lunes, 11 de enero de 2016

Extraditar o no extraditar, ese es el dilema

Hace dos años decía Beltronni que "el chapo debe pagar en México" esa declaración apresurada tras la detención en febrero de 2014 de Joaquín era producto de una estrategia de cobertura (impunidad) que se propicia cuando la declaración de un capo como Guzmán Loera es sólo usada por unos cuantos miembros del poder (entonces al mando de Jesús Murillo) para extorsionar a los políticos, banqueros, industriales y comerciantes que se interrelacionan en las actividades criminales de las que El Chapo encabeza.

Hoy Manlio Fabio está en otra posición, es presidente del PRI nacional y espera ser candidato de ese partido político a la presidencia de la república en 2018, ahora ya no se trata de cubrir con el manto de impunidad a los que se vinculan a ese capo, a menos que él mismo sea parte de la o las estructuras que durante unos 30 años han mantenido la capacidad operativa, desde 1982 el capo mayor de la política mexicana, ha sido mencionado de manera insistente por esa relación e incluso sus hermanos: Roberto Alcides y Orestes, son parte de su vínculo con diferentes grupos del crimen organizado nacional.

¿ahora qué opina? Manlio respecto de la detención y “notificación” al capo de un proceso de extradición, pues allá, la información que el chapo comunique a la autoridad estadounidense, es parte de los procesos que en contra de la “clase política” y “empresarios” asociados a él se usa, para limitar el poder de “negociación” de México y hasta donde se puede observar, parte de los “acuerdos” del equipo de campaña de Peña Nieto (y las candidaturas a gobernador y diputaciones federales y locales) fue financiada en 2012 por el chapo y sus estructuras de economía real.

Hoy la capacidad de “negociación” del gobierno de México frente a las estructuras de poder de los Estados Unidos está muy limitada, los datos que el chapo proporcione a las estructuras de inteligencia gringa, seguro mermarán más esa capacidad y llevará a un debilitamiento del actual gobierno frente a sus similares estadounidenses.

Anoche, tras la primera confirmación oficial de que la PGR había notificado a los abogados del capo (me refiero a Guzmán no a Beltrones) los procesos de extradición a que está sujeto, me llamó un querido amigo para conversar al respecto y la conclusión a la que llegamos juntos es que para el gobierno de Peña Nieto ya no hay futuro.

Explico, la entrega de el chapo a las instancias judiciales gringas, significa primero y quizá lo menos grave que el sistema penitenciario, toda la estructura de administración de justicia en México está absolutamente descompuesta, no existe capacidad, no hay confianza interna para mantenerlo dentro de prisión.

Segundo, la información que el chapo sabe, conoce, maneja, tiene y puede documentar ante la autoridad ejecutiva y jurisdiccional de los Estados Unidos, merma de manera importante los márgenes de movilidad de amplias franjas del gobierno federal y de muchos (quizá 8) de los gobiernos locales.

La violencia producto de la falta absoluta del señor de los túneles, se incrementará de manera importante en algunas regiones del país, franjas importantes de la frontera norte caerán en un estado de ingobernabilidad.

Pero lo que muestra de manera desencarnada esta “decisión” es que el gobierno mexicano se vuelve va doblegar ante la presión norteamericana.

Dice hoy Reporte Índigo que el destino de Guzmán Loera es Illinois y según entiendo, los cargos que le esperan en ese estado de la unión americana, pueden llevarlo a la pena de muerte, lo que significaría que por primera ocasión México entregaría a un procesado bajo esa posibilidad.

Pero como ahora el gobierno de nuestro país se pliega a las ordenes gringas, no hay otro camino, así que Manlio Fabio Beltrones Rivera puede despedirse de la candidatura que busca construir y quizá el PRI de mantenerse en el poder.

SALUD

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