Hacia mediados del siglo XVIII, un señor llamado Adam Smith acuñó el término de “la
mano invisible” que resume de manera perfecta el liberalismo económico
(aunque la teoría real de esa doctrina económica se desarrolla hasta dos siglos
después, cuando el “economista” austriaco Friedrich
von Hayek reemplazó la mano invisible por "un orden espontáneo"
que casi de manera “divina” regularía el mercado capitalista.
Parece que nuestros “administradores” públicos regresan a
los 1700 y explican ahora todo en función de la mano invisible o el orden espontáneo,
así, el desmedido incremento del precio del huevo en el mercado nacional, ayer
la “procuradora”
Lorena Martínez Rodríguez, en varios
medios radiofónicos regresó una y otra vez sobre la regulación natural del
precio a través de los mecanismos de mercado, explicó incluso que el consumidor
dejará de consumir ese producto y los comerciantes tendrán que bajarlo de
precio, pero todo volverá a ser como antes.
En realidad (en su realidad) no hay razones para que se
presente esa distorsión de mercado, pero tampoco hay razones para que la
PROFECO intervenga, a menos (claro está) que se demuestre (quien sabe quien
tenga que hacer eso) que hay un acuerdo entre productores y comercializadores
del producto, en fin, según ella sólo hay que esperar que el mercado haga su
trabajo y el precio volverá al nivel gracias a la mano invisible.
Hace un mes, The Wall Street Journal, publicó un reportaje
en el que vinculaba a Juan Armando
Hinojosa y Grupo HIGA con una propiedad de Luis Vdegaray en Malinalco (tierra mexiquense); de inmediato el señor
Videgaray explicó que “la
transacción se había realizado a precios de mercado” que HIGA le había
otorgado un crédito (con una tasa de interés muy por debajo de la de mercado) y
el había “decidido” pagar la totalidad cuando tuvo dinero.
Pues parece que, de manera espontánea, Grupo HIGA adquirió
la casa para Videgaray y simplemente
realizó un contrato de compra-venta, sin obtener ganancias (es más perdiendo)
con tal de que el señor Videgaray, tuviera la casita de sus sueños, así opera
el orden
espontáneo en nuestro país.
A raíz del “despido” de Carmen Aristegui de MVS y tras quedar demostrado que ya desde
octubre pasado el señor Vargas,
había discrepado con la conductora del noticiero matutino e incluso que había “evitado”
publicar en los espacios de la radiodifusora el reportaje de la Casa Blanca de Peña Nieto, ayer el señor Osorio Chong (que sigue cobrando como
Secretario de Gobernación) nos “aclara” que ese es un problema entre
particulares, aunque Jorge Castañeda (que
sigue proponiéndose para sustituir a Osorio Chong) insista en
que “debe
intervenir el gobierno, pues es el principal afectado”
Así, providencialmente el “gobierno” parece alejarse
del conflicto que l despido causó y además, de las consecuencias sociales que
está generando esa arbitrariedad, el “gobierno” olvida que las concesiones
del espectro radioeléctrico, son nuestras (de la sociedad) y que los
concesionarios están obligados a servir al público (por encima de su interés
económico). Ellos esperan que “la mano
invisible” arregle el “problema entre particulares.
Así pasan la vida nuestros administradores, volteando a ver
si el “mercado” resuelve los problemas sociales y económicos en que estamos
sumidos desde hace unos 30 años, esperando que por "un orden espontáneo"
se resuelvan.
Será posible que “la mano invisible” un día decida que
ellos son innecesarios, en tanto que no hacen más que repetir teorías liberales
del siglo antepasado.
SALUD
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