sábado, 22 de marzo de 2014

Hambre de siglos, justicia sólo para los jodidos

“A los enemigos, justicia; a los amigos justicia y gracia cuando quepa esta última”
Benito Juárez
“La justicia es como las serpientes, sólo muerde a los descalzos”
Eduardo Galeano
“Quien muere de hambre, muere asesinado”
Alberto Morlacheti

Un pueblo que caminaba desde las áridas mesetas de Arizona y hasta más allá de lo que hoy es El Salvador, que cuando menos a nivel lingüístico ya quedó demostrado que tiene raíces similares y que esas raíces vienen de los pueblos que soportan todo en la parte norte y en el centro de Asia.

Más bien, un conjunto de pueblos que diseminados en ese territorio mantenían relaciones comerciales, sociales y políticas; un conjunto de pueblos cuya estructura socio cultural aun hoy en día y pese a el grado de invasión que hemos realizado sobre su territorio, sus costumbres, su cultura y su estructura política, SOBREVIVEN.

Un conjunto de pueblos invadidos por la “civilización” y sometido por la “ley de dios” (que les cambió una infinidad de símbolos por un símbolo nuevo, que impuso una creencia en lugar de la riqueza propia de sus múltiples y variadas creencias) que hoy limita del Bravo al Suchiate porque al transcurrir del tiempo se entregaron los territorios para “saldar deudas” o para lograr favores, un país que primero sometido por un grupito de criollos con derecho a hacer y deshacer en el gobierno, por dos grupos enfrentados entre ellos, con visiones opuestas y extremas de país y después por una sarta de sátrapas que “iluminados” por sus logros militares sólo se dedicaron a saquearlo.

Después la etapa de los “administradores” que medio enderezaron un barco casi a punto de naufragar y lo entregaron bajo condiciones de sometimiento socio-político, pero con sólidas bases de desarrollo interno y perspectiva de expansión a lo que conocemos como los “modernizadores” esos que con políticas neoliberales y globalizadoras nos pusieron a la puerta del primer mundo.  SALUD

Entonces una “adaptación” de discurso pronunciado por el líder de una minoría norteamericana treinta años antes, cuya frase más recordada es “veo un México con hambre y sed de justicia” se convierte en una bandera para mitificar a un personaje y seguir lucrando con su imagen de “gran transformador” ese discurso válido para una minoría gringa treinta años antes era válido para el grueso de una población de un país con mucha mayor historia.  SALUD

Ese México de 1994 ya estaba en una condición deplorable por factores inherentes a sus estructuras de gobierno, por el pésimo trabajo que ellos habían hecho, por el sistemático debilitamiento de las “instituciones” que habíamos forjado durante el siglo anterior, por la incapacidad del fortalecimiento del mercado interno y la “gran visión” para incrustarnos en los mercados globales, por la mezquindad de ellos que sólo pensaban en engrandecer su pecunia a costa del resto de los mexicanos.

Después el acabose del desastre con administraciones desligadas del interés mayoritario, dedicadas a administrar bajo condiciones de máximo rendimiento, ajenas a los grandes intereses nacionales, desconocedoras e insensibles de la realidad nacional, es más sin visión de país, pues como: un administrador sin calificación política, sin roce y sin ideología, podía pensar en lo que esperaba de México; un pobre burro con cerebro obtuso podía pensar en otra cosa diferente que su personalísima prosperidad o un alcoholiquín que acostumbrado y creado en la cultura de la negociación y la ventaja del poder de la “oposición” podía ver algo diferente para México.

Hoy con el regreso de “los que si saben como hacerla” con el resurgimiento del “jefe máximo” y el atrincheramiento de los caciques locales llamados gobernadores (de todos los partidos políticos) sólo se perfila a esta tierra como botín.

Sigue estando Hambriento y sediento de justicia, sigue como hace 20 años con una “esperanza” para pasar del sexto al cuarto lugar en producción de automóviles; para ser los primeros exportadores de celulares del mundo; para producir los refrigeradores y lavadoras que se usan en Estados Unidos.

Seguimos teniendo uno de los más altos niveles de desnutrición infantil; el sistema de salud está  rebasado y resulta absolutamente ineficiente; nuestras “culturas originarias” son “atractivo turístico”; el sistema educativo con la “ocurrencia” en forma de reforma postergada, aparte de aletargamiento genera gran descontento en amplios sectores poblacionales; sus “reformas estructurales” que aparte de generar inmejorables “oportunidades” de negocio para sus compinches, serán los que “aceiten” los procesos electorales y generarán grandes “oportunidades” para las clases políticas “emergentes” (de todos los partidos políticos)  SALUD

Los mexicanos tras cinco siglos de saqueo, seguimos con hambre, aunque nuestra sed de justicia esta a punto de ser saciada.

SALUD

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