Francisco Bulnes
Cuando se
mira la historia como un evento o una serie de eventos o de aconteceres
cotidianos y se olvida la interrelación, concatenación e integración de los
acontecimientos se cae en la banalidad del anecdotario; sistematizarla,
interpretarla e incluso transponerla nos permite evitar los errores del pasado.
No puedo más
que recordar aquel año de 1987 en que se “congregó” una gran alianza opositora
al PRI, para llevar a Cuauhtémoc
Cárdenas al poder (cuando Cárdenas
era el heredero del creador del PRI y había militado toda su vida en ese partido
político) es decir una gran alianza para sacar al PRI y meter al otro PRI a la
presidencia de la república.
Tampoco puedo
dejar de acordarme de los bruscos “cambios” de partido de innumerables
personajes para ser nominados por las fuerzas políticas “opositoras” ya sea a
presidencias municipales, gubernaturas y hasta a las cámaras legislativas,
incluso el caso de “diostinguidos” (así) miembros de partidos políticos nacionales
que “aparecen”
en el primero o los primeros lugares de las listas plurinominales de otros
partidos políticos.
Para
desgracia de la política nacional pues la vía electoral desde 1987 ha mostrado
que sólo sirve a los intereses de los grupos políticos y de las élites
económica reales y fácticas. No ha
servido más que para hacer un país más desigual y una población mucho más
consiente de tomar su destino en sus manos.
Hoy las
fuerzas políticas nacionales están llenas de chapulines que han pasado por el
PRI o por otras fuerzas políticas e incluso de oportunistas que simplemente
están ahí sólo mientras sangran al erario o reciben prebendas.
Ahora que escucho
aquel discurso de una gran alianza en la que primero se tenga programa y
después al hombre que lo llevará a cabo, como me acuerdo de Don Jesús, que en 1975 dijo lo mismo y
luego fue “superado” por las verdaderas estructuras del poder.
En la tan cacareada "alianza", unión o connivencia del PAN y el PRD, me imagino
las hordas de políticos que al interior de los partidos políticos defienden sus
intereses y los intereses de grupos de sus secuaces o cómplices intentando “posicionar”
a un personaje “afín” para el perfil del programa definido, me imagino a el
borrachín caldeRon tratando de colocar en ese programa lo que sabe hacer Margarita (es decir intentando suponer
que podría hacer la señora para colocarlo en el programa)
No puedo menos que suponer como podrán “acordar” temas como los
niveles impositivos o la gradación de los subsidios; o, un poco más filosóficos
como el “modelo” educativo o la salud pública universal; ya ni que decir
respecto a aspectos fundamentales como el derecho de la mujer a decidir sobre
su cuerpo o la equidad de género.
Aun dejando
de lado esas cosas y sólo buscando y acordando un programa (como aquellos de
finales del siglo pasado del PRI) en el que todo quepa, en el que cualquiera
pueda acomodar lo que él (o ella, por lo de equidad de género) entienda al
respecto y que por ende, puede realizar cualquiera pues pa qué acordar un
programa.
Como dije
antes en vamos
a supongar, que acuerdan un programa (aunque parece ser que el programa es
sólo evitar que Andrés Manuel López
Obrador sea presidente) y que tras ese programa que cualquiera puede poner
en práctica, entonces el agarrón será sólo por decidir quién será el candidato
y como ya lo vimos en 2000 no cederán sus cotos de poder y a menos que el
personaje sea un JuanRa o un “independiente”
o un Meade (que al final es sacar al
PRI para meter al PRI) no veo personajes, no veo ni mujeres ni hombres capaces
de hacer un verdadero cambio en el rumbo nacional, es más sigo viendo primero
intereses personales y después grupos políticos que se apropian de esos
intereses.
El miedo
que todos ellos tienen a perder el poder los hace ser entre idiotas y superhéroes,
pero no los presenta como verdaderos políticos sino como bandoleros.
SALUD
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