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Si hace años algún “brujo” se hubiese aventurado a señalar que la “normalidad” democrática nacional estaría en amedrentar y luego en reiterar la necesidad de participa en el proceso electoral, seguramente lo hubieran tildado de estúpido o de manipulador, hoy sin embargo, con todo el descaro Jesús Zambrano (PRD) pide la participación del ejercito para “inhibir a la delincuencia” SALUD, la hisquierda (así) muy chueca piensa que una jornada electoral “custodiada por el ejercito será mejor que una sin esa custodia” cuanto ha cambiado la visión progresista.
La derecha a través de Gustavo Madero (PAN) indica que las cosas están descompuestas porque “el Ejecutivo federal no está haciendo nada para controlar a los gobernadores” cuando hace apenas unos meses se hablaba de instituciones electorales y procuradoras de justicia fuerte y ellos mismos defendían a Felipe Calderón cuando se desgañitaba defendiendo “la separación de poderes y la autonomía estatal” luchamos por un “Estado mexicano con ámbitos de poder y exigimos un presidente autoritario” SALUD.
Cesar Camacho (PRI) habla de que “la violencia es una amenaza” que alguien le informe urgentemente que la violencia dejó de ser una amenaza, que hace años se convirtió en su modus operandi, que son ellos los que han violentado y que no hay hasta ahora posibilidad alguna de cambiar la situación.
En este proceso electoral nos enteramos que un candidato recibe fajos de billetes, que una pléyade de administradores locales se ponen de acuerdo para ocupar los recursos públicos en beneficio de los candidatos de un partido político, se “filtra” la información de que el hermano del único candidato a gobernador está vinculado con el narcotráfico, un procurador de justicia estatal sale a decir que hay una investigación en curso, pues SALUD, ESO SE LLAMA VIOLENCIA, eso es violencia institucional.
También nos enteramos de la muerte de un candidato en Durango y de un sulente en Veracruz; del ataque a otra candidata en Oaxaca; en fin, de casi treinta “incidentes” (como dijo ayer la Procuradora de Justicia de Veracruz) SALUD. Esa también es violencia institucional, pues la autorida (así) lejos, muy lejos de asumir un papel imparcial y realizar su trabajo, se dedica a desmentir y a olvidar. SALUD.
Nos enteramos que más de 40 candidatos a alcaldías y diputaciones locales dejaron de serlo (sólo por que sí) que abandonaron las candidaturas, dejando claro está o a su contrincante a modo o a un nuevo candidato proclive a los intereses de los “actores desconocidos” cuanta indolencia de la autoridad TODA que lejos de hacer por lo que cobra sale a desmentir los hechos, cuanta pasividad de parte de la autoridad electoral toda, que lejos de investigar caso por caso, acepta de manera sumisa esto y después se atreve a llamar a votar.
Dice Córdova (IFE) que “hacer eco a esos actos violentos, es hacer el juego a la delincuencia” SALUD, si ellos se dedicaran a hacer lo que tienen que hacer nosotros estaríamos obligados a hacer lo que tenemos que hacer.
En un país en donde la simulación es el acto de normalidad, en donde los ataques a candidatos y la sustitución a modo para la delincuencia, es normal, también puede ser normal que los mexicanos dejemos de votar o votemos por un gato o un burro.
En un país en donde esos que ahora acusan al contrincante o al contendiente, que se agarran a escobazos y gritos, que se insultan y se denigran mutuamente, para después salir agarrados de la mano para hacer “nuevas leyes” y seguir distribuyéndose el erario público, distribuyendo puestos entre familiares y amigos, otorgando concesiones a amigos y socios y para seguir beneficiando a la delincuencia organizada, también normal que el pueblo, hasta la madre de ellos simplemente los repudie.
Por lo pronto a votar para legitimarlos y que sigan robando.
SALUD.
La derecha a través de Gustavo Madero (PAN) indica que las cosas están descompuestas porque “el Ejecutivo federal no está haciendo nada para controlar a los gobernadores” cuando hace apenas unos meses se hablaba de instituciones electorales y procuradoras de justicia fuerte y ellos mismos defendían a Felipe Calderón cuando se desgañitaba defendiendo “la separación de poderes y la autonomía estatal” luchamos por un “Estado mexicano con ámbitos de poder y exigimos un presidente autoritario” SALUD.
Cesar Camacho (PRI) habla de que “la violencia es una amenaza” que alguien le informe urgentemente que la violencia dejó de ser una amenaza, que hace años se convirtió en su modus operandi, que son ellos los que han violentado y que no hay hasta ahora posibilidad alguna de cambiar la situación.
En este proceso electoral nos enteramos que un candidato recibe fajos de billetes, que una pléyade de administradores locales se ponen de acuerdo para ocupar los recursos públicos en beneficio de los candidatos de un partido político, se “filtra” la información de que el hermano del único candidato a gobernador está vinculado con el narcotráfico, un procurador de justicia estatal sale a decir que hay una investigación en curso, pues SALUD, ESO SE LLAMA VIOLENCIA, eso es violencia institucional.
También nos enteramos de la muerte de un candidato en Durango y de un sulente en Veracruz; del ataque a otra candidata en Oaxaca; en fin, de casi treinta “incidentes” (como dijo ayer la Procuradora de Justicia de Veracruz) SALUD. Esa también es violencia institucional, pues la autorida (así) lejos, muy lejos de asumir un papel imparcial y realizar su trabajo, se dedica a desmentir y a olvidar. SALUD.
Nos enteramos que más de 40 candidatos a alcaldías y diputaciones locales dejaron de serlo (sólo por que sí) que abandonaron las candidaturas, dejando claro está o a su contrincante a modo o a un nuevo candidato proclive a los intereses de los “actores desconocidos” cuanta indolencia de la autoridad TODA que lejos de hacer por lo que cobra sale a desmentir los hechos, cuanta pasividad de parte de la autoridad electoral toda, que lejos de investigar caso por caso, acepta de manera sumisa esto y después se atreve a llamar a votar.
Dice Córdova (IFE) que “hacer eco a esos actos violentos, es hacer el juego a la delincuencia” SALUD, si ellos se dedicaran a hacer lo que tienen que hacer nosotros estaríamos obligados a hacer lo que tenemos que hacer.
En un país en donde la simulación es el acto de normalidad, en donde los ataques a candidatos y la sustitución a modo para la delincuencia, es normal, también puede ser normal que los mexicanos dejemos de votar o votemos por un gato o un burro.
En un país en donde esos que ahora acusan al contrincante o al contendiente, que se agarran a escobazos y gritos, que se insultan y se denigran mutuamente, para después salir agarrados de la mano para hacer “nuevas leyes” y seguir distribuyéndose el erario público, distribuyendo puestos entre familiares y amigos, otorgando concesiones a amigos y socios y para seguir beneficiando a la delincuencia organizada, también normal que el pueblo, hasta la madre de ellos simplemente los repudie.
Por lo pronto a votar para legitimarlos y que sigan robando.
SALUD.
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