Además la segunda
connotación de confabular viene de fábula y este block se dedica a eculubrar
considero importante a partir del mensaje de una de mis seguidoras aclarar que
verdaderamente el régimen político (como deja claro Anabel Hernández en Los
Señores del Narco) pasó de una etapa de separación de actividades (gobierno y
delincuencia) a una de complicidades y entreveraje entre ambas actividades.
Ahora no
sabemos quien es superior o quien depende de quién, los capos (en su más amplia
acepción) se han instalado en las actividades gubernamentales y los gobernantes
se han metido a actividades ilegales.
Hasta los 80
en México la actividad ilícita financiaba parte de las actividades gubernamentales
(administración y procuración de justicia) hoy sólo las administra, coloca en
posiciones clave a personajes “afines”, pasando a administrar actividades gubernamentales
(estructuras de gobierno locales en municipios y entidades federativas) hay
casos ya juzgados y muchos ejemplos mediáticos.
La
cohabitación y permisibilidad que la sociedad ha permitido a esas dos “organizaciones”
es total, muchos mexicanos asumen que el “gobierno” es un ente más allá de
ellos (incluso hablan de “los políticos” o “los gobernantes” como si se
refirieran a otra especie)
Los últimos procesos electorales federales y gran parte de los procesos locales desde hace 10 años, nos muestran de una manera muy cruda como todos los
poderes fácticos son capaces de “imponer”
su voluntad por encima de la verdadera voluntad popular.
Partiendo de
ello eculubremos respecto del futuro inmediato de esa connivencia y supongamos
por un momento que fue un arreglo “involuntario” entre poderes fácticos y
barones políticos que es sólo una confabulación para “dejar hacer” o hacerse de
la vista gorda.
Supongamos
también que los recursos que las televisoras y otros medios de “información”
invistieron en el posicionamiento del producto llamado Enrique fue sólo eso,
recursos invertidos para colocar un “gobierno” a modo y que no piensan cobrárselo
de manera ilegal.
Finalmente,
supongamos también que la cohabitación entre el crimen organizado y las
estructuras gubernamentales seguirá en los estándares hasta ahora establecidos.
Ya México, no
es el mismo, ya la población mexicana no es la de los 80 y la estructura de
comunicación y difusión de mensajes llega prácticamente a cualquier rincón en
segundos, además con todo tipo de limitantes hemos abierto la caja de nuestros
dineros y la podemos observar, estamos vigilantes (cuando menos una parte de
nosotros)
El gobierno
ya le cuesta más trabajo sobornar, coludir, amedrentar, socavar, coptar e
incluso desaparecer o matar a sus opositores, es decir, ya no hay condiciones
para la discrecional acción de los gobernantes y es ahí donde debemos estar
preocupados, pues la connivencia y confabulación pueden convertirse en espacios
para que sean los “particulares” los que realicen esas actividades.
Hoy, el
crimen organizado alcanza la banqueta en que caminas, camina a tu lado y las
autoridades que contratamos, simplemente estiran la mano para recibir su parte,
es decir, se convierten como parte de la sociedad, en parte del problema.
No permitas
que mañana el crimen organizado se encargue de hacer el trabajo sucio que el “gobierno”
ya ni puede hacer.
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