Ayer tras la “denuncia” que realizó el PRD contra Rosario
Robles, los siempre “bien informados periodistas” Ciro Gómez y Ricardo Alemán,
realizaron “conjeturas” muy interesantes respecto de las profundas causas de
este acontecimiento, el primero (junto a su patiño Manuel Feregino) decidió que
es parte de la guerra que el PRD hace desde siempre a Rosario Robles por
instrucciones de Andrés Manuel López
Obrador (como si aun hubiera alguien en el PRD que atendiera las órdenes de
este) y el segundo (mucho más profunda en sus reflexiones) llegó a la
conclusión de que es un asunto de misoginia política, SALUD.
Desde hace tiempo, la “izquierda mexicana” ha estado
asociada mediática y sistemáticamente al PRD (surgido hacia finales de los 80,
tras las elecciones de 1988 en que el Partido Mexicano Socialista (PMS) “cede” su
registro para el surgimiento de lo que los ideólogos del régimen deciden
denominar la “izquierda”)
A nivel de historia, eso es apenas lo que se nos presenta,
la izquierda en México, es más antigua que el mismo PRI (y su padre el PRM o su
abuelo el PNR), el PCM nace hacia finales de la revolución y se mantuvo activo
hasta mediados de los 80.
La izquierda en México, es progresista, está alimentada por
corrientes filosóficas y sus brazos organizativos u operativos están en las
fábricas, en las agrupaciones sindicales, pero muy especialmente en los centros
educativos universitarios.
Es alimentadora de las grandes movilizaciones que
transformaron este país en las dos décadas previas al 68 y que tras ese
simbólico año, lograron equilibrar parte de los procesos políticos nacionales,
la izquierda no tuvo registro, tenía militancia y presencia pública, era discursiva
y reactiva, pero también propositiva y proactiva.
Tras el 68 la organización social (comunitaria, rural y
laboral) fue su principal ámbito de acción, hacia mediados de los 70 surge El
movimiento Sindical Revolucionario y el Consejo Sindical (CS) como un grupo
alrededor de la revista Punto Critico, conformado principalmente por cuadros
participantes del movimiento estudiantil popular del 68, esa fue la fuerza
principal para la creación del Sindicato del Personal Académico de la UNAM
(SPAUNAM) y es ahí la primera aparición de la señora Robles, que militaba en el
Grupo de Izquierda Revolucionaria (GIR) y participó en la creación de la
Organización de Izquierda Revolucionaria-Línea de Masas acabando por afiliarse
al STUNAM, donde sería uno de los líder de la corriente opuesta a la dirigencia
de Evaristo Pérez Arreola y miembro
del comité ejecutivo.
Su participación sindical, su matrimonio con Julio Moguel Viveros y su cercanía con
históricos líderes como: Ricardo Pascoe,
Adolfo Guilly, Pedro Peñaloza, Antonio
Santos, Carlos Imaz, Imanol Ordorika
y Armando Quintero, la llevaron a participar
activamente en el Frente Democrático
Nacional (FDN) y fue la carta impuesta a Cuauhtémoc Cárdenas por parte de la izquierda en la integración del
PRD como creadora de la cartera de Movimientos Sociales y Secretaria de
Organización.
Su nivel de afinidad con Cárdenas Solórzano le permite servir de puente de comunicación
entre las posiciones izquierdosas del PRI disidente y de la izquierda histórica,
es decir la hace una pieza de transmisión entre los grupos ahí integrados.
Es tan importante para Cárdenas
que en el proceso electoral federal (para contender por segunda ocasión a la
Presidencia) le “encomienda” las “Brigadas del Sol” (lo que nos puede dar
una imagen de lo que ahora son las “brigadas contra el hambre”)
En el proceso electoral federal del 97 (para la Jefatura de
Gobierno del DF) se vuelve a encargar de ese mecanismo corporativo de
afiliación al PRD y (parece) el éxito fue contundente.
La actividad administrativa y de gestión pública de Robles esta indefectiblemente ligada Cárdenas, no es más que una pieza
(bisagra entre las corrientes de la vieja izquierda y el PRI agregado a la
izquierda)
Hoy el PRD no representa más a la izquierda mexicana, su
dirigencia desde hace muchos años está en manos de Nueva Izquierda que NO
representa la vanguardia y no representa incluso a los grupos de priistas que
se agregaron a la izquierda hace ya 25 años.
Son beneficiaros de un membrete que no les es propio y que sólo les
sirve para sus intereses personales.
Rosario Robles
sigue siendo bisagra entre el PRI y la izquierda histórica, pero su capacidad
de movilización está acotada por las estructuras burocráticas impuestas, es un “bonito
adorno” (como decía Don Salvador Nava)
en el aparador peñejo.
Los dueños del PRD saben que el fortalecimiento de la imagen
de Robles y su relación con esos minúsculos grupos de la izquierda como Alternativa
Democrática Nacional (ADN) conformada en el estado de México (tierra de Peña
Nieto) o con Izquierda Democrática
Nacional (IDN) o Izquierda Unida
(IU) que está integrando Bejarano y Padierna, la colocan en posición de “negociar”
para si y para sus allegados lugares en los congresos locales e incluso en
presidencias municipales.
Los chuchos (que además han dejado de
tener fuerza operativa loca y regional) ven amenazado su control de los órganos
de dirección del PRD e intentan renegociar posiciones con las tribus
opositoras.
Sin embargo, el camino del PRD parece estar marcado, pues
las divisiones a su interior se recrudecen y cada uno de los grupos que lo
integran quieren su pedazo de pastel, sin embargo, el pastel no alcanza para
repartirse.
SALUD.
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