El primer día del año, en el inicio
del declive escribí: “al final del año estaremos muy cercanos a un
proceso de guerra civil por la incapacidad de los “administradores”, fuerzas armadas y “legisladores” para hacer su chamba” y
pues parece que se va.
Hacia mayo de manera circunstancial me encontré un patrón
cíclico de la economía mexicana de siete años (entre 28 y 29 trimestres)
que muestra sus puntos más bajos en el primer trimestre de 1995 y la caída del
segundo trimestre de 2009; los valores de la actual “administración” y su
incapacidad para influir en aspectos económicos y su pasividad respecto de los
grandes problemas económicos nacionales; habrá de tener otro punto mínimo en el
tercer trimestre de 2015.
Ya hoy todos
los sectores de la economía ven una descomposición de las variables
económicas sustantivas (inflación, devaluación y bajo crecimiento económico)
que “pueden”
llevar a una debacle desde el principio del año venidero.
En diferentes “instituciones” educativas especializadas
se observa que factores como corrupción e impunidad, asociados a la debilidad
de la economía y falta de capacidad de negociación para cerrar las brechas de
desigualdad social o imposibilidad de los reguladores para regular (pues la
mayoría de ellos son parte de los entes regulados), una gran debilidad para
mejorar las condiciones socioeconómicas nacionales.
Además, desde hace
más de un año, las estructuras castrenses cerraron filas en torno a Cienfuegos y marcaron límites a Peña Nieto respecto de lo que puede y
no puede comunicar, respecto de lo que puede y no puede hacer, respecto de la
necesidad de “salvaguardar las instituciones, que es su primer mandato” y
generaron una burbuja para mantenerlo a salvo de sí mismo, el Ejército tomo
control total hasta del discurso presidencial.
Sin embargo, el mayor vacío se notó el fin de semana, en que
parece que el círculo más cercano a la televisora y a la gerencia o dirección de
otras empresas nacionales se deslindan, pintan su raya respecto de Peña Nieto y hacen un inmenso hueco al
gobierno y a las “instituciones”
Hay indicios serios que hacen pensar en la “soledad
del Presidente” en las decisiones que ahora debe estar tomando Peña respecto de su futuro político,
pues perdió primero la confianza del pueblo (que de hecho parece ser lo menos
importante para él), después la del Ejército mexicano y ahora mismo la de sus
aliados económicos; está al borde de una crisis social y el el preludio de un
desastre económico.
México ya no es el mismo que en 1994 han pasado más de 20
años y los mexicanos vemos con mayor claridad la incapacidad, los “aliados”
naturales del presidente, del presidencialismo a ultranza y beneficiarios
directos de los entramados del poder, lo están dejando sólo, están brincando
del barco antes de que se hunda.
No re requiere tener poderes especiales para observar el
nivel de descomposición del equipo compacto de Peña Nieto, ya Murillo, Osorio y
hasta Videgaray buscan en el infinito la salida, su mirada se queda fija en un
extraño punto del horizonte, como tratando de encontrar la “luz
divina” que les ilumine el camino (el entendimiento decía mi abuela) de
lo que pasa y la salida al atolladero en que se encuentran.
Parece que si se va.
SALUD
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