viernes, 27 de septiembre de 2013

La Montaña olvidada y muy brava

Ancestralmente territorio indígena de México, ahí conviven tlapanecos y mixtecos ―aunque también hay algunos amuzgos― va desde Acatepec (colindante con Ayutla tan mencionada últimamente) hasta Xochihuehuetlán (colindante con la mixteca oaxaqueña y poblana tan olvidada de siempre), son 19 municipios indígenas (según la caracterización del INALI, “gobernados” (casi siepre por autoridades mestizas (que muchas veces ni hablan la lengua ni conocen las costumbres indígenas)
Los escurrimientos hídricos dan nacimiento a cuando menos tres ríos Río Nexpa, el Río Papagayo y el Río Sabana y es albergue de las lagunas de Tecomate y Tres Palos; ellos viven y conviven con la lluvia, de hecho su sistema agrícola se sustenta en ella.

Esas comunidades se han asentado en las laderas de los ríos desde tiempos ancestrales y algunas de ellas aprovechan las afluentes como única vía de trasporte de personas y mercancías.

Si como dice gobernación en Guerrero llovió en tres días lo que normalmente llueve en un año, seguramente muchas de esas comunidades se encuentran hoy en un verdadero estado de emergencia y si como dicen sus autoridades autónomas “ninguna autoridad ha llegado a ellas” pues estamos en un verdadero estado de desmadre.


Pero esa espera les ha hecho comunidades muy cerradas que se forjan y se defienden a partir de sus propias fortalezas, a partir de esas fortalezas, de lo intrincado de sus territorios han propiciado un mecanismo de defensa propio e independiente, que les permite mantenerse a salvo de la “modernidad

Muchas de esas comunidades dieron cobijo durante la guerra sucia (1970-1982) a miembros de la guerrilla, entonces fueron influenciados por aquellos jóvenes para la defensa de su territorio, de su integridad y de su cultura.

Esas comunidades (exportadoras de mano de obra a los centros urbanos nacionales y a los Estados Unidos) son remanso en medio de la vorágine y sólo son visitadas por miembros de la comunidad que regresan a visitar a la familia una o dos ocasiones en el año.

Hasta ellas llegan armas provenientes de esos centros urbanos y de los Estados Unidos, que son celosamente resguardadas por la comunidad y que servirán para defender aquellas cosas que la comunidad considera valiosas.

Las afrentas históricas sufridas por esos pueblos de la Montaña de Guerrero, no se compensan con despensas, ni siquiera con caminos o escuelas, son ofensas tan graves que se guardan y se externan sólo cuando se presentan estas oportunidades y las diferencias se dirimen a base de enfrentamientos.

Tener en cuenta que un pueblo devastado por el agua y olvidado por sus autoridades (desde la municipal hasta la federal) sólo puede externar su descontento con actos violentos (equivales a la violencia del olvido, la marginación, la falta de atención y otras muchas) es sólo una posibilidad que no les cabe en la cabeza a los “administradorsetes” públicos, por ello en lugar de atenderlos la señora Robles (como casi todos los otros) voltean a reclamar al interlocutos con un “para eso me trajiste ¿para que me ajusticiaran?SALUD

No se dan cuenta que las válvulas de escape social están a punto de reventar y creen que increpando a terceros, se resolverá.


SALUD

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