Hoy las notas de carácter internacional ubican en un lugar de
relevancia la “renuncia” del cardenal británico Keith O'Brien, arzobispos de Edimburgo (único representante de la
iglesia católica británica en el cónclave para la elección del nuevo papa) y
con él se fue la “esperanza”, aunque El Vaticano señala que es por cuestión de
edad, se sabe que los escándalos sexuales en que está envuelto, le hicieron el
camino difícil.
Allá por la segunda mitad de la década de los 80 la CTM (o
más bien Fidel Velázquez) tenía un “asesor” para asuntos internacionales al que
se le conocía como “el inglesito” (no entiendo por qué, pues era muy moreno de
apenas un metro con 55 centímetros y medio hablaba español (su lengua materna
era mixe de la costa)
El inglesito de Don Fidel expresaba de manera muy torpe y
limitada sus ideas (quizá resultado de la ingesta excesiva de alcohol durante todo
el día), pero (además) esa manera de beber lo hacían inventar historias, que
eran capaces de estremecer a cualquiera que las escuchara, su imaginación unía
personajes antagónicos (en la lucha de poder) y separaba amantes ancestrales
por la misma causa.
En realidad era un buen cuentista, aunque muy poco confiable en cuanto a información, en uno de sus “informes” relacionaba a Joaquín Vargas con Jongitud
apoyando la candidatura de Bartlett
para el proceso electoral de 1988 y se atrevía a indicar datos de
financiamiento y “acuerdos” para hacer de la empresa MVS comunicaciones la
tercera cadena nacional de televisión (en ese entonces su mayor negocio era la
reproducción de videos caseros en formato betamax)
Era tan poco creíble su historia que ese inglesito también
se fue.
Ayer la CTM realizó la 134 Asamblea Nacional Ordinaria de
esa central obrera y parece que regresamos al México de los ochenta, en que
con porras y fanfarrias se “demostraba” al presidente la unidad de la clase
trabajadora a favor de “gran gobierno”
No se cual asesorcito ahora haya recomendado a la CTM (Gamboa Pascoe) y a la Presidencia (Peña Nieto) pero seguro se tendrá que
ir también. No hay manera de mantener
una relación de complicidad, sin aceite que mueva la maquinaria y no hay
marmaja capaz de lograr que el discurso opiáceo de Gamboa se traduzca en
realidad.
La capacidad de aglutinar a “los trabajadores” de México en
un gran proyecto nacional, quedó en el recuerdo de los años ochenta, dejo de
ser realizable y creíble, por los tanto como los cuentos del el inglesito, parecen irrealizables.
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Salud.
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