Aunque
desde antes del proceso electoral ya lo había señalado René Juvenal Bejarano Martínez, hace unos días se encargó de
reiterar de manera clara la necesidad de la: “unidad de las izquierdas para
contribuir a la construcción de una nueva mayoría que permita en 2018 la
conformación de un Congreso democrático” pero ahora además se encargó
de señalar que hablaba a nombre del Movimiento Nacional por la Esperanza (MNE)
que surge a mediados de 2004 (como parte de las estructuras de apoyo a AMLO en
la elección de 2006) y fue relanzado a mediados de 2013, tras la derrota de AMLO.
El MNE, está registrado como Asociación Civil y dice
agrupar a una gran corriente de pensamiento, a un gran equipo de luchadores
sociales que vienen de todas las líneas de la izquierda nacional e incluso a
personas progresistas que buscan respuestas a sus peticiones, y manifiesta de
manera clara que ante la pérdida de confianza de las organizaciones políticas
por parte de la sociedad, se requiere una nueva Organización Política Nacional,
aunque parezca una contradicción.
Bajo ese esquema plateó el 27 de septiembre del 2015, que
el MNE se convierta en tal y para ello ya convocó hacia finales de noviembre
próximo a un Congreso Nacional en el que (según él deberá haber 2,000
representantes de su militancia) parte del padrón de militancia del MNE está
integrado por militantes de partidos políticos (PRD, PT, MC, Morena, PH y hasta
PES) y su fuerza primaria ahora se concentrará en las entidades federativas en
que hay elecciones locales en 2016, Aguascalientes, Baja California, Chihuahua,
Durango, Hidalgo, Oaxaca, Puebla, Qintana Roo, Sinaloa, Tamaulipas, Tlaxcala, Veracruz
y Zacatecas.
Sólo como parte del anecdotario recuerdo que el joven
Juvenal fue miembro fundador de la Unidad de Izquierda Comunista (UIC) hacia
mediados de 1985 (escisión del PCM a principios de los 70)luego del sismo de ese año de la Unión
Popular Nueva Tenochtitlán Norte y Sur; que con esas organizaciones en 1989
(previo al congreso nacional de formación del PRD) logró conformar un grupo
conocido como OIR-LM (“los
renés” como se les conoció) que influyó (aunque de manera tangencial)
en aspectos trascendentes de esa fuerza política incluso hasta 1994.
Pero en 1987 la Unidad de Izquierda Comunista, fue una de
las cinco organizaciones que dieron vida al Partido Mexicano Socialista (PMS),
que por cierto fue parte del Frente Democrático Nacional (FDN) que en 1988
llevó a Cuauhtémoc Cárdenas a la candidatura a la presidencia de la república.
Bejarano no
es un improvisado de la política, no es parte de las aves pasajeras que brincan
de una estructura a otra en busca de espacios políticos, no es parte de los
denominados “chapulines” de la política nacional, es un pilar de la
formación de estructuras, es un convencido de la necesidad de llegar a ser
gobierno, de hecho es quizá una de las pocas constantes en los procesos de
formación de estructuras partidistas y de la colocación de piezas claves en las
candidaturas locales y federales.
La Unidad Izquierda Comunista (UIC) logró en 1988, en
1991 y en 1994 colocar parte de los viejos militantes comunistas en congresos
locales, en presidencias municipales y hasta en el Congreso Federal.
No es una ocurrencia de René Bejarano el formar, relanzar esa nueva Organización Política Nacional,
pues representa la única posibilidad de hacer acuerdos concretos con uno o varios
partidos políticos hacia los procesos electorales locales y en el federal de 2018.
Hoy, la dispersión de la izquierda, es un factor que
debilita, pero que fortalece a ese sector nacional.
Bejarano, no juega con la política, para él es una forma
de vida, él (tras el incidente de las ligas) fue el único de los filmados que
no acudió a “acuerdos” para evadir la aplicación de la justicia, él enfrentó
proceso y fue a la cárcel, él mostró que la política y su militancia es una
profesión peligrosa, él (a pesar de que lo niega) apoyó de manera decidida a
más de uno de los candidatos en el DF y ganó con ello un grupo parlamentario
dentro de la ARDF.
Hoy IDN pese a lo que se dice, es una estructura nacional
que puede generar las sinergias para una Organización Política Nacional y puede
con ello lograr “colocar” sus piezas para después aglutinar, así como en el
último proceso se desligó del PRD y logró colocar parte de sus estructuras, así
hacia 2018 piensa en una izquierda, en la unidad de la izquierda.
Sin embargo, hacer de la izquierda una gran organización es
sólo uno de los sueños de los que ahí militamos desde hace muchos años, lo más
cercano que estuvimos fue en 1987 y ya pasó, pero lograr que sean capaces de
reconocer (a pesar de sus diferencias) que hay un objetivo común es importante.
Por lo pronto, habré de pensar el esfuerzo de Bejarano y
MNE son sólo parte de los muchos esfuerzos que muchos hacemos desde nuestra
trinchera para una cambio verdadero.
SALUD
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