En estos días en que la atención y los ojos de los
habitantes del mundo están puestos en cosas importantes, se desarrolla en
Panamá la "V Conferencia de los estados partes de la Convención de las
Naciones Unidas contra la Corrupción" (muy pomposo nombre de algo que les
vale un soberano cacahuate a los señores que toman decisiones en el mundo)
En ese evento, se presentó el estudio "Dejados fuera
del trato" (estudio elaborado por BM y la Oficina de las Naciones Unidas
contra la Droga y el Delito UNODC) en el que se dice que de un total de 6.000
millones de dólares que implican las sanciones por arreglos extrajudiciales,
solo un 3 % se ha devuelto u ordenado que se devuelva a los países cuyos
funcionarios fueron acusados de aceptar sobornos.
Esto quiere decir que se sanciona el acto de corrupción en
un estado “soberano” muy corrupto y se “arregla” el asunto de
manera extrajudicial, todo, para beneficio de la democracia claro y a cambio le
devuelven a ese jodido país corrupto tres de cada cien pesos de sanción. SALUD
Este evento se realizó en Panamá y ahí la misma UNODC, dio a
conocer que la corrupción amenaza el desarrollo económico y social del mundo
(descubrimiento casi similar al de que el sol sale cuando amanece) y que los
estados nacionales (49 miembros en total casi todos ellos “economía emergentes” para
no decir “estados con gobiernos corruptos”) SALUD
A ese “importante” evento asistió con la
representación de México Ricardo García
Cervantes “impoluto” panista que desde adentro del monstro gubernamental actual
está encargado de luchar con todas sus fuerzas contra ese flagelo que corroe a
México (y lo seguirá degradando mientras tan interesados funcionarios sean
quienes lo “eviten”)
Por otra parte y como parte de las conclusiones de ese foro,
se advierte la posibilidad de violencia social resultado de los “graves
desequilibrios” y “falta de oportunidades” para los
jóvenes en materia de educación y trabajo Otro gran descubrimiento)
Lo que en liso y llano español significa que la población de
jóvenes (16 a 25 años) en el mundo es hoy marginada de los desarrollos
nacionales locales y es además alejada de la toma de decisión respecto de los
grandes temas locales.
Pese a que ese grupo poblacional participa poco en política
(o quizá debido a ello) su organización es mucho más informal, mucho menos “institucional”
lo que hace que se conviertan en un “verdadero peligro para las instituciones
(esas que tanto llenan la boca de los “políticos”)
En México, el problema de jóvenes sin oportunidades es
apenas de unos 7.5 millones de jóvenes que aunados a 53 millones de personas en
pobreza, 12 millones de pobres extremos, 7.4 millones de pobres alimentarios;
hacen un verdadero coctel de inconformidad y propician una encrucijada entre
morir de hambre o morir en la trinchera.
Hace algunos años (unos 10 para ser concretos) en un
recorrido por las regiones más pobres e inhóspitas de Durango, Nayarit y
Zacatecas; estuve en una reunión de grupos de la sociedad civil (ong’s, organizaciones
campesinas, grupos en defensa de derechos civiles) y ahí se llegó en algún momento
a la discusión respecto del agotamiento de los causes “institucionales” para la
solución de sus problemas, recuerdo un señor muy mayor (unos 75 años) que dijo “y que
más tenemos que perder, si ya hasta la dignidad nos quitaron”
Aquel grupo de menos de 100 personas, se partió en dos; los
defensores del sistema y su legalidad y los abiertamente opositores a ella y
que señalaban la necesidad de “tomar medidas más radicales” para hacer ver al
sistema la necesidad de un cambio de modelo (no de política hacia ellos)
Es el modelo lo que no funciona, todos los indicadores
muestran el fracaso contundente de las políticas neoliberales aplicadas en
México y cada ocasión que se intenta una “modernización” los beneficiados
principales han sido el puñado de capitales que controlan la economía y ahora, diez años después la organización social ha mejorado.
Así, mientras los “iluminados” de 49 países del mundo se
preocupan por: “generar un marco legal que garantice cero tolerancia a la corrupción y
propicie un escrutinio social e internacional a los índices de impunidad”
tres millones de indígenas mexicanos siguen abandonados; 2.7 millones de
jóvenes con estudios medio superior o superior están en la informalidad (con
ingresos menores a 3 salarios mínimos); 500 mil adolecentes y jóvenes menores
de 20 años, se han integrado a las filas del crimen organizado; 20 mil
compatriotas mueren anualmente resultado de la violencia “por disputa de
territorios” y calladamente miles, decenas de miles, quizá cientos de miles de
mexicanos, cada vez más descontentos con su situación, calladamente, en la “clandestinidad”
se organizan para demostrar a ese grupito de “beneficiarios de la modernidad”
que ya se agotó su tiempo.
SALUD
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