En realidad sr. Alemán,
la industria del “periodismo
de opinión” es mucho más rentable, pues deja millones a unos
cuantos, ustedes que convertidos en meretrices transitan por las “oficinas
de prensa” de dependencias y organismos oficiales, recogiendo el cerote
(como dijo la “distinguida” senadora Layda
Sansores), aun te recuerdo cando en 1996-1997 siendo titular de Agricultura
el sr. Labastida, pasabas a “saludarlo”
(y por un sobrecito) de manera regular.
También me han platicado tus frecuentes visitas a la SEP del
pequeño hombrecito Emilio
Chuayffet para lo mismo y tus desgañitados gritos de “paren
a la CNTE” o “ya basta de privilegios”; en fin,
Ricardo hace años que tu visión de lo que pasa en México, dista mucho de la
visión de cientos de miles de mexicanos, de millones de mujeres y hombres que a
diario se ven sometidos por un régimen de injusticias e inequidades.
Ya desde la fundación de La Jornada, tu visión de México
estaba absolutamente guiada por los “avisadores” del régimen salinista.
En tu muy cargada de ira columna, haces referencia a los
43 jóvenes estudiantes de una normal rural de Ayotzinapa para acabar diciendo “se
hizo el milagro de convertir en crimen de Estado un asesinato a manos de
matarifes del narcotráfico”, tú ves ahí un milagro, los mexicanos
muchos mexicanos vemos ahí simplemente la gota que derramó un vaso lleno de
injusticia y desigualdad; antes que esos 43 hay casi 20 mil desaparecidos, hay
más de 100 mil asesinatos, hay casi 200 mil desplazados; pero hay sobre todo,
un Estado absolutamente ausente de los grandes problemas nacionales, sumido en
su autocomplacencia y acompañado por pseudoperiodistas que lejos de hacerle ver
a esos administradores de la mediocridad la realidad, son embarrados por el régimen
para ensalzarlos o para simplemente no hacer “muchas olas” con sus
fracasos.
Es verdad, las redes sociales se han convertido en un
misil envenenado, pero ustedes los “periodistas” los hacedores de
opinión pública, se encargan a diario en repetirnos que “ahí sólo una muy pequeña parte de
la sociedad mexicana interactúa” entonces la verdadera razón de tus
improperios esta en otra mucho más profunda y seguramente de índole económico,
pues tus chayotes han mermado, ahora los “patrocinadores” exigen audiencias y “pagan”
en función de impactos y tu dejaste de tenerlos hace mucho tiempo.
Hasta personajes muy obtusos como López Dóriga, Ferriz de Con,
Ruiz Healy (el verdadero dice él) y Fernanda Familiar, entendieron hace
mucho tiempo que el futuro de la “comunicación” estaba en las
plataformas digitales; los medios del mundo (TODOS) han migrado a esas
plataformas y hoy su principal negocio dejó de ser la impresión de panfletos.
Y tú sólo en una paginita de autopromoción con ventas
exclusivas al gobierno (SEMARNAT, STPS y Presidencia) muestras el nivel de tu
mediocridad.
Ricardo cuando hablas de la “industria del desprestigio,
la mentira y el engaño” seguro te salió sangre de la lengua, pues te reflejaste
de cuerpo entero (como decía Don Julio
Sherer) en tu propia frase y sólo te puedo decir que SI importa la validez,
la seriedad y el propósito de la información y que es precisamente en razón de ello
que como dice el reporte de El Universal, hoy tu columna es la menos vista de
todas.
En alguna ocasión (seguro hace más de dos años) te
escuché decir, junto a tu patiño en el programa de radio que hay profesionales
que suben videos a YouTube y ganan miles de pesos con ello, aunque eso fuera
cierto, simplemente indica que esas personas tienen mayor credibilidad que tu o
se dirigen a un público que les cree.
El improperio que ayer lanzaste contra uno de los candidatos y quienes en él creen (que por cierto parecen ser más que los que creen en el régimen y sus representantes en el proceso electoral), no es más que el nivel de tu capacidad, no muestra otra cosa que el nivel de desesperación que tus patrones reflejan en ti, no es más que el tamaño del miedo a perder tus últimas prebendas, en fin, junto a la victoria electoral de un gran movimiento, viene tu irremediable olvido.
En fin, tus mentiras se limitan a tres falacias: una inmensa aversión a López Obrador, una estúpida perorata contra profesores y todo lo que su lucha significa y una muy pobre defensa de un gobierno absolutamente inútil. Tú ya no tienes la capacidad de dirigirte a un público que te crea o cada día es menos ese estrato; tus mentiras ya sólo llegan a una minoría y eso no te permite influir en nada y menos extorsionar al gobierno.
SALUD
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