lunes, 10 de marzo de 2014

Cambios a la mexicana en la competencia

Hacia finales de los años 70, entró al mercado de frituras (ahora comida chatarra) Barcel (que era parte de Bimbo) y competía contra Sabritas, recuerdo que en su primer años de operaciones sacó al mercado las mismas presentaciones que su competidor a un precio 20% menor (40 centavos mientras que las Sabritas costaban 50), acababa de terminar la carrera de economía y me pregunté ¿cuánto durará esa guerra?
Realmente duró poco, hacia enero de 1980 los precios habían sido homologados en 50 centavos, pues Sabritas había adquirido y almacenado toda la papa del mercado y simplemente “doblegó” a su contendiente comercial e impuso el precio de mercado a la sociedad.

El mercado mexicano ha estado sujeto desde hace muchos años (desde antes de esa anécdota) a distorsiones, me recuerdo mucho cuando se colocó una “fabrica” de cerveza en el Istmo de Tehuantepec y mi padre fue parte del grupo social que revisó los datos contables de la empresa, entonces un litro de cerveza costaba producirlo algo así como 34 centavos y cada botellita de 170 ml se vendía en 4 pesos.

Así, las utilidades de los “empresarios” mexicanos siempre han sido extraordinarias, simplemente desmedidas, desproporcionadas. La regulación del Estado mexicano siempre ha sido poco estricta y muy sujeta a ser violada.

El viernes pasado nos enteramos que el IFT determinó y comunicó a dos grupos empresariales algo que se llama “Declaratoria de Preponderancia”, que obliga a esos grupos empresariales a hacer más competitivos los mercados de comunicaciones.  SALUD

En realidad esa aspiración del Estado mexicano ha estado presente desde 1970 y es precisamente eso, una aspiración a la que no se ha llegado en casi cincuenta años, de hecho a finales de los 80 y principios de los 90 se exaltó el poder de la competencia como medio para alcanzar mayor eficiencia y bienestar económicos y lograr mejores tarifas para los consumidores de telefonía, con la venta de TELMEX, hoy un cuarto de siglo después, las tarifas pagadas por el consumidor en ese y otros servicios de Telmex, es uno de los más caros del mundo y (adicionalmente) de los menos eficientes.  SALUD

Los servicios bancarios tienen una amplísima banda de utilidad (no regulada); las aguas gasificadas embotelladas (refrescos) se venden a precios del menor competidor, ofreciendo a las grandes embotelladoras ganancias extraordinarias; los márgenes de “utilidad” en actividades industriales como la confección de prendas de vestir o productos de limpieza son muy superiores a los existentes en mercados europeos.  Todo ello pese a la existencia de numerosos productores, a la “competencia” económica que en México se convierte en otro mito genial como la pobreza de Aspe o los seis mil pesos de Cordero.

Dicen los “analistas” económicos que se aplanó el terreno, lo que no dicen es que se aplanó en el cerro y que las dos empresas televisivas hace años están “alineadas” en cuanto a costos y precios, que ellos ya se pusieron de acuerdo hace mucho tiempo y que los “competidores” que entren al mercado pues tendrán que “alinearse” con lo que ellos han impuesto.  SALUD

Escuché a uno de esos “analistas” decir que ya el gobierno tomó control sobre mercados hasta ahora monopólicos, pero unos segundos después afirma que “dado que a Telmex se le impone un régimen muy estricto, a Slim le entregarán una de las cadenas nacionales de televisión”  SALUD

Es tan surrealista la apreciación de la competencia económica que se han fijado que parece mexicana.


SALUD

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