Tras lo que él denominó el segundo informe de gobierno, que
en realidad es un mensaje (muchas veces repetido, para tratar de que parezca
verdad) en el que según los que se dedican a eso no mencionó más que una vez la
palabra corrupción y no hizo referencia a su combate o a los “esfuerzos”
realizados al respecto. SALUD
El señor Peña, aprovechó la reunión con Los
300 Líderes Más Influyentes de México 2014 para mencionarla diez veces (sin
alusiones personales, claro está) ahí se encargó de recordarles que con la “nueva”
Ley de Competencia Económica y las modificaciones a la de Trasparencia; el
Estado Mexicano “muestra” su interés en el combate a la corrupción. SALUD
Luego realizó una perorata inentendible para concluir: “a
partir del fortalecimiento de instituciones que permitan combatir prácticas de
corrupción, que permitan definir políticas que sirvan, o que inhiban eventuales
prácticas de corrupción, será como estemos avanzando realmente en la formación
de una nueva cultura ética entre la sociedad mexicana” SALUD
Pues será el sereno como decía mi abuela, pero han pasado
casi dos años desde que llegó y lo único que se ha hecho es dejar en el limbo
la institución que en teníamos para combatir la corrupción de las instituciones
públicas.
México ha tenido corrupción desde antes de la llegada de los
invasores españoles, de hecho ya está demostrada la “falsificación” de granos
de cacao y la compra de productos con esa “moneda” y la “influencia” de ciertos
comerciantes para colocar a “jueces” de controversias en el
mercado de Tlatelolco.
Pero, la corrupción de las estructuras de gobierno, es parte
de las costumbres de nuestros conquistadores y desde mediados del siglo
anterior, se ha visto alimentada por la impunidad imperante en estos actos; hoy
la corrupción de nuestras “autoridades” no se entendería si no
es por el nivel de impunidad que han adquirido, por los “acuerdos” y por los mecanismos
de protección que se han dado todos ellos.
El problema de la corrupción y la impunidad son un problema
para el gobierno, no porque sean constitutivos de delito, sino porque se “filtran” a los medios y la población se
entera, algunos medios la documentan y pasan de ser parte del anecdotario
político nacional, a ser parte (otra parte) de la creciente inconformidad de la
población, se convierten en otro hilo que se romperá y que acabará volviéndose
en su contra. SALUD
Hoy, una población más educada (hasta políticamente) es más
exigente de información, es más consciente de la organización para reclamar y
hace de sus cochupos, llagas que no cierran.
Pero ya Peña se dio cuenta y ahora si la vamos a atacar,
pero después.
SALUD
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