En reunión con las estructuras del CEN del PRI, Manlio Fabio Beltrones, lanzó la
exclusiva al decir “veremos un auténtico relanzamiento de su gobierno que ayudará a superar
los desafíos que plantea el complejo panorama económico global, así como a
ampliar los beneficios de las reformas” quiero suponer que era para las
primeras planas de los diarios nacionales y locales, pues no hay mayor sustento
que su dicho al respecto.
El señor Beltronni tiene la esperanza, el
anhelo de que eso pase, advirtiendo de antemano que los grandes desafíos están
supeditados al “complejo panorama económico global” y dejando claro que se van
a “ampliar
los beneficios de las reformas” como si ya hubiera alguno; está
privilegiando su expectativa respecto de la realidad nacional y hasta del
panorama internacional.
Apenas ayer leíamos la declaración de recesión en Brasil;
la gravísima situación de Europa; el desgajamiento de la estructura productiva
china; la estrepitosa caída de los precios internacionales de materias primas,
el petróleo incluido y hasta las dificultades de crecimiento y la economía estadounidense.
Beltronni
transmite un discurso halagüeño en aras de tranquilizar a los priistas, pero es
consciente que el camino está cuesta arriba y que los márgenes de maniobra real
del “gobierno”
de Peña Nieto ya se agotaron.
Todas las expectativas de “crecimiento” nacional
están pausadas; los niveles de aceptación del anteriormente “poderosísimo
muñeco
hueco”, son cada vez menores; los niveles de violencia común se han
incrementado de manera sistemática y la violencia institucionalizada es cada
vez más visible, en algunas regiones del país hasta incontrolable; la
descomposición de las estructuras gubernamentales locales y los actos de
corrupción locales y federales se hacen cada vez más comunes; en fin, un coctel
de adversidades que sólo tiene un pronóstico.
El “nuevo” gabinete (que en realidad no
es más que el mismo viejo gabinete) tiene en sus hombros una carga que no
soporta y sabe que trastocar en dos años el estigma de ineficiencia, de
corrupción y de ignorancia; será tan difícil como intentar que el burro toque
la flauta; esos personajes absolutamente alineados a la vieja cultura priista
(por aclamación y unanimidad), a las formas (sí señor) y a la transa, tiene muy
pocas posibilidades de desenmarañar la maraña tejida desde hace más de medio siglo.
La estructura partidista, siempre dispuesta a jugar de
comparsa del poder caminará (según le convenga) para un lado o para el otro (ya
hoy lo vemos en Nuevo León) los “líderes” partidistas locales se
plegarán a quien pague y quien mejor lo hace es el poder.
Les platico una anécdota de mediados de los 70, en que
una comitiva del PC chino viajó a México para “conocer los secretos del
funcionamiento del PRI” y aplicarlos en su experiencia, lo único que “descubrieron”
es que el PRI no funcionaba como partido político, sino como estructura de
control político; pero ahora ni siquiera tiene esa posibilidad, pues cada
dirigencia local se pliega al poder local (priista o no) y recoge las prebendas
que ahí se generan.
Eso, su cultura de corrupción es quizá la parte que más
daño hace a México; es sin lugar a dudas el mayor reclamo de grandes capas
poblacionales a las dirigencias partidistas (a todas); el desencanto de los
mexicanos en la política y de los políticos proviene de esos “arreglos”
o “enjuagues”
o “cochupos”
que ellos hacen y sólo afectan a todos los demás.
Los priistas, lejos de “analizar los resultados” buscan
la “rentabilidad
política inmediata” ellos no ven a mediano y menos a largo plazo, así
que tras el “informe” seguirán con sus “arreglos” o “enjuagues” o “cochupos”
No entiendo como esperar un cambio si siguen haciendo lo
mismo y si me queda claro que los mexicanos de ahora somos diferentes a los de
los 70.
Beltrones
Rivera puede hacer discursos bonitos y hasta convencer a una
partecita de la población que “algo” está cambiando, pero la
realidad sigue siendo necia y en unos meses la descomposición llegará a límites
incontrolables, el ADN de los priistas implica corrupción, prebendas y transa.
SALUD
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