Ya hicimos las reformas que reclama la “modernización” de México,
pero sQe nos olvido el campo, ese campo siempre tan olvidado lo volvimos a dejar
fuera de la “modernidad” y ayer casi cuando la Ley de Agraria casi se vuelve
centenaria (que olvidada está, data de antes de la Revolución y no la hemos
cambiado) SALUD, el señor Peña se
acordó de el campo, al señalar con fuerza, con vehemencia, con inusitada severidad
“quiero
reiterar ante ustedes mi compromiso de impulsar en 2014, una profunda reforma
del campo, que lo ponga al día y que lo haga más competitivo” SALUD
No creo que haga referencia a la necesidad de “modernizar”
la susodicha ley, es más ni siquiera me lo imagino sabiendo que 99 años son
casi un siglo, pero SALUD.
Ya hacia mediados de los 60 (hace más de medio siglo) el campo
había pasado a segundo término para las administraciones federales, ya entonces
el campo estaba relegado a planos secundarios, ya entonces demandaba sin ser
escuchado.
Pero en la administración echeverrista, se voltio a
ver al campo y a los campesinos como el gran potencial de voto para mantenerse
en el poder. Entonces se generó todo un
entramado corporativo para “institucionalizar” al campo, se
generó agroindustria, se propusieron mecanismos de comercialización y hasta se
construyeron grandes centrales campesinas para “llegar” hasta el último de esos
olvidados hombres que trabajaban la tierra, que surtían al resto de los
mexicanos de la alimentación diaria. SALUD
Además para esa administración el campo, los campesinos y toda
esa parafernalia era parte del folklore que de México, se vendía en el
mundo. SALUD
Aun la administración lopezportillista miró al campo como
parte de la diversidad de nuestro país, se fortaleció una línea de acción gubernamental
que tenía que ver con la autosuficiencia alimentaria y el México verde.
Pero desde principios de los 80, la cosa cambió, los
campesinos eran unos cuantos y además costaban mucho a México (eran como el
hijo borracho, del que se hablaba en las fiestas, pero se ignoraba siempre) primero
(como al hijo borracho) se le ignoró, luego, se le escondió y finalmente se le
dejó fuera.
Así, cuando llega la devastadora ola neoliberal, los organismos
internacionales “informan” al gobierno de México del riesgo (potencial y real)
de mantener fuera de la política pública al campo mexicano y así como el
ventrílocuo voltea la cara a su títere, hacen que Salinas observe al campo. SALUD
Entonces se inventa el PROCAMPO y se decide que el mejor
operador de tan “genial idea” sea pues nada menos que el “genio del neoliberalismo”
(reconocido por los grandes organismos financieros internacionales) Luis Téllez, recuerdo aquellas ríspidas
reuniones delos lunes a las 7 de la mañana entre Téllez y Hank, que
siempre (quien sabe por qué) acababan en un es que así lo ordenó el Presidente. SALUD
Esa “gran ideota” (así) no era más que la
compensación vía subsidio directo a los campesinos mexicanos ante la
imposibilidad de “competir” en los mercados mundiales, sin embargo, se
convirtió en el mecanismo de mayor desigualdad entre productores nacionales,
que volvió más competitivos a los grandes productores y absolutamente
improductivos a los pequeños, es más estos últimos llegan hoy a ser incluso deficitarios
en la producción para el autoconsumo.
Pero así lo decidió el presidente. SALUD
De los administradores panistas (incluyendo el zedillato)
ni hablar, ellos odian la palabra subsidio y desprecian al campo, así que simplemente,
como el títere voltearon la cara para otro lado. SALUD
Aunque no se aplica la “célebre” frase de “y yo
por qué” no puede ser mejor aplicada que para el caso de las políticas
agropecuarias durante foxilandia y calderonato.
Hoy el campo mexicano tiene (como han dicho expertos) un
retraso de unos
60 años respecto del de Estados Unidos (aunque pues pa qué serviría así),
cientos, quizá miles de evaluaciones se han realizado desde hace mas de dos
décadas respecto de la necesidad de apoyo al campo, al campesino, al sector
rural a la actividad económica, pero siempre los “apoyos” van a parar a manos
de unos cuantos (muy contados) y de los más beneficiados.
Ahora seguramente, como presagio de lo encabronadas que
están unas cuatro millones de familias mexicanas, con un diagnóstico de la
cantidad de armas que hay en esas cuatro millones de viviendas rurales y con unos
veinte millones de razones, Peña Nieto se volvió a acordar de ellos,
súbitamente recordó que están a punto de estallar y no en llanto, pues hasta la
capacidad de llorar han perdido.
SALUD
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