El día de hoy en la mañanera del presidente López Obrador el director la CFE
Manuel Bartlett y el director de Energía de la a misma empresa presentaron el esquema que de manera sistemática se usa para saquear a la Comisión Federal de Electricidad.Primero: la ley de 1993 en la Carlos Salinas, para congratularse con sus “socios” comerciales abre de manera inconstitucional, el sector energético, estableció las figuras de: productor independiente, reproductor de autoconsumo y de productor asociado.
Segundo: la mal llamada reforma eléctrica de Enrique Peña Nieto ignoro la regularización de estas figuras en la generación de energía eléctrica es decir las mantuvo agregó en esa categoría los socios de las empresas eléctricas qué se benefician la cadena con el precio de consumo.
En esas llamadas “reformas estructurales”, la CFE fue obligada a adquirir primero la energía eléctrica “limpia” de los productores independientes, ellos tienen garantizada la compra de su producto al precio más alto de producción de la Comisión Federal de Electricidad.
Incluso en ese esquema algunos productores que ni siquiera entregaban la cantidad total del producto establecido en el contrato, la cobran, es decir tienen un contrato por 40 y aunque no los entreguen, se les pagan.
En resumen el productor produce a un promedio de 39 centavos el kilovatio y dado que en el esquema de comercialización la CFE. Cuando se requería respaldo (pues la producción “independiente” era insuficiente o la demanda se incrementa por cuestión natural) tenía que echar a andar plantas de tecnologías obsoletas, y marcaba el precio de adquisición de las energías “limpias” como señaló ya hace casi dos siglos un filoso filósofo metido a economista en su “tasa de ganancia por progreso técnico” por lo que el costo de adquisición resultaba ser incluso superior al costo de venta para las familias con subsidio que es de 3.1 pesos por kilovatio.
Tercero: una gran cantidad de
empresas se asociaban los grandes productores de energías limpias para obtener
beneficio en el precio del consumo final de energía eléctrica, en estos casos
como ya se dijo, estaban: Oxxo, Walmart y Bimbo (hoy se nos comunicó que
también Kimberly Clark del ya de por si poco querido Claudio X) pero no fueron las únicas, había otras muchas.
Así pues la CFE compraba energía cara en el punto de producción, la almacena, la traslada, la distribuye y propicia los mecanismos de respaldos para cuándo los productores de energía “limpia” no sean capaces de generarla y, la entrega al consumidor, llamado “productor asociado” a la mitad e incluso a una tercera parte de lo que pagó por ella 1.2 pesos por kilovatio hora.
Cuarto: esas empresas productoras de energía eléctrica limpia fueron “financiadas” (en ocasiones fondeados de cero) por la banca de desarrollo o con recursos de las afores.
Las noticias que seguro los medios no entendieron:
Primero: la energía eléctrica más barata es la hidráulica (31 centavos por kilovatio), la más cara la eólica (1.52 pesos por kilovatio) ya incluido el costo fijo (inversión)
Segunda: ya se está construyendo infraestructura
(gasoductos) para conectar a las penínsulas.
Tercero: anunció López Obrador que se renovarán las turbinas de las plantas hidroeléctricas (abandonadas desde hace más de 50 años)
En el libre mercado, las distorsiones del mercado por la intervención del Estado generan “inconvenientes” a las empresas, pero en este esquema, la participación del Estado: para garantizar que haya energía eléctrica para 41 millones de usuarios (pues los productores independientes no tienen capacidad de asegurarla); para garantizar la adquisición de TODA la energía producida por los productores independientes a un precio muy superior a su costo; para el almacenamiento y la transmisión de esa energía y la entrega en condiciones muy desfavorables para la CFE a los “asociados” no les causa inconveniente, pues a los mexicanos nos cuesta 471 mil millones de pesos anuales.
SALUD