viernes, 5 de diciembre de 2014

#Yasupérenlo

Un discurso que desde la perspectiva de Peña Nieto sirve para sanar las heridas de los guerrerenses y de todos los mexicanos que empieza con un: “Tenemos una óptica compartida, precisamente que va al punto de lograr un clima de paz, de armonía social y de impulsar el desarrollo para Guerrero” que muestra una visión muy parcial de lo que pasa en México, de las causas profundas del descontento de los mexicanos, de los inmensos malestares de una parte de la población.

Nuevamente en su intento por restringir el asunto a lo sucedido en Iguala, hace énfasis en ese hecho y sólo en ese hecho, sin mirar a los efectos de su gobierno: percepción de mayores niveles de corrupción; inmenso deterioro del nivel de consumo de las familias; ausencia de confianza en las instituciones; creciente descomposición de pequeños espacios personales o familiares y, sobre todo indolencia institucional ante todo ello.

Así, olvidando lo sustantivo o haciendo como que hace señala que ya está en eso de componer lo de la corrupción con una serie de “adecuaciones” legislativas que sólo servirán para mantener los ya de por si descompuestos niveles de impunidad.  Hace unos días escuchaba al respecto que hasta los argentinos están preocupados pues la administración peñeja ha superado en sólo dos años al más corrupto de sus gobiernos (que duran cuatro)

El discurso hace mutis respecto de temas nodales de la economía y su desmoronamiento, pero enfatiza, que “el crimen organizado que se ha extendido en algunas partes de nuestro territorio” haciendo una abstracción simplista, pues en realidad el crimen organizado se ha apropiado de las instituciones nacionales y saquea las arcas nacionales con licitaciones amañadas, concesiones a modo y traslado de recursos públicos sin mayor justificación que se requiere apoyar…

Como digo, circunscribe el “asunto” a Iguala, recalca que es un problema de Iguala, ignora que las irrupciones de los cárteles del crimen organizado y las bandas oficiales de saqueadores del erario han propiciado carencias en amplias capas poblacionales, han inducido a miles de jóvenes a dedicarse a actividades ilegales y a otros miles a quedarse al margen del sistema educativo, en las esferas del trabajo informal y en la orilla de un sinnúmero de estándares internacionales.

Pero “recupera” el discurso del desarrollo económico y la necesidad de tenerlo, como si los mexicanos fuésemos los culpables de su torpeza en la conducción de la economía, sin embargo a la hora de “enumerar” las “acciones” que se realizan en pro de Guerrero, se limita a “un gran programa de infraestructura” (que parece ser el mecanismo de ellos para entregar recursos públicos a sus socios y camaradas) y en reducir más la cuota de la carretera (casi tan novedoso como el 911 para acabar con la criminalidad)

Parece que no se da cuenta del nivel de desconfianza que ellos generan en una parte de la población y también parece que haciendo como que no lo sabe, el problema deja de existir, pero no, no basta decir ya supérenlo, para que México sane las heridas que aun sangran; no basta decir ya supérenlo para recomponer las desgracias nacionales; no necesitamos superar nada, requerimos que haya educación y trabajo para jóvenes y viejos; salud y alimentación para todos; seguridad para la población, eficiencia en el manejo de los recursos públicos y sobre todo que dejen de saquear el erario.

No superaremos ver como los recursos van a parar a un empresa que hace una casita para su señora.

ESTAMOS HARTOS.

SALUD

Trata de leer:

                                                                                


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