jueves, 21 de septiembre de 2017

Los mexicanos queremos hacer otro sacrificio

Desde el mismo día del sismo de 8.2 grados registrado el pasado 7 de septiembre, surgió el reclamo a los partidos políticos nacionales de que donaran parte de sus participaciones presupuestales o prerrogativas, provenientes de financiamiento público (es decir de nuestro dinero) que para ellos son como parte de las prebendas que se han ganado por su “vriyante lavor” (así) en favor de México y los mexicanos.

Desde entonces los “líderes” de esas estructuras partidistas hicieron mutis, no opinaron al respecto y lo más que atinaban a decir es “eso no se puede” “eso es contra la ley”, sin embargo, cuando López Obrador propuso de manera formal al Consejo Nacional de Morena donar parte del financiamiento público de ese partido a la reconstrucción nacional, apareció Marco Antonio Baños (uno de esos dignísimos Consejeros Electorales (que reciben otras grandes prebendas, como sueldo y otras prestaciones) indicó que eso era ilegal, que “las prebendas (llamadas prerrogativas) entregadas a los partidos no pueden ser destinadas a otra cosa que lo señalado en la ley

Amparados en la ley que nunca se cumple, en la ley que todos los partidos políticos violan y luego son “castigados” con una multa que es reducida de esas mismas prebendas.

A partir del terremoto del 19 de septiembre (fatídica fecha) ya aquellos lideruchos se pronunsiaron (así) a favor de “analizar la posibilidad” de donar parte de esas cuantiosas sumas que les entregamos nosotros a través del INE.

En mi muy limitada percepción, lo que ahora buscan es un golpe mediático para “salvar parte de sus prebendas” pero en mi opinión, creo que si ya los mexicanos pagamos los departamentos de esos líderes en el extranjero; la casita blanca del señor presidente (un error que nunca se convirtió en delito); dos mil millones de pesos en una carretera que no sirvió; más de 100 mil millones que el señor Duarte se llevó de programas de salud y educación; ya nos sacrificamos pagando los “salarios y prestaciones” de esos consejeros, de jueces y magistrados, de inútiles administradores y de una estructura burocrática en el INE.  Podemos hacer otro sacrificio al dejar de tener campañas políticas y entregar todo el recurso a un organismo internacional que se encargue de su administración para la reconstrucción nacional.

Pues capas que a nuestros siempre solícitos legisladores se les ocurre que parte de esos recursos se destinen a esa actividad, siempre y cuando sean los partidos o hasta el mismo INE quien los administre, pues el “negocio es el negocio” (o como ellos dicen “business is business”)

Esos “legisladores” que hacen leyes para no cumplirse y adecuan las mismas para su beneficio, son capaces de decidir que el INE se convierta en el Instituto Nacional de Reconstrucción Nacional y hasta proponer que todos los partidos políticos agreguen a sus siglas IAR (instituto de apoyo a la reconstrucción)

Son tan ingeniosos que también se les puede ocurrir desaparecer del calendario nacional el 19 de septiembre (para evitar que tiemble)

SALUD

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