lunes, 28 de septiembre de 2015

De la pulverización a la “unidad”

Aunque desde antes del proceso electoral ya lo había señalado René Juvenal Bejarano Martínez, hace unos días se encargó de reiterar de manera clara la necesidad de la: “unidad de las izquierdas para contribuir a la construcción de una nueva mayoría que permita en 2018 la conformación de un Congreso democrático” pero ahora además se encargó de señalar que hablaba a nombre del Movimiento Nacional por la Esperanza (MNE) que surge a mediados de 2004 (como parte de las estructuras de apoyo a AMLO en la elección de 2006) y fue relanzado a mediados de 2013, tras la derrota de AMLO.

El MNE, está registrado como Asociación Civil y dice agrupar a una gran corriente de pensamiento, a un gran equipo de luchadores sociales que vienen de todas las líneas de la izquierda nacional e incluso a personas progresistas que buscan respuestas a sus peticiones, y manifiesta de manera clara que ante la pérdida de confianza de las organizaciones políticas por parte de la sociedad, se requiere una nueva Organización Política Nacional, aunque parezca una contradicción.

Bajo ese esquema plateó el 27 de septiembre del 2015, que el MNE se convierta en tal y para ello ya convocó hacia finales de noviembre próximo a un Congreso Nacional en el que (según él deberá haber 2,000 representantes de su militancia) parte del padrón de militancia del MNE está integrado por militantes de partidos políticos (PRD, PT, MC, Morena, PH y hasta PES) y su fuerza primaria ahora se concentrará en las entidades federativas en que hay elecciones locales en 2016, Aguascalientes, Baja California, Chihuahua, Durango, Hidalgo, Oaxaca, Puebla, Qintana Roo, Sinaloa, Tamaulipas, Tlaxcala, Veracruz y Zacatecas.

Sólo como parte del anecdotario recuerdo que el joven Juvenal fue miembro fundador de la Unidad de Izquierda Comunista (UIC) hacia mediados de 1985 (escisión del PCM a principios de  los 70)luego del sismo de ese año de la Unión Popular Nueva Tenochtitlán Norte y Sur; que con esas organizaciones en 1989 (previo al congreso nacional de formación del PRD) logró conformar un grupo conocido como OIR-LM (“los renés” como se les conoció) que influyó (aunque de manera tangencial) en aspectos trascendentes de esa fuerza política incluso hasta 1994.

Pero en 1987 la Unidad de Izquierda Comunista, fue una de las cinco organizaciones que dieron vida al Partido Mexicano Socialista (PMS), que por cierto fue parte del Frente Democrático Nacional (FDN) que en 1988 llevó a Cuauhtémoc Cárdenas a la candidatura a la presidencia de la república.

Bejarano no es un improvisado de la política, no es parte de las aves pasajeras que brincan de una estructura a otra en busca de espacios políticos, no es parte de los denominados “chapulines” de la política nacional, es un pilar de la formación de estructuras, es un convencido de la necesidad de llegar a ser gobierno, de hecho es quizá una de las pocas constantes en los procesos de formación de estructuras partidistas y de la colocación de piezas claves en las candidaturas locales y federales.

La Unidad Izquierda Comunista (UIC) logró en 1988, en 1991 y en 1994 colocar parte de los viejos militantes comunistas en congresos locales, en presidencias municipales y hasta en el Congreso Federal.

No es una ocurrencia de René Bejarano el formar, relanzar esa nueva Organización Política Nacional, pues representa la única posibilidad de hacer acuerdos concretos con uno o varios partidos políticos hacia los procesos electorales locales y en el federal de 2018.

Hoy, la dispersión de la izquierda, es un factor que debilita, pero que fortalece a ese sector nacional.

Bejarano, no juega con la política, para él es una forma de vida, él (tras el incidente de las ligas) fue el único de los filmados que no acudió a “acuerdos” para evadir la aplicación de la justicia, él enfrentó proceso y fue a la cárcel, él mostró que la política y su militancia es una profesión peligrosa, él (a pesar de que lo niega) apoyó de manera decidida a más de uno de los candidatos en el DF y ganó con ello un grupo parlamentario dentro de la ARDF.

Hoy IDN pese a lo que se dice, es una estructura nacional que puede generar las sinergias para una Organización Política Nacional y puede con ello lograr “colocar” sus piezas para después aglutinar, así como en el último proceso se desligó del PRD y logró colocar parte de sus estructuras, así hacia 2018 piensa en una izquierda, en la unidad de la izquierda.

Sin embargo, hacer de la izquierda una gran organización es sólo uno de los sueños de los que ahí militamos desde hace muchos años, lo más cercano que estuvimos fue en 1987 y ya pasó, pero lograr que sean capaces de reconocer (a pesar de sus diferencias) que hay un objetivo común es importante.

Por lo pronto, habré de pensar el esfuerzo de Bejarano y MNE son sólo parte de los muchos esfuerzos que muchos hacemos desde nuestra trinchera para una cambio verdadero.

SALUD

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