martes, 18 de agosto de 2015

Las cifras alegres de Peña y la realidad nacional

Hoy al inaugurar un hospital regional en Apatzingán el señor Peña Nieto, nos hace saber que según CONEVAL “la población con carencia de acceso a servicios de salud se redujo en un casi 14 por ciento” (así) luego dice que eso significa que 3.5 millones de mexicanos accedieron a esos servicios en dos años, lo que significaría por una simple regla de tres que todavía le faltan 25 millones de mexicanos y que a ese paso (sin considerar las dificultades de las poblaciones más marginadas) tardaríamos un poco más de 14 años para lograr que TODOS los mexicanos tuvieran acceso a la salud.

Luego nos dice: “A veces no se logra dar justa dimensión a lo que cada una de estas obras significa en la mejora de la calidad de vida de los habitantes de una región; pareciera que fuera ya parte de algo ordinario y común el estar entregando obras” sólo para decirle al respecto que para ellos parecería algo así, para la sociedad en realidad no lo es, puesto que sabemos del oneroso gasto que ello representa, pero además porque ni es tan ordinario y más bien es sólo de relumbrón, de presencia en medios, de apariencia y hasta de promoción personal, como es el caso, en el que todo el gabinetazo local (priista por supuesto) estuvo presente, antes de su salida y relevo por parte de Silvano Aureoles y “divina” compañía.

El mismo Peña, dice que con esta obra se cumplen 200 de los 250 compromisos comprometidos hace un año “para realmente reestablecer el orden la tranquilidad de Michoacán” (así) pues parece que cuatro quintas partes de lo que “comprometió” no han servido para gran cosa pues Michoacán sigue en guerra y los michoacanos no han recuperado ni parte de su tranquilidad.

En seguida y ya olvidándose de Michoacán, les recetó a los presentes una serie de “avances” en materia de la Cruzada Contra el Hambre y acaba diciendo que también según el CONEVAL: “de ese 100 por ciento de la población que contaba, o que estaba en esta condición de pobreza alimentaria, seis de 10 personas, es decir, 60 por ciento, lograron superar esta condición” cifras alegres o del CONEVAL o del señor Peña, pero cifras alegres, de los siete millones de mexicanos que reconoce la Cruzada Contra el Hambre como población objetivo, hoy hay una población objetivo de 8.4 millones (20% más que al inicio de la famosa cruzada)

Los mexicanos no estamos mejor que en 2012, es más no estamos mejor que en 1994, es más con cierto grado de certeza y según los instrumentos de medición, seguramente tampoco estamos mejor que en 1976; los salarios se han deteriorado de manera alarmante, el poder adquisitivo es apenas una fracción de lo que era en 1980; los niveles de empleo (pece al engañoso sistema de medición) hoy son mayoritariamente informales o ilegales (casi el 60% de la economía lo es); cuatro de cada cinco mexicanos mayores de 50 años no tienen asegurada una pensión digna y a como van las cosas cuatro de cada cinco mexicanos en general no la tienen; los nubarrones económicos internacionales no dejan ver la posibilidad de una mejora inmediata e incluso mediata; 60 por ciento de los empleos “creados” durante esta administración pagan menos que los promedios nacionales y las actividades primarias nacionales simplemente han estado “olvidadas” desde hace 30 años.

Ya instancias internacionales y nacionales establecen que en el mejor de los casos, la economía mexicana estará creciendo un promedio de 2.1% durante todo el sexenio.

Las cuentas alegres del señor Peña Nieto, sólo alcanzan para endulzar los oídos de un grupito de socios y amigos que siguen haciendo negocio con la construcción y la inauguración de un hospital regional en Apatzingán es parte de lo que el gobierno le debe a los mexicanos desde hace más de 50 años.

Los mexicanos dimensionamos de manera adecuada cada cosa que pasa en México y sabemos que la Casa Blanca de la gaviota, es una afrenta; sabemos que la ineficacia del señor Videgaray y su “presupuesto base cero” son una estupidez, los mexicanos seguimos esperando los crecimientos económicos prometidos; un México sin violencia sólo existe en la cabeza hueca de Osorio Chong y el México de apego a la legalidad es otro de los “mitos geniales

La economía que olvida su dimensión social acaba siendo un instrumento que beneficia a unos pocos gracias al sufrimiento de muchos y dedicarse a promover su imagen no hace un mejor país, es más hace un país más desigual y lo evidencia.

SALUD

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