Los inmortales

Hace muchos años, escuche decir a Fernando Gutiérrez Barrios “esos inditos mexicanos que por que su papá es medio importante, piensan que son inmortales” creo que hacía referencia al hijo de un secretario de un estadito de la costa pacífica, que en un juego de cartas con sus amigos había aportado a su novia y luego no quería pagar.

Pero así, con esa analogía tan absurda y tan vil, puedo calificar al señor Jorge Alberto López Amores, hijo del procurador de Chiapas, Raciel López Salazar, que ayer decidió aventarse del piso 15 de un crucero hacia el mar, para “parar el barco y hacer historia” SALUD

“Los inmortales” decía Don Fernando, “son tan pendejos que no se dan cuenta de su propia estupidez” y pues sí, quince pisos de un crucero son quince pisos de cualquier cosa es decir unos 36 a 40 metros, el agua a esa distancia es equivalente a cemento a concreto, el inmortal saltó desde el edificio más alto de Tuxtla Gutiérrez y ni se enteró que había abajo.  SALUD

El inmortal ese estaba tan alcoholizado que cuando su cuerpo llegó al agua ya era un cadáver, púes se ahogó en el camino, aparte de lo ahogado que estaba de alcohol.  SALUD

Si llegan a sacar algo del inmortal seguro será el alma, pues no encontrarán otra cosa, por lo que a sus padres le entregarán (si es que lo reclaman) un cuestionario para recuperación de información.

Pero resulta muy interesante su actuación previa a mostrar su inmortalidad, ahí entre el grupo de mexicanos que tuvieron la oportunidad de realizar ese viaje (entre los que se encuentra el sr Felipe caldeRon) se alcoholizó, publicó una serie de tuits en los que informaba su decisión de aventarse, en fin como cualquier suicida informó su muerte.

Él inmortal estaba consciente de su mortalidad y estaba muy inconforme con su existencia.

Descanse en paz el inmortal Jorge Alberto López Amores y que “esos inditos mexicanos que por que su papá es medio importante, piensan que son inmortales” dejen de pensarlo.

SALUD