La política
antidrogas de los Estados Unidos hacia principios de la década de los 80, se
centró en detener los flujos de cocaína proveniente de Colombia (y Sudamérica)
a través de las rutas del Caribe y que ingresaban por el área de Florida,
Luisiana y Texas; entonces en México, los principales puntos de paso de esa “mercancía” eran Quintana Roo y Yucatán.
El primero
acababa de lograr la categoría plena de Estado de la república y su segundo
gobernador fue Pedro Joaquín Coldwell,
miembro del más siniestro grupo político nacional (Atlacomulco) y títere de Carlos Hank González; Yucatán
enfrentaba una guerra intestina por el poder y control territorial, siendo el
mafioso mayor Víctor Cervera Pacheco
que desestabilizó el gobierno de Luna Kan
y luego se encargó de sacar a Garciliano
Alpuche.
El punto de
contacto (cuando lo había) de la cocaína en tránsito hacia el mercado
estadounidense era Tamaulipas, en donde “gobernaba” Enrique Cárdenas González, que sólo para que se den una idea del
tamaño de personaje, puedo decir que en 1994 fue el principal sospechoso de
orquestar el asesinato de José Francisco
Ruiz Massieu, ante la amenaza pública que este último había hecho respecto
de revelar sus vínculos con el narcotráfico, pero ante la “desaparición” de Manuel Muñoz Rocha, nunca se pudo
llegar judicialmente a él.
Las grandes
fronteras del oeste de México (Juárez y Tijuana) eran paso de la marihuana,
puertos controlados por los cárteles de los mismos nombres; el cartel de Guadalajara
(que transitó a ser de Sinaloa) controlaba la producción de marihuana en casi
toda la zona del Pacífico y tenía algún intercambio de mercancía (trueque) con
algunos narcotraficantes centroamericanos de menor escala, entregando marihuana
a cambio de cocaína proveniente de Sudamérica.
La cabeza
indiscutible de ese grupo criminal era “Don Neto” o “El Tío”, Ernesto Fonseca Carrillo, que tenía como tenientes a personajes como Miguel Ángel Félix Gallardo, Rafael Caro Quintero, Emilio
Quintero Payán, Manuel Salcido
Uzeta (El Cochiloco)
y Pablo Acosta Villarreal, mientras
una franja de producción en la sierra de Sinaloa, Durango y Nayarit (conocida
como el triángulo dorado) era controlado por Juan
José Esparragoza Moreno, alias El Azul, que tenía en su estructura a personajes como Ismael El Mayo Zambada y Joaquín El Chapo Guzmán y esa organización se encargaba del traslado de la mercancía propia y
del cartel de Guadalajara y de los pagos a los hermanos Arellano Félix
en Tijuana; pues la puerta de Juárez sólo estaba disponible para Amado
Carrillo que ya entonces trasladaba de manera directa y en su propia
flotilla de aeronaves desde Colombia la cocaína y por ello era conocido como “El Señor de los Cielos”
Pues bien, la política norteamericana de
cerrar el puente en la costa este de los Estados Unidos llevó a un cambio de estrategia
de los cárteles mexicanos, la cocaína proveniente de Colombia era trasladada
hasta la península yucateca, hasta los puertos de Veracruz y en algunos casos a
la frontera con Chiapas vía terrestre y de ahí hacia la frontera norte del país
para ingresar al mercado norteamericano.
La
experiencia en el traslado de estupefacientes, la red de complicidades y la
estructura de corruptelas desde Jalisco hasta los puertos fronterizos era de
ese minúsculo grupo de traficantes de Sinaloa encabezados por El
Azul, El Mayo y El Chapo, por lo que fueron los
beneficiarios del “contrato” colombiano para el trasiego, que primero lo realizó
con la ayuda de los hermanos Arellano
Félix y después El Chapo que es el mayor de ellos, el más arriesgado, el que en
algún momento decide “arrebatar” la frontera de Tijuana a
los hermanos Arellano Félix,
desatando una fenomenal guerra que se prolonga hasta principios de los 90.
En ese tránsito
de la historia son detenidos Don Neto y Caro Quintero y los
sinaloenses se hacen del control absoluto del cartel, cambiando para la
autoridad la denominación a cartel de Sinaloa.
La estructura
requiere de complicidades con la “autoridad” local para facilitar el
traslado de la mercancía, para proteger a los “burros” y para garantizar
la operación; no es casual pues que en 1989 Baja California sea “entregada”
a Ernesto Ruffo y que las Tijuana y
Ciudad Juárez tengan administraciones panistas desde esa un poco antes de esa
época.
El Cartel de
Sinaloa, “apoyaba” de manera sistemática las candidaturas que le
convenían, pedía a cambio poco y además ayudaba con “gestiones” federales a
través de los legisladores (que también había apoyado o de las Dependencias en
las que tenía capacidad de colocar personeros.
El Chapo
Guzmán, se convirtió
en muchas partes de la república (desde Chiapas y hasta Baja California) en lo
que conocimos como La Tuta para el caso de Michoacán, él se “encargaba” de “convencer”
a quien hubiera que convencer de que se requería el apoyo mutuo para la
sobrevivencia.
Sólo como
parte del anecdotario en 1986 construyó un túnel que partía desde la
colindancia del aeropuerto de Tijuana hasta las afueras de San Ysidro en la
Mesa de Otay (unos 500 metros) y según él podía llegar hasta un aeropuerto
municipal (estadounidense) a otros 500 metros.
El Chapo,
guarda historias; es un consumado negociador y conciliador; es la versión más
acabada de un capo global, que se sienta a la mesa con dirigentes de partidos
políticos, gobernadores de México o Estados Unidos, con miembros de otros
carteles, presidentes de instituciones bancarias internacionales y hasta con
procuradores federales de aquí y allá.
Es una macro
empresa que contrata a los mejores egresados de escuelas de negocios, economía
y finanzas de allá y acá, para optimizar utilidades, para garantizar que sus
recursos se mantengan al margen de sus personas, para asegurar que la empresa
funciona, sin importar el destino personal de los empresarios.
En el aspecto
político y de protección, les puedo decir que en 1998 tanto Labastida como Madrazo habían sido contactados por “algún alto miembro financiero”
de parte de esa estructura criminal para “informarles”
su apoyo en caso de que decidieran contender por la Presidencia de la república
y que Amigos de Fox, tenía un “muy fuerte” componente de recursos “empresariales”
ligados a la misma organización criminal (BIMBO, Bing, LaLa), él no compra gobiernos, los pone.
Esas
historias que guarda (algunas documentadas) son su principal capacidad de
negociación, su “fuga” o salida de el “penal de alta seguridad” del
Altiplano, tuvo que ser negociada al más alto nivel de mando, no fue casual, no
fue fortuita.
Esas
historias que guarda ya lo vuelven a ubicar como el “delincuente más buscado
del mundo” pero quienes lo buscan quisieran no encontrarlo.
SALUD:
Te recomiendo:
No hay comentarios:
Publicar un comentario