domingo, 11 de diciembre de 2016

Un “intachable” candidato

Hoy en México, según la opinión de los mexicanos, dos cosas son (o parecen ser) absolutamente ciertas:
  • La aprobación del “presidente” es de una cuarta parte de la población y si se quita la aprobación de los partidarios panistas no llega ni a una quinta parte de la población.
  • El PRI, se colocaría en tercer lugar en el proceso electoral federal 2018 (sea cual sea su candidato)
Las cuatro encuestadoras electorales (que dicen ser científicas y “muy” respetables) [Mitofsky. Buendía, GEA y Berumen] lo señalan, lo indican, lo manifiestan, lo publican y lo presentan a sus “distinguidos clientes”, entre el 2 y el 5 de diciembre (tras el muy atractivo “mensaje” presidencial que hizo vibrar a los mexicanos) esta última empresa (a petición de Presidencia de la República) levantó una encuesta en hogares para medir primero el nivel de “aprobación” de Peña y después las preferencias partidistas de la población; los resultados fueron presentados (de manera preliminar) el día 9 y las sorpresas son verdaderamente mayúsculas, Peña tiene una “aprobación” del 26% de la población y de apenas 19% entre la población que no simpatiza por el PRI; ese partido político en cualquier escenario posible estaría colocado como tercera fuerza electoral federal en el 2018.

Aunque según me dicen uno de esos “asesores” que ahora pululan en la Presidencia al ver los resultados y observar un 27% de “no respuesta” en cuanto a la calificación de Peña, dijo algo así como: “son personas que les da pena aceptar que las cosas están mejorando” para rematar señalando “con ello la aprobación gubernamental es de más del 50%”, yo le puedo asegurar a tan “solícito” personaje que muy probablemente más de la mitad de los que no respondieron son personas anti sistema que ni creen en las encuestas ni aceptan los “logros” de Peña.

Un análisis desapasionado de la “administración” federal actual muestra además de desencanto por los “avances” una gran molestia con los inmensos niveles de corrupción, impunidad y contubernio que hay en las “altas” esferas del poder (de los tres poderes y de los tres ámbitos, aunque no alcancen a distinguir), los mexicanos hoy ni creen en las “instituciones”, ni creen en las promesas, ni creen en los políticos.

Hace apenas un mes el muy respetable señor Ochoa, que cobra mucho dinero (y se roba otro más) en el PRI dijo que en 2018 el PRI “perfilará a un militante priista de prestigio, honestidad y popularidad” (pues lo irán a traer de otro planeta digo yo), de hecho desde hace un poco más de tres meses se ha intentado colocar a “distinguidos” priistas como Enrique de la Madrid (hijo de un ex presidente muy mal calificado); Claudia Ruiz Massieu (sobrina del innombrable y harto muy corrupta) y MikelArriola Peñalosa (del que mejor ni hablo); en la última encuesta de Zaragoza y Campuzano se coloca a José Narro (ex UNAM y ahora Salud) como una carta; en fin están tan emburujados en el PRI que ya en algunos espacios de su “dirigencia nacional” hay quienes apuestan a una alianza con el PAN siendo el candidato José Antonio Meade.

Es tanta su desesperación que hay algunos priistas que hasta han “pensado” en una gran alianza de todas las fuerzas políticas contra Morena y López Obrador.

Ahora recuerdo a César Camacho que en el proceso electoral federal de 2015 habló de candidatos intachables y pues sus tachas (en el buen sentido) son tan inconmensurables que no pueden andar por la calle sin que el pueblo se los reclame.

También me acordé de Reyes Heroles cuando previo al proceso electoral de 1976 dijo que se requería: “un hombre que pensara en México y no un priista que velara por los intereses del partido

Ni intachables, ni honestos, ni prestigiosos, es más ni hombres (en el más amplio sentido de la palabra) quedan hoy en ese partido.

SALUD

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