No, no me refiero a la “autorización” que en 2007 el señor caldeRon ofreció a la Agencia de Seguridad Nacional de los Estados
Unidos (NSA), para recopilar información relevante en nuestro territorio, de
nuestra población, en SU lucha contra el terrorismo. SALUD.
Me refiero a la declaración de Alfonso Navarrete Prida (flamante secretario del trabajo) que
anunció: "el gobierno del presidente
Enrique Peña Nieto desarrollará con inteligencia nuevas políticas de fomento al mercado
interno, así como estrategias para fomentar la formalidad laboral". SALUD.
No entiendo que tanta “inteligencia” aiga (así) que ponerle
al desarrollo del mercado interno o al fomento de la formalidad, cuando desde hace
50 años se ha privilegiado el desarrollo de industria enfocada a satisfacer los
mercados norteamericanos.
Además se ha “autorizado” a esas industrias a explotar
de manera irracional “todos” los recursos de nuestro país
empezando por el recurso humano, en las maquiladoras el salario promedio de un
obrero apenas rebasa los dos salarios mínimos y el de una obrera está por
debajo de ese umbral. Además con la
Reforma Laboral (tan aplaudida) se autoriza al patrón a contratar a prueba, a
jornadas parciales y a la subcontratación a través de outsourcing, que pues muy
lejos de ser atractivos para los trabajadores son simplemente un mecanismo
inaceptable.
La formalidad en el mercado mexicano se convierte en algo
así como la esclavitud o subyugamiento de la fuerza laboral, que aunado a el
muy raquítico desempeño de la economía nacional, no sólo no lo favorece sino
que incluso juega en contra, como
lo dijo el propio Navarrete hace menos de un mes.
Nuestro mercado interno fue abandonado desde la década de
los 80 por políticas económicas de Estado bien definidas, la agricultura
nacional representa cada año un menor porcentaje del PIB (obligando a la importación
de productos agroalimentarios); las políticas de fomento y desarrollo de
actividades pecuarias se han limitado a financiamiento de muy corto plazo y con
interés bancario para la exportación de cárnicos.
Los comerciantes en pequeño han sido sistemáticamente
desplazados por las grande cadenas comercializadoras aun a costa de aceptar
condiciones de negociación monopólicas de esas cadenas, para con los productores,
sin que se realicen acciones de autoridad al respecto.
Los pequeños proyectos de desarrollo industrial local, son constantemente
atacados y vulnerados a través del boicot de venta o de adquisición, sin que
haya autoridad local o federal capaz de contenerlos.
Adicionalmente, el crimen organizado (que desde mediados de
los 90 asumió parte del control territorial) se ha encargado de desmantelar el
tejido económico local, pues entre cuotas e inseguridad, muchos pequeños
productores y comercializadores han abandonado su negocio.
Hoy es precisamente el crimen organizado el que mayores
oportunidades de empleo ofrece a la población, en poblaciones rurales dispersas
y en condiciones muy por debajo de los niveles de pobreza a través de la
cosecha, embalaje, transportación y comercialización de enervantes; en los
grandes centros urbanos a través de la comercialización de cualquier cantidad
de productos ilegales.
Hoy ese mercado representa para los optimistas más del 40
por ciento del mercado nacional y para los pesimistas más de la mitad del
mismo.
Parece que la “inteligencia” del nuevo gobierno (ya
ni tan nuevo) seguirá restringiéndose al pomposo anuncio de cosas que por todos
son sabidas pero sin estructurar de manera clara acciones para corregirlas, pues
NO está en sus manos hacerlo, la denominada informalidad es en realidad
ILEGALIDAD y ellos son los representantes de las organizaciones criminales que
la administran y esa "inteligencia" mexicana, siempre frenada por los patrones.
SALUD
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