sábado, 18 de enero de 2020

A ver quien escupe primero


La oposición, ante la imposibilidad de detonar temas como parte de la agenda nacional, parece haber desaparecido, aunque una senadora (creo) pariente de la ex primera dama y suspirante a obtener una franquicia partidista para contender y seguir lucrado y el presidente de Acción Nacional parecen no desistir en su esfuerzo (muy loable aunque poco efectivo), pues la cobertura mediática de la conferencia mañanera fija la agenda, define los temas de conversación, establece los tópicos de la agenda nacional; resulta difícil colocar un tema diferente en el imaginario popular.

Para los opositores ha resultado muy complicado generar un discurso alterno, no han cohesionado o hilvanado temas (medianamente creíbles) que trasciendan la frontera de redes sociales.

Las o los comunicadores (que no periodistas) allegados a ese grupo opositor (por convicción o conveniencia) han ido mermando, ya sea en la virulencia de sus comentarios e incluso en la presencia misma.

En algunos corrillos (de esos de intelectualoides medios y muy viejos) hay opiniones encontradas respecto de lo bien o lo mal de la administración lopezobradorista, pero en general (incluso entre los derechosos) se considera que la distancia entre el discurso de López Obrador y la realidad es poca y que aun y cuando sesga (a su favor) la información, comunica con claridad y orienta (predispone) a la opinión favorable.

Así pues, los contrapesos son cada vez menores y hay poca capacidad de aglutinamiento en torno a ideas de comunicación concreta, eso ha impedido que los temas propuestos por personajes, partidos u organizaciones (de esas que se denominaban de la sociedad civil, pero vivían del erario público) brinquen a medios tradicionales.

Incluso haciendo un recuento de los comunicólogos y medios que aun mantienes una actitud beligerante contra el presidente, puede asegurar que han disminuido en número, frecuencia y virulencia.

Tampoco hay actores políticos filiales a la administración de López Obrador que despunten, que brillen con su propia luz, que se distingan de la masa, que tengan temas propios, que hablen por ellos y para sus intereses, no observo un secretario de estado opinando sobre temas (propios o ajenos a su cartera) de manera independiente, no veo un legislador con una agenda propia desplazándose por los medios de comunicación para posicionarla, no observo estructuras altas de los partidos políticos que conformaron la coalición “juntos haremos historia” generando corrientes de opinión en favor de algún tema preciso.

Así, la desaparición de esos personajes del escenario mediático, permite que aparezcan nuevos “actores políticos”, que grupos de opinión intenten picar piedra, así desde hace ya tres meses (quizá cuatro) un grupito de “periodistas” (que seguro reciben línea) y “opinólogos” (que sólo comunican lo que les dicen que comunicar) iniciaron con la “idea” de cambios en el gabinete.

Desde el dignísimo López Dóriga (directamente o a través de sus patiños como Fonseca, Garfias y Campos) hasta un desconocido como Enrique Aranda, pasando por “odiadores” como Hiriart, Alemán, Yuriria y Pascal; iniciaron a principio de diciembre una serie de artículos “anunciado” la salida (y por tanto llegada) de personajes en el gabinete.
Hace unos días el señor Ramos (que dice ser muy reconocido en el mundo) increpó a López Obrador al decirle: “y porque no cambia a su gabinete de seguridad que no le ha dado buenos resultados” resultando que ahora ese personaje evalúa y define cuales son buenos y cuáles no. Hoy parece un nuevo entretenimiento periodístico el comunicar sus intenciones (decía un viejo maestro comunicación aspiracional) o las de sus verdaderos patrones respecto del gabinete administrativo que es facultad exclusiva del titular del Poder Ejecutivo.

En respuesta (jocosa pero certera) Obrador respondió: "eso si calienta" y yo agregaría "a ver quien escupe primero"

En cuanto a seguridad, sólo para que el “señorJorge Ramos se entere, desde el principio López Obrador estableció que no se trataba de atacar al fuego con más fuego, que la estrategia de seguridad estaba sustentada en atender a las causas de la misma y no se trata de matar moscas a escobazos en una cristalería, como lo hizo el borrachín de Felipe caldeRon, tampoco se trata de ponerse de acuerdo con alguna de las estructuras criminales (como lo hemos hecho durante uno 20 años)

En general un año de ejercicio administrativo, sorteado con dificultades pero sin contratiempo, un año de cambio (para los que lo quieren y no lo quieren) que alienta la esperanza.

SALUD

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