Hoy en México, según la opinión de los mexicanos, dos cosas
son (o parecen ser) absolutamente ciertas:
- La aprobación del “presidente” es de una cuarta parte de la población y si se quita la aprobación de los partidarios panistas no llega ni a una quinta parte de la población.
- El PRI, se colocaría en tercer lugar en el proceso electoral federal 2018 (sea cual sea su candidato)
Aunque según me dicen uno de esos “asesores” que ahora
pululan en la Presidencia al ver los resultados y observar un 27% de “no
respuesta” en cuanto a la calificación de Peña, dijo algo así como: “son personas que les da pena aceptar que las
cosas están mejorando” para rematar señalando “con ello la aprobación
gubernamental es de más del 50%”, yo le puedo asegurar a tan “solícito”
personaje que muy probablemente más de la mitad de los que no respondieron son
personas anti sistema que ni creen en las encuestas ni aceptan los “logros”
de Peña.
Un análisis desapasionado de la “administración” federal
actual muestra además de desencanto por los “avances” una gran
molestia con los inmensos niveles de corrupción, impunidad y contubernio que
hay en las “altas” esferas del poder (de los tres poderes y de los tres
ámbitos, aunque no alcancen a distinguir), los mexicanos hoy ni creen en las “instituciones”,
ni creen en las promesas, ni
creen en los políticos.
Hace apenas un mes el muy respetable señor
Ochoa, que cobra mucho dinero (y
se roba otro más) en el PRI dijo que en 2018 el PRI “perfilará a un militante priista
de prestigio, honestidad y popularidad” (pues lo irán a traer de otro
planeta digo yo), de hecho desde hace un poco más de tres meses se ha intentado
colocar a “distinguidos” priistas como Enrique de la Madrid (hijo de un ex presidente muy mal calificado);
Claudia Ruiz Massieu (sobrina del
innombrable y harto muy corrupta) y MikelArriola Peñalosa (del que mejor ni hablo); en la última encuesta de Zaragoza
y Campuzano se coloca a José Narro (ex UNAM y ahora Salud) como una carta; en
fin están tan emburujados en el PRI que ya en algunos espacios de su “dirigencia
nacional” hay quienes apuestan a una alianza con el PAN siendo el
candidato José
Antonio Meade.
Es tanta su desesperación que hay algunos priistas que hasta
han “pensado”
en una gran alianza de todas las fuerzas políticas contra Morena y López
Obrador.
Ahora recuerdo a César Camacho
que en el proceso electoral federal de 2015 habló de candidatos intachables y
pues sus tachas (en el buen sentido) son tan inconmensurables que no pueden
andar por la calle sin que el pueblo se los reclame.
También me acordé de Reyes
Heroles cuando previo al proceso electoral de 1976 dijo que se requería: “un
hombre que pensara en México y no un priista que velara por los intereses del
partido”
Ni intachables, ni honestos, ni prestigiosos, es más ni
hombres (en el más amplio sentido de la palabra) quedan hoy en ese partido.
SALUD
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