Así lo dijo: "Envío un saludo especial al pueblo mexicano
que sufre la desaparición de sus estudiantes y por tantos problemas parecidos,
que nuestro corazón de hermanos esté cerca de ellos, orando en este momento"
pues bien que oren, que lloren y hasta que sigan chorando (hasta que el pueblo
los aguante)
Ya hay graves símbolos de cansancio popular, ya hay también emisores
de estupidez (que se les da de manera natural) como un desplegado insertado por
la clase empresarial (Consejo Coordinador Empresarial) mexicana en la que pide
(sin orar) un nuevo pacto, para “acabar de hacer lo que requiere México”
SALUD
Ese texto acaba diciendo: "México nos exige un esfuerzo de
ésta magnitud, comprometámonos todos por un Pacto para el Fortalecimiento del
estado mexicano" aunque ellos ven ese fortalecimiento en relación
directa con su capacidad de seguir explotando al pueblo y reproduciendo su
capital, para ellos México es suyo y los mexicanos algo que hay que mantener en
niveles de supervivencia para garantizar sus niveles de utilidad.
Entre la oración de Francisco y la exigencia del CCE, sólo
hay una diferencia, el primero la hace desde lejos, ajeno al verdadero
sufrimiento nacional y los segundos los hacen desde aquí, enterado del nivel de
presión social que se vive de manera cotidiana en las calles, en las plazas
públicas, en las comunidades y en las ciudades.
Ambos “piden” por la preservación de sus
privilegios, por el mantenimiento del estatus que esta sociedad le dio en algún
momento a ambos estamentos ya la sociedad ahora mantiene severas reservas
respecto de la religión (de las iglesias en general) y desde hace mucho tiempo
han señalado a los “empresarios” como los verdaderos causantes de los niveles
de miseria que enfrentan amplias capas poblacionales nacionales.
El siguiente estrato de apestados y quizá el más detestado
por los grupos poblacionales en México son los políticos, que an perdido todo
tipo de credibilidad, así que la “exigencia” del CCE que sólo se puede
poner en marcha gracias a la voluntad de estos, está absolutamente muerto por
la forma de chorar (no es un error) de nuestra clase política, de los
empresarios y de la iglesia católica; ellos se han encargado de alimentar su
propio descrédito.
El último nivel jerárquico de esa cadena de abusos hacia los
mexicanos (aunque es parte del “empresariado” nacional) se cuece
aparte, los medios esos poderosísimos intereses detrás de la comunicación, han
pasado a ser depositarios de la ira colectiva y ahora mantienen un perfil
también reactivo ante los niveles manifiestos de rebeldía de amplias capas
poblacionales.
Todos ellos si deben ponerse a rezar para que la ira popular
(no por la desaparición de 43 estudiantes normalistas) resultante de los
niveles de injusticia, alimentada por la violencia institucional contra todo
tipo de organización social y sustentada por la inmensa impunidad que entre
ellos se proveen; no llegue a niveles de revuelta. SALUD
Hoy México y algunos grupos de mexicanos ya cuentan con una
incipiente capacidad de organización para manifestar su inconformidad, pero aun
falta algo y parece que poco a poco aparece de manera más clara una capacidad
de alineación en el objetivo.
Pues bien, una vez definida la necesidad de hacer (impulsar
o generar) un cambio, es hora de mostrar que si contamos con un proyecto
alterno de nación y que ellos sigan rezando y exigiendo.
Hasta la victoria.
Hasta la victoria.
SALUD
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