martes, 9 de septiembre de 2014

Vamos a empezar a atacarla

Tras lo que él denominó el segundo informe de gobierno, que en realidad es un mensaje (muchas veces repetido, para tratar de que parezca verdad) en el que según los que se dedican a eso no mencionó más que una vez la palabra corrupción y no hizo referencia a su combate o a los “esfuerzos” realizados al respecto.  SALUD

El señor Peña, aprovechó la reunión con Los 300 Líderes Más Influyentes de México 2014 para mencionarla diez veces (sin alusiones personales, claro está) ahí se encargó de recordarles que con la “nueva” Ley de Competencia Económica y las modificaciones a la de Trasparencia; el Estado Mexicano “muestra” su interés en el combate a la corrupción.  SALUD

Luego realizó una perorata inentendible para concluir: “a partir del fortalecimiento de instituciones que permitan combatir prácticas de corrupción, que permitan definir políticas que sirvan, o que inhiban eventuales prácticas de corrupción, será como estemos avanzando realmente en la formación de una nueva cultura ética entre la sociedad mexicanaSALUD

Pues será el sereno como decía mi abuela, pero han pasado casi dos años desde que llegó y lo único que se ha hecho es dejar en el limbo la institución que en teníamos para combatir la corrupción de las instituciones públicas.

México ha tenido corrupción desde antes de la llegada de los invasores españoles, de hecho ya está demostrada la “falsificación” de granos de cacao y la compra de productos con esa “moneda” y la “influencia” de ciertos comerciantes para colocar a “jueces” de controversias en el mercado de Tlatelolco.

Pero, la corrupción de las estructuras de gobierno, es parte de las costumbres de nuestros conquistadores y desde mediados del siglo anterior, se ha visto alimentada por la impunidad imperante en estos actos; hoy la corrupción de nuestras “autoridades” no se entendería si no es por el nivel de impunidad que han adquirido, por los “acuerdos” y por los mecanismos de protección que se han dado todos ellos.

El problema de la corrupción y la impunidad son un problema para el gobierno, no porque sean constitutivos de delito, sino porque se “filtran” a los medios y la población se entera, algunos medios la documentan y pasan de ser parte del anecdotario político nacional, a ser parte (otra parte) de la creciente inconformidad de la población, se convierten en otro hilo que se romperá y que acabará volviéndose en su contra.  SALUD

Hoy, una población más educada (hasta políticamente) es más exigente de información, es más consciente de la organización para reclamar y hace de sus cochupos, llagas que no cierran.

Pero ya Peña se dio cuenta y ahora si la vamos a atacar, pero después.

SALUD

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