lunes, 31 de marzo de 2014

De la LOPPE al INE, errores por premura

Hacia mediados de 1977, sólo para demostrar a Echeverría que si se podía, Don Jesús se encargó de generar una propuesta para la incorporación de fuerzas políticas bajo la figura de registro condicionado o definitivo y en ”igualdad” de condiciones para los participantes, surgió así la Ley de Organizaciones Políticas y Procesos Electorales (LOPPE) que es el primer instrumento de participación política de los partidos políticos, en los procesos electorales nacionales.

Se creó una Comisión de vigilancia que quedó integrada por el Secretario de Gobernación, un representante de cada una de las cámaras legislativas, un representante por partido con registro y un notario público.

Sólo sirvió para que diversas fuerzas electorales obtuvieran recursos a partir de su registro, hubo algunos diputados ”de oposición” además de los panistas y me acuerdo mucho del “Colegio Electoral” de 1979 en que todos los diputados de las nuevas fuerzas políticas deseaban estar en tribuna, sin tener absolutamente nada que decir.  SALUD

En 1987, tras el surgimiento de la Corriente Democrática al interior del PRI, de manera apresurada las cámaras aprobaron una reforma Constitucional para introducir el criterio de representación proporcional en la conformación cameral llevando los diputados a un número de 500, crearon además la Comisión Federal Electoral (CFE), creo la famosa clausula de gobernabilidad que permitía al partido mayoritario mantener control de la cámara de diputados.  SALUD

Tras el proceso electoral que calificó la elección de presidente de la república y declaró a Carlos Salinas electo con apenas el 50% de los votos válidos y siempre bajo presión, siempre como resultado de un caos generado como consecuencia de la falta de democracia real, siempre al aventón, entre 1989 (ya cuando el PAN había “negociado” la primera gubernatura y en pleno proceso de concertacesión) surgió el Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales (COFIPE) y ordenó la creación del Instituto Federal Electoral (IFE), figuras legales muy bonitas pero arto ineficientes.

Desde ese primer IFE las “fuerzas políticas” coptaron los espacios “negociaron” la colocación de sus consejeros de sus afines para “garantizar” sus intereses, siempre bajo presión.

Para el proceso electoral de 1994, desde agosto de 1993 se instituyó la figura de “consejeros ciudadanos” además surge el “acuerdo de un padrón electoral, de la credencial para votar con fotografía, pero ya para 1994, en plena efervescencia política nacional (EZLN, asesinato de Colosio, pérdida de poder presidencial) el caos nuevamente domina y apremia, resolver los problemas de los procesos electorales federales del 88 y 91, era la prioridad.

Así bajo presión de todos lados, hasta de los “asociados” del régimen a través del “Grupo San Ángel” surge lo que se ha denominado el cambio democrático y quizá (de no ser por la marginación que se dio la las propuestas de los partidos minoritarios: PPS, PARM, FPCRN, PDM, PT y PVEM) a pesar de las premuras fue el mejor proceso legislativo, lo que se llamó “los acuerdos de Barcelona” dieron paso a la reforma constitucional y adecuación legal para el proceso electoral y quizá el caos del México de ese momento, evitó que se contaminara con pendejadas, pero pronto quedó rebasado por la realidad del México de siempre, de la transa y el cochupo, de la componenda y la “negociación” apenas pasada la elección federal a gritos se pide una nueva reforma electoral, de ahí en 1996 surge lo que hasta ahora se conoce como IFE, con independencia (desligado por primera ocasión del gobierno) y autonomía (presupuestal y técnicamente), con un órgano decisorio.

Logró sobrevivir más de 10 años pese a los “embates” de las “fuerzas políticas” nacionales y tras el proceso electoral de 2006 (cochinero descomunal incluso aceptado por el propio Consejero Presidente) nuevamente claman los partidos políticos la necesidad de otra reforma electoral y con la presión a cuestas se “arregla” lo malo, ahora tras el proceso de 2012 y otro cochinero se vuelve a “arreglar”, bajo presión, para solucionar cuestiones coyunturales, con una visión partidista y sin una mira de gran alcance, México siempre arregla lo urgente (y a los mexicanos nos cuesta mucho) sin ver que arreglar es pensar en 40 o 50 años, llevo treinta años viendo parches (ahora el INE) que en el corto (muy corto) plazo resultará a parte de costoso, absolutamente ineficaz.


SALUD

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