miércoles, 21 de septiembre de 2016

El idiota del pueblo

Es una vieja historia sobre un personaje que sobrevivía haciendo mandados y en las tardes permitía que los parroquianos de la cantina del pueblo se divirtieran con su estupidez, al mostrarle dos monedas: una pequeña de un peso y una grande de cincuenta centavos y él siempre tomaba la de menor valor para que los “brillantes” asiduos al bebedero se rieran; una tarde un visitante no asiduo lo llamó a parte y le preguntó ¿que no te has dado cuenta que la moneda grande vale la mitad? y el idiota contestó “no soy tonto, lo que pasa es que el día que tome la pequeña se acaba el juego

También les puedo decir que durante la administración de Zedillo, muchos se burlaban de él, señalándolo como idiota o pendejo, pero mi personal percepción es que el zedillín con una visión más allá de la inmediatez, propició esa imagen, fue incluso promotor de la misma, dejó que lo tacharan de inepto y hasta propició en un grupo selecto que se difundiera esa imagen, pues (especialmente en la segunda mitad de su administración) logró que las aguas se asentaran e incluso contuvo los embates de Porfirio Muñoz Ledo que entonces coordinaba al grupo parlamentario del PRD en la Cámara de Diputados; sus opositores no tenían argumentos de descrédito y se limitaban a señalarlo como tonto.

Pues dado el nivel de estupideces que comete el señor Peña Nieto, estoy llegando a pensar que es brillante, que ya se dio cuenta que la moneda pequeña vale más que la grande y no quiere que se acabe el juego, me explico.

El nivel de popularidad ya pasó a niveles de impopularidad, desciende vertiginosamente y muy lejos de Zedillo (que a partir de esta etapa levantó su popularidad) llega a niveles cercanos al 23% de aprobación y puede llegar a niveles de entre 10 y 15%, pero no le importa y no parece importarle, pues en el último mes ha “cometido” tres errores que hasta un idiota pudo haber evitado.

La “invitación” a Trump que ya per se resultaba poco adecuada en ese momento y que seguramente fue contraindicada por sus “asesores” y parte de su gabinete, fue casi de inmediato resuelta con otra “impertinencia” al otorgar una “entrevista” a Carlos Marín, que resultó en un verdadero desastre y aparentemente en la salida de Videgaray; el “grito” con trapitos reciclados de la gaviota fue motivo de burla permanente y la recepción de la presea como el “estadista” del año; son los últimos errores de imagen que no hubiese cometido ni Zedillo.

Pero pueden ser una estrategia de “distracción” para que él y su grupito de selectos sigan saqueando el país, mientras nos distraemos en hacer memes y criticarlo agriamente, pues a ellos, lo único que les importa, lo único que verdaderamente quieren hacer es seguir lucrando a nuestras costillas.

No se distraigan, el “idiota del pueblo” sigue haciendo negocios y no hay quien lo detenga, menos por ser estúpido.

Así que con "todo respeto" como dice aquel, les comunico que parece que "el idiota es el Pueblo"


SALUD

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