lunes, 18 de enero de 2016

Del catarrito al “frenazo” chino

A principios de 2008 el señor Agustín Carstens (que entonces cobraba como Secretario de Hacienda) nos recetó un catarrito como resultado de la recesión que empezaba a sentirse en los Estados Unidos; la realidad fue un proceso recesivo que un año después (primer trimestre de 2009 reportó 3.9% de decrecimiento económico de México.

Ahora el señor Carstens (al que le pagamos muy bien como gobernador del Banco de México) anuncia al Financial Times (como les gusta a ellos) que "Los mercados emergentes deben prepararse para un golpe potencialmente grave" ante la disminución de la dinámica de la economía China y una previsible recesión de esa economía.

Pues bien, China viene presentando signos ominosos de debilidad económica desde hace ya más de un año, la segunda economía del mundo ha arrastrado el precio promedio de las materias primas a niveles 30% más bajos desde entonces; el consumo de petróleo (por su reducción en la producción y el cambio tecnológico local) se encuentra en un nivel histórico y parece que aun puede bajar más.

Estos dos factores por si mismos debían de ser causas de alarma para la economía mexicana, sin embargo apenas el día de reyes (ocho días después del de los santos inocentes) el señor Carstens había considerado muy factible un crecimiento de más de tres puntos porcentuales para la economía mexicana en 2016 (andaba aun de fiesta o confundió los días)

Pero, hay otros signos que debieran preocupar a los administradores nacionales, pues la anhelada inversión internacional, parece estar siendo inversa, ya que en los días posteriores al incremento de la tasa de referencia que decretó la FED para el sistema bancario estadounidense, la salida de capitales fue escandalosa; la caída del precio del peso mexicano y la devaluación del yuang como estrategia de control económico chino y el previsible freno del crecimiento gringo; muestran que la posibilidad de crecimiento nacional se contrae.

Hace unos días, tras la caída de los mercados financieros mundiales de principios de año, escuchaba a un distinguido “analista” económico que decía algo así como que la reacción de los mercados internacionales era infundada, pues no hay razón objetiva para ella; pero entonces me pregunto si todos los mercados pueden equivocarse de manera paralela y sólo los “analistas” nacionales pueden tener la razón, que mal andan TODOS los mercados.

Esas caídas de las bolsas de valores internacionales sólo son comparables a las mostradas tras el boom de 2007-2008 y nos muestran que los mercados no están nerviosos, sino que la recesión mundial es una posibilidad real.

El “frenazo” (como le llama Carstens) a la desaceleración sistemática de la economía china, ya causó estragos en otras economías mundiales, ya vislumbra ajustes del comercio mundial, ya desde finales de 2011, está absolutamente detenido y desde hace tres cuatrimestres muestra caídas sistemáticas.

Así que el señor Carstens sabe que hoy más del 20 por ciento de los bonos de deuda del gobierno mexicano están en manos extranjeras y que el capital golondrino viaja a velocidad cobernética, que los grandes capitales pueden migrar en segundos.

También sabe el señor Carstens que los “mercados” financieros mundiales están en espera (reguardados) pues conocen la fragilidad de los mercados emergentes.

Pues bien, ahora su catarrito de 2008 se convierte en un llamado de alarma, pero no dice que el declive económico mundial, puede llevar a una gran depresión similar a la de 1929.

SALUD

Te recomiendo:






No hay comentarios:

Publicar un comentario