por delante la formación docente (que es obligación del Estado Mexicano ofrecer) de la dignidad del profesor.

Exijamos al gobierno que cumpla con la tarea igualatoria que le marca la carta magna y después que evalúe lo que quiera, pero primero que se comprometa a generar la condiciones mínimas de equidad para los docentes.

Hoy en el México de los administradores educativos federales sólo existe un país, cuando la realidad señala una multiplicidad de condiciones que hacen diferente a cada comunidad educativa.

Hacer cambios en educación implica conocer, analizar diversos caminos y (muy especialmente) esperar los tiempos para ello, una iniciativa creada al vapor, con ocurrencias de todas partes y dejando al margen una gran cantidad de profesores.

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