El rezago educativo del estado de Oaxaca es ancestral, ya
hacia 1984 recuerdo la necesidad impostergable (hace más de 30 años) de hacer
un gran proyecto “compensatorio” para favorecer la mejora de la calidad educativa
en Oaxaca (junto con Chiapas, Guerrero y Michoacán) y lograr indicadores
educativos similares a los promedios nacionales; entonces esas cuatro entidades
federativas presentaban en educación básica y en indicadores como analfabetismo
o nivel de escolaridad graves atrasos.
Hoy como hace 30 años Oaxaca, es uno de los estados con
un promedio de escolaridad abajo del promedio (el más bajo del país), con un
muy alto nivel de analfabetismo; con el mayor nivel de rezago educativo (más
del 50% de su población no ha concluido la educación básica el más alto de
México); una cobertura de educación media superior y superior muy limitada.
El sistema educativo local no contempla de manera
integral la multiculturalidad (riqueza de esa cálida tierra), es más de sus
nueve grandes lenguas (Chatino, Chinanteco, Chontal, Huave, Mazateco, Mixe, Mixteco,
Triqui y Zapoteco) y otras lenguas originarias y endémicas como el Náhuatl o Amuzgo
de Oaxaca, con más de 30 variables dialectales (idiomas en el más estricto
sentido de la palabra) sólo se atienden de manera muy parcial el Zapoteco y el
Mixteco.
El rezago educativo de la entidad se atendió de manera
emergente desde ese 1984 con programas federales y recursos muy limitados, la
política educativa expresada en sus programas estatales y en los programas
federales para el sector eran sólo documentos bien escritos, mal implementados
y pésimamente operados.
En 1992 el genuflexo gobierno del estado de Oaxaca,
entregó el control administrativo, operativo y hasta académico de la educación
a la estructura administrativa y corporativa del SNTE, puso en manos de un
grupo corporativo un muy complejo asunto que ni el estado, ni la federación
habían podido atacar.
Pero la culpa de ello a partir del “diagnóstico” de la “reforma
educativa” recayó en los maestros, pero en una sociedad como la oaxaqueña,
en un territorio como el oaxaqueño; los maestros son producto de un sistema
educativo como el oaxaqueño (son producto del mismo problema)
Pero no sólo los educadores oaxaqueños son parte del
problema, de hecho los rezagos en materias como infraestructura (carreteras,
presas, vivienda y servicios públicos en general) son similares, las carencias
locales son inmensas y los avances son muy limitados en ese gran marco de
histórico atraso.
El grupo compacto de la sección 22 del SNTE que desde
1992 convertido en CNTE manejó a su antojo la definición de localidades a
atender, el perfil del docente a contratar, los mecanismos de asignación de
estos a los centros educativos, los mecanismos de ascenso y hasta los castigos
que impondrían a los docentes; la administración pública local perdió el
control de los procesos educativos locales, perdió parte de sus facultades.
Las escuelas oaxaqueñas, los inmuebles (cuando los hay)
en las zonas más apartadas del territorio oaxaqueño, están absolutamente
olvidados, la administración pública local, lejos de propiciar desde ese
aspecto un cambio (aunque fuera mínimo) en la educación, simplemente las
olvido, las ignoró, las abandonó.
Los procesos de actualización y mejoramiento del magisterio
además de limitadas están absolutamente controlados por las estructuras
fácticas locales, los grandes procesos de mejoramiento de la calidad del docente,
del directivo y del supervisor que se implantaron (aunque fuera de manera
limitada en otras entidades federativas) en Oaxaca simplemente no fueron operados,
pues “no convenía” a las estructuras de poder que controlaban la
educación local.
Los proyectos para el mejoramiento de la calidad
educativa local, recaían en los intereses de ese grupúsculo local.
Ahora escucho al gobernador Gabino Cue, señalando que con: mueva estructura, nuevas facultades
y nuevos funcionarios, se podrá modificar la condición de atraso que muestra la
educación en Oaxaca, que bueno, que se empiece pero quisiera hacer algunas precisiones
al respecto.
Una nueva estructura administrativa, con nuevas
facultades para dar respuesta a las inmensas carencias que hoy existen en esa
entidad federativa no son más que un acto administrativo, un paso necesario
pero no suficiente para mejorar la calidad educativa, los componentes
educativos locales deben ser trastocados a partir de una certera y muy
profesional evaluación de cada uno de ellos, la heterogeneidad de la formación
de los profesores quizá permita en principio un gran programa de formación
(para los que no fueron formados) de actualización (para los que lo fueron en
un plan de estudios diferente) y de mejoramiento (sobre aspectos particulares o
específicos resultado de sus necesidades); la planeación del sistema en su
conjunto deberá fundamentarse en la necesidad de cada localidad y comunidad
(con pleno respeto a sus tradiciones y cultura)
Es impostergable (como hace treinta años) un programa de construcción
de verdaderas escuelas empezando por las localidades más apartadas del
territorio.
La “conectividad” a la que tanta referencia se ha hecho,
deberá verse como una necesidad, no como una obsesión, el terreno de Oaxaca no
es el más adecuado para ello, mucho más importante que ello (y quizá más
barato) será la instalación sanitaria e hidráulica de los planteles.
Lo más importante quizá sea la necesidad de evitar que la
CNTE y su líder Rubén Núñez, a partir de la amenaza (permanente chantaje) y una
actitud de permanente confrontación retome parte de la responsabilidad estatal
o revierta el avance.
Importante también será propiciar un ambiente de
confianza entre los profesores y la autoridad educativa, que no se base en
medidas coercitivas o punitivas, que genere, que propicie, que favorezca la
participación comprometida (como hasta ahora) de la mayoría de ellos en el
cambio de paradigma.
Es importante que se parta desde la comunidad para la
revisión de las prioridades en materia educativa y que toda acción desarrollada
sea evaluada por la propia sociedad, para que se genere una nueva sinergia
educativa y de compromiso social, son las comunidades más apartadas las que más
atención merecen, pero se requieren mecanismos de control social que regresen
indicadores de mejora.
SALUD
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