jueves, 16 de julio de 2015

Salinas ganador de la ronda uno

Llegó el día, la apertura de propuestas para la primera licitación, la licitación de exploración en aguas someras, que definió 14 áreas y consideró la posibilidad de una inversión directa total de más de 16 mil millones de dólares, aunque de manera realista habían fijado la meta en unos 6 mil 500 millones (38% de eficiencia en el proceso licitatorio) y Juan Carlos Zepeda, presidente de la Comisión Nacional de Hidrocarburos, dijo literalmente que habían calculado entre 30 y 50 por ciento.

Según el Acta del proceso, llegaron nueve licitantes (en realidad nueve representantes legales de los licitantes) aunque más de 20 empresas o consorcios habían pagado las bases de licitación, sólo siete de ellas llevaron propuesta alguna, las empresas Atlantic Rim México y Cobait Energía de México, sólo hicieron presencia sin propuesta.

Al respecto de este primer punto el señor David Penchyna (senador de la república por Hidalgo y según dicen muy cercano al grupito de poder) y que es presidente de la Comisión de Energía del Senado, en varios espacios de radio repitió hasta el cansancio que él llegó desde las 8 de la mañana y ya estaban ahí: Exxon, Chevron y Shell, que “fueron a la tran: parencia del proceso” lo que también según él y hasta Peña Nieto “fue un verdadero avance

Sin embargo, los “gigantes” de la industria petrolera mundial simplemente “decidieron no participar en esta primera ronda” pero “certificaron que todo se hiciera conforme a los estándares de transparencia y legalidad” lo que para el gobierno y el señor Penchyna parece ser un gran avance, pues acostumbrados como estamos a la ilegalidad y opacidad, hacerlo bien es algo diferente.

Cinco de esas empresas que presentaron propuestas lo hicieron para el Área contractual 7 (frente a las costas de Veracruz en la colindancia con Tabasco) frente a la Laguna de la Machona y en un área muy cercana a los desarrollos de Cooatzacoalcos y Paraiso (zonas de productividad media y probada desde hace medio siglo) fueron: Statoil E&P México; Eni International B.V., en consorcio con Casa Exploration; Sierra Oil & Gas, en consorcio con Talos Energy y Premier Oil; Hunt Overseas Oil Company, y; E & P Hidrocarburos y Servicios, en consorcio con Pan American Energy.

Esa fue pus el área más peleada, un área probada y con capacidad de producción; la propuesta de la última empresa fue desechada y las otras cuatro tras la evaluación fue “adjudicada” a Sierra Oil & Gas, en consorcio con Talos Energy y Premier Oil; también le fue adjudicada el Área 2 en la que además de su propuesta se presentó la de Hunt Overseas Oil Company.

De las restantes 12 áreas licitadas en la 3 y 4 Murpy Worldwide, en consorcio con Petronas Carigali International, realizó propuesta que fue desechada por encontrarse debajo de las expectativas del gobierno; la 6 y 12 fueron pujadas por ONGC Videsh Limited y también se quedaron por debajo de los límites establecidos, por lo que fueron desechadas.

Las áreas 5, 8, 9, 10, 11, 13 y 14 (en total el 50% de las licitadas) no tuvieron propuesta alguna, lo que ya en sí es un fracaso del Comité Licitatorio pues la mitad de las áreas licitadas en este proceso, no fueron de interés alguno para las empresas o consorcios participantes.

Aquí es importante señalar que las áreas 11, 12, 13 y 14 están en la zona de influencia de la zonda de Campeche y que según los expertos, se consideraban “con una alta susceptibilidad de ser adjudicados” y sólo para la 12 hubo propuesta.

Tras el proceso, tanto Juan Carlos Zepeda, presidente de la Comisión Nacional de Hidrocarburos, como el señor Pedro Joaquín Coldwell, secretario de Energía; salieron a decir que aunque no se cumplieron las metas, se avanzó y se aprendió; mientras la SHCP a través del subsecretario de Ingresos, Miguel Messmacher, se comprometió a “revisar” los criterios mínimos.

Sin importar si los criterios como dijo el señor Messmacher, están alto y haciendo a un lado lo señalado tanto por Joaquín Coldwell, como por Zepeda, en el sentido de que se salvaguardó el interés soberano de México por encima del interés económico, hubo un error (o varios) en esta licitación.

Pero lo que parece ser nuevamente un claro caso de corrupción (pese a la transparencia tan cacareada) es que la empresa Sierra Oil & Gas (en realidad un grupo financiero) se creó a principios de 2014 y en ese año realizó los “acuerdos” de asociación con Talos Energy LLC (estadounidense) y con Premier Oil PLC (inglesa) que u8no de los socios (mayoritario) es Hipólito Gerard Rivero (hermano de Ana Paula Gerard, actual esposa de Carlos Salinas)

El mismo personaje que había sido parte de la estructura del consorcio ganador de la licitación del monorriel para el tren a Querétaro, según parece muy cercano o parte de los cotos de impunidad de Grupo HIGA y Armando Hinojosa Cantú, que ya quedó demostrado es uno de los mayores beneficiarios de la obra pública federal.

Esa “extraña” asociación se convierte ahora en beneficiaria de la primera licitación “transparente” resultado de la reforma energética, beneficiando directamente al cuñado de Salinas.

Así además de la incapacidad para establecer niveles realistas de ingresos para el Estado mexicano, de la incapacidad para “convencer” a empresarios y consorcios para participar, se suma la imposibilidad de realizar un proceso transparente como dijeron.

Y la peor parte es que los primeros ingresos de esta licitación estarán llegando a las arcas del país hacia 2020, si es que el consorcio del señor Gerard logra encontrar y explotar petróleo ahí y luego cumplir con los términos de la licitación, pues total para entonces seguramente ni nos acordaremos de esta transita.

SALUD

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