Llegó el día, la apertura de
propuestas para la primera licitación, la licitación de exploración en aguas
someras, que definió 14 áreas y consideró la posibilidad de una inversión
directa total de más de 16 mil millones de dólares, aunque de manera realista
habían fijado la meta en unos 6 mil 500 millones (38% de eficiencia en el proceso
licitatorio) y Juan Carlos Zepeda, presidente
de la Comisión Nacional de Hidrocarburos, dijo literalmente que habían
calculado entre 30 y 50 por ciento.
Según el Acta
del proceso, llegaron nueve licitantes (en realidad nueve representantes
legales de los licitantes) aunque más de 20 empresas o consorcios habían pagado
las bases de licitación, sólo siete de ellas llevaron propuesta alguna, las
empresas Atlantic Rim México y Cobait Energía de México, sólo hicieron
presencia sin propuesta.
Al respecto de este primer
punto el señor David Penchyna
(senador de la república por Hidalgo y según dicen muy cercano al grupito de
poder) y que es presidente de la Comisión de Energía del Senado, en varios
espacios de radio repitió hasta el cansancio que él llegó desde las 8 de la
mañana y ya estaban ahí: Exxon, Chevron y Shell, que “fueron a la
tran: parencia del proceso ” lo que también según él y hasta Peña Nieto “fue
un verdadero avance”
Sin embargo, los “gigantes”
de la industria petrolera mundial simplemente “decidieron no participar en esta
primera ronda” pero “certificaron que todo se hiciera conforme a
los estándares de transparencia y legalidad” lo que para el gobierno y
el señor Penchyna parece ser un gran
avance, pues acostumbrados como estamos a la ilegalidad y opacidad, hacerlo
bien es algo diferente.
Cinco de esas empresas que
presentaron propuestas lo hicieron para el Área contractual 7 (frente a las
costas de Veracruz en la colindancia con Tabasco) frente a la Laguna de la
Machona y en un área muy cercana a los desarrollos de Cooatzacoalcos y Paraiso
(zonas de productividad media y probada desde hace medio siglo) fueron: Statoil
E&P México; Eni International B.V., en consorcio con Casa Exploration;
Sierra Oil & Gas, en consorcio con Talos Energy y Premier Oil; Hunt
Overseas Oil Company, y; E & P Hidrocarburos y Servicios, en consorcio con
Pan American Energy.
Esa fue pus el área más
peleada, un área probada y con capacidad de producción; la propuesta de la
última empresa fue desechada y las otras cuatro tras la evaluación fue “adjudicada”
a Sierra Oil & Gas, en consorcio con Talos Energy y Premier Oil; también le
fue adjudicada el Área 2 en la que además de su propuesta se presentó la de Hunt
Overseas Oil Company.
De las restantes 12 áreas licitadas
en la 3 y 4 Murpy Worldwide, en consorcio con Petronas Carigali International,
realizó propuesta que fue desechada por encontrarse debajo de las expectativas del
gobierno; la 6 y 12 fueron pujadas por ONGC Videsh Limited y también se quedaron
por debajo de los límites establecidos, por lo que fueron desechadas.
Las áreas 5, 8, 9, 10, 11,
13 y 14 (en total el 50% de las licitadas) no tuvieron propuesta alguna, lo que
ya en sí es un fracaso del Comité Licitatorio pues la mitad de las áreas
licitadas en este proceso, no fueron de interés alguno para las empresas o
consorcios participantes.
Aquí es importante señalar
que las áreas 11, 12, 13 y 14 están en la zona de influencia de la zonda de
Campeche y que según los expertos, se consideraban “con una alta susceptibilidad de
ser adjudicados” y sólo para la 12 hubo propuesta.
Tras el proceso, tanto Juan Carlos Zepeda, presidente de la
Comisión Nacional de Hidrocarburos, como el señor Pedro Joaquín Coldwell, secretario de Energía; salieron a decir que
aunque no se cumplieron las metas, se avanzó y se aprendió; mientras la SHCP a
través del subsecretario de Ingresos, Miguel
Messmacher, se comprometió a “revisar” los criterios mínimos.
Sin importar si los
criterios como dijo el señor Messmacher,
están alto y haciendo a un lado lo señalado tanto por Joaquín Coldwell, como por Zepeda,
en el sentido de que se salvaguardó el interés soberano de México por encima
del interés económico, hubo un error (o varios) en esta licitación.
Pero lo que parece ser
nuevamente un claro caso de corrupción (pese a la transparencia tan cacareada)
es que la empresa Sierra Oil & Gas (en realidad un grupo financiero) se creó
a principios de 2014 y en ese año realizó los “acuerdos” de asociación
con Talos Energy LLC (estadounidense) y con Premier Oil PLC (inglesa) que u8no
de los socios (mayoritario) es Hipólito
Gerard Rivero (hermano de Ana Paula Gerard,
actual esposa de Carlos Salinas)
El mismo personaje que había
sido parte de la estructura del consorcio ganador de la licitación del monorriel
para el tren a Querétaro, según parece muy cercano o parte de los cotos de impunidad
de Grupo HIGA y Armando Hinojosa Cantú,
que ya quedó demostrado es uno de los mayores beneficiarios de la obra pública
federal.
Esa “extraña” asociación se
convierte ahora en beneficiaria de la primera licitación “transparente” resultado
de la reforma energética, beneficiando directamente al cuñado de Salinas.
Así además de la incapacidad
para establecer niveles realistas de ingresos para el Estado mexicano, de la
incapacidad para “convencer” a empresarios y consorcios para participar, se suma
la imposibilidad de realizar un proceso transparente como dijeron.
Y la peor parte es que los
primeros ingresos de esta licitación estarán llegando a las arcas del país
hacia 2020, si es que el consorcio del señor Gerard logra encontrar y explotar petróleo ahí y luego cumplir con
los términos de la licitación, pues total para entonces seguramente ni nos
acordaremos de esta transita.
SALUD
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