Para entender una gran acción social que sea capaz de
mandar un mensaje claro a las estructuras de poder real nacional habría que primero
explicar lo emblemático de la fecha, así pues, un 14 de octubre de 1905 Trotsky (iniciador de la revolución
rusa que concluye con la implantación del primer estado socialista en 1917 y
conceptualizador de “la revolución permanente” como
término consustancial a la extensión de un modelo social en el mundo) convoca a
un gran paro nacional que logró que más de 1.8 millones de obreros rusos
pararan absolutamente y que casi 3 millones de pobladores rusos participaran
activamente en el movimiento.
El mismo Trotsky
en su primera evaluación del movimiento (que se conoce como la primera
revolución rusa) retoma a Dzvelegov
(constitucionalista ruso y revisor de los derechos fundamentales) con el
siguiente párrafo: "la sociedad misma tiene que demostrar, en el
momento decisivo, su disposición a sublevarse para proteger su Constitución"
para llegar a la siguiente conclusión en su revisión de Resultados
y Perspectivas “Lo único necesario
es que la sociedad misma esté dispuesta a resistir. Sigue siendo desconocido
por qué camino debe hacerlo. Si algo resulta claro de estas evasivas es que, en
el corazón de nuestros demócratas, el miedo a la soldadesca de la autocracia ha
sido vencido por el miedo al proletariado en armas”
Rosa
Luxemburgo (revolucionaria alemana, de origen polaco y contemporánea
de Trotsky) concluyó que “la
huelga de masas es sólo uno de los elementos de lucha revolucionaria” y
catalogó ese ejercicio trotskista como un inminente avance.
No sé si esto fue considerado por los convocantes del
paro nacional del 14 de octubre de 2013, en defensa del petróleo o los que en
2014 que bajo el argumento de: “detener todo para mover a México” que
se convirtió en la primera jornada de protesta ante la desaparición de 43
jóvenes normalistas, sé que una evaluación crítica de los dos paros anteriores
tuvieron una repercusión real sobre las fuerzas económicas locales, pero puedo
decir que en 1903 la convocatoria rusa logró que unos 87 mil obreros pararan y
la de 1904 apenas tuvo influencia en 25 mil.
También puedo decir que esta vez fue convocada con mayor
tiempo, que está siendo apoyada por amplias capas sociales, por algunas figuras
públicas y asociaciones ciudadanas; en general hay mayor participación y
difusión del evento.
Pero además, hoy a casi tres años de inicio de la actual
administración las condiciones subjetivas están más alineadas a favor de un
buen resultado; en México en los últimos tres años las condiciones de vida de
la población se han deteriorado de manera alarmante: aumentó el número de
mexicanos en situación de pobreza, los salarios sociales han disminuido
sistemáticamente, los actos de corrupción gubernamentales y privados se han multiplicado,
la “ineficiencia”
gubernamental federal y local es absolutamente “imperdonable”, los márgenes
de participación social en acciones públicas se han cerrado, en resumen se ha
proletarizado a los mexicanos.
No hay un proyecto de nación creíble, el gobierno con su “mover
a México” ha logrado que cada vez mayores capas de la población lo vean
más como el enemigo a vencer que como la posibilidad real de mejorar las
condiciones socioeconómicas personales, familiares, comunitarias, nacionales y
hasta políticas del país.
Las condiciones objetivas han mostrado deterioro desde
hace ya tres décadas de manera permanente: el “prometido” crecimiento
económico que vendría con las “reformas estructurales” sólo se dio sólo
en sus sueños, los niveles de violencia se incrementan a diario, las acciones
de represión se multiplican a diario, el uso de la “violencia institucional”
contra la población es cotidiano y permanente; la pauperización social ya
afecta la capacidad de sobrevivencia.
En una vorágine de corruptelas, compadrazgos y
contubernios nos muestran de manera descarnada su insaciable apetito por
apoderarse de nuestros recursos, de nuestra riqueza y hasta de nuestra dignidad;
un paro nacional es el mejor instrumento para mostrar al gran capital nacional
nuestro hartazgo.
Un día sin trabajo, sin estudio, sin consumo significa
millonarias pérdidas para los que pueden influir en el gobierno; pero es para
la población mexicana un mecanismo de mostrar su absoluta inconformidad con un
gobierno incapaz, corrupto y degradante.
Apoya el paro nacional este 14 de octubre “hasta la victoria”
SALUD
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