domingo, 6 de septiembre de 2015

Ahora sí “el horno está para bollos”

Los que explican desde la teoría popular la famosa frase de “el horno no está para bollos” aseguran que ese particular panecillo no debe colocarse en el interior de un horno muy caliente pues rápidamente alcanzará su cocción exterior y la masa interior quedará cruda; señalando que la frase hace alusión a la presión que en una persona o en un colectivo de personas se ha acumulado, está a punto de alcanzar el clímax y estallar.

Tres días en la Sierra de Guerrero me dicen que ahora sí, el horno está para bollos y que no se quemará el exterior y quedará crudo el interior; llegué el martes ya por la noche hasta Tehuixtla (en la parte sur de Morelos) me recibieron un compañero de andanzas de los 70 y dos camaradas que dijeron ser parte del MIP (Movimiento Indígena Popular) y me indicaron que hay muchas organizaciones sociales independientes en toda la Sierra que han venido haciendo trabajo de adoctrinamiento, capacitación y entrenamiento en las comunidades.

El miércoles muy temprano (casi a las 4 de le mañana) ya estábamos listos para salir (en principio dijeron que estaríamos en Huitzuco (al norte de Guerrero) después de visitar unos seis o siete comunidades) alrededor de las 16 ó 17 horas; en realidad llegamos hasta Coaxitlán (en la frontera de amos estados y ahí nos “alcanzó” una parte de algo que se auto denomina PRO (ellos dijeron ser Prodefensa y estar dedicados a la organización social y defensa de los derechos comunitarios) los “comandantes” Lucha y Pedro, me mostraron las comunidades en que actúan (ellos dicen intervienen) desde ahí y hasta una comunidad llamada Xantiopan (dicen que yá está en la colindancia con Puebla)

Hay (según el PRO) unas 40 ó 50 comunidades que ya están organizadas y esperando “el momento adecuado”, dicen también que en esa parte del estado de Puebla y hasta Izucar de Matamoros hay otras más y que esas están integradas casi en su totalidad por comunidades indígenas que han sido despojadas de tierras y aguas y relegadas a niveles de pobreza.
Pedí conocer lo que estaban haciendo en esa región y como a las 16 horas enfilamos hacia Teocalcingo (casi en el vértice de las tres entidades federativas) ahí tomamos café y platicamos una buena parte de la noche.

Es una verdadera delicia platicar con gente de las comunidades, de los pueblos originarios locales; de nuestra historia y de nuestra percepción del país que apenas unas horas antes el señor Peña había descrito como: “un país responsable, en el que se puede confiar, creer y crecer” mientras ahí ellos simplemente siguen viendo todo igual que hace 20 años o incluso peor que hace treinta años.

Nuevamente en la madrugada del jueves iniciamos nuestra caminata pero a un pintoresco poblado llamado Chaucingo, lugar en el que se gestó (hace apenas un par de meses) una sublevación contra la autoridad municipal de Huitzuco por el incumplimiento en la entrega de fertilizantes, platiqué ahí con Don Fidel (un anciano como de 80 años de edad) que me explicó entre su lengua originaria (náhuatl de la montaña y español) que “ya están hasta la madre de promesas e incumplimientos” como lo dice hoy un extraordinario reportaje de Guadalupe Fuentes y Juliana Fregoso, publicado el sin embargo y llamado EPN LANZÓ DECÁLOGO CADA 8.2 MESES COMO PRESIDENTE, LA MAYORÍA SIN CUMPLIR.

Ellos que sufren ahí las consecuencias de una rampante corrupción de todos los órdenes de gobierno, saben que el discurso hueco de Peña es sólo una manera de decir que siguen sin hacen nada en materia de castigo a la corrupción.

Ya en Huitzuco, por la tarde de ese día me enteré con detalle de la organización que guarda el movimiento popular local, estuvieron más de seis organizaciones con una inmensa cantidad de siglas, en las que prevalecen denominaciones como Popular, Revolucionaria, Independiente, Lucha y hasta Insurrección.

Me llamó la atención el grado de conocimiento de la historia, el desenvolvimiento oral de las mujeres y hombres que están inmersos en esas luchas; estoy sorprendido de la inmensa capacidad de organización de cientos (miles) de jóvenes que saben que el único camino es la lucha armada y que no hay nada que pueda cambiar a México más que la decisión de su pueblo.

Estoy convencido que la organización comunitaria encontrada ahí es similar a la de bastas zonas de Oaxaca, Chiapas, Tlaxcala, Veracruz y hasta Guanajuato Jalisco o Zacatecas.

Me es muy gratificante poder escribir a sabiendas que hay un camino y muchos mexicanos con fuerza para transitarlo; aunque pienso, tanto prepararnos para derrumbar el sistema y este se está derrumbando sólo.

SALUD

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