viernes, 20 de diciembre de 2013

Se promulgan las reformas constitucionales en materia de energía

Cuenta la leyenda que la ausencia de gobierno en 11 años de guerra de independencia, que la profunda división de lasa fuerzas políticas nacionales (federalistas y centralistas), la carencia de liderazgos políticos que aglutinaran y una serie de decisiones administrativas (gubernamentales) tenían a México en 1846 sumido en un verdadero desastre.

Dice esa misma leyenda que debíamos tanto y teníamos tan poca capacidad de pago que ellos se querían cobrar a lo chino, pero en realidad todo era cuestión de mercados.

Entonces México estaba profundamente desgastado, con una producción de bienes manufacturados casi nula y además muy básica, con un campo en estado deplorable y unos campesinos más preocupados por comer que por hacerlo productivo, con una inmensa incapacidad para recaudar y una colosal capacidad para gastar en todo tipo de pendejadas; un desastre sin madre (un verdadero desmadre)

Por otra parte esa misma leyenda dice que los Estados Unidos estaban en plena expansión territorial, económica y contaban con muchos recursos para hacer la guerra.  No se por qué pero se parece tanto a lo que estamos viviendo ahora.

Cuenta también la leyenda que unos soldados norteamericanos decidieron tomar parte de los territorios mexicanos, empezando por lo que hoy conocemos como Óregon, Nevada y California y que algunos decidieron incluso desembarcar en Veracruz aprovechando el descontrol de la armada mexicana.

Entonces nuestro valiente congreso autorizó al ilustre presidente de la república a negociar para obtener un crédito de hasta 20 millones de pesos y pues don Antonio se fue a negociar y a cambio de un Tratado de Paz, entregó más de la mitad del territorio y regresó feliz para que el congreso aprobara el Tratado de Guadalupe-Hidalgo.

Aunque muchos dicen que la "Convención Especial de Reclamaciones" conocida como el Tratado de Bucareli, trataba de recuperar parte de lo perdido con el viejo acuerdo de Santa Anna, que de hecho lo logró con la industria petrolera.

Las cosas no se arreglaron, pero vivimos en paz durante algunos años hasta que el señor Cárdenas decidió expropiar la industria petrolera mexicana y hacerla el motor de desarrollo mexicano.
Pero ese hecho histórico, aunque marcó el inicio de una nueva etapa de desarrollo nacional, también marca el camino de ese desarrollo y lo marca en dos sentidos, primero haciendo de la nueva riqueza nacional un verdadero motor de desarrollo social nacional (educación y salud son los sectores que pueden servir de ejemplo) pero lo marca también en el uso patrimonialista (político) que un sector de los mexicanos usan para mantenerse en el poder y someter al pueblo mexicano.

La industria petrolera, su expropiación y su uso en esos dos sentidos, dan a la historia mexicana matices que no podemos observar en otra parte del mundo, de hecho, en los 70 tras mas 40 años de México sometido por una gran fuerza política, se hacían estudios socio-políticos en todo el mundo para tratar de explicar ese fenómeno, encontrando causalidades tan disímbolas que no podían ser conclusivas.

Hoy en México se regresa al pasado, se devuelve a las “fuerzas del mercado” nuestra industria petrolera, se hace pensando en lo mismo que hace 75 años, en dar un uso patrimonialista a ese evento, en hacer de él un símbolo del “inicio de la nueva etapa de desarrollo nacional” así como tras la revolución la penetración del capital extranjero hizo posible estándares de crecimiento económico internacional y medianos avances sociales, ahora ellos piensan que esta nueva detonación de inversión internacional, les permitirán jactarse de otra nueva etapa de desarrollo nacional.  SALUD

Las facilidades y concesiones que otorgó el gobierno mexicano a los empresarios de Estados Unidos, Francia, Inglaterra y Alemania, interesados en invertir en el milagro mexicano y hacer grandes negocios a costa de nosotros, ahora son la expectativa para que esos mismos capitales y los de otras partes del mundo vengan a fortalecer su “nuevo PRI

A costa de los mexicanos, que deberemos someternos a la voluntad de esos capitales y la discrecionalidad de nuestras “autoridades” hoy México regresa al régimen autoritario de partido de estado (aunque se denomine PRIAN) que pretende mantenerse en el poder a cambio de migajas para el pueblo mexicano.

Hoy ese grupo amorfo (pero bien identificado) de la derecha mexicana cree haberse hecho de nuestras arcas para lograr su perpetuación en ella.

Somos nosotros los mexicanos los dueños de ese patrimonio, los únicos que podemos cambiar esta situación y estoy seguro que no será a través de las urnas y las leyes.

SALUD

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