La publicación de una “conversación” telefónica entre Peña y Trump (que ya había sido difundida hace algunos meses), muestra,
pese a lo que se quiera decir, el inmenso desprecio del “mandatario”
estadounidense por México, por los mexicanos y por las “instituciones”
mexicanas; muestra de cuerpo entero el vilipendio de él y de gran parte de las
estructuras gubernamentales norteamericanas hacia nuestro pueblo y nuestra soberanía.
En el texto hay tres momentos en que Trump trata de manera despectiva a México y a sus instituciones,
cuando envilece o menosprecia
al Ejército (que pese a todo ha mantenido niveles de aprobación muy por arriba
de otras figuras públicas nacionales); cuando le “comunica” a peñajo
algo así como: “quiero
que seas tan popular que tu pueblo te aclame” y, cuando de manera
directa le increpa a Peña respecto
de cómo debe tratar el tema del pago del muro.
Dejando de lado la conversación y pasando a la
interpretación que los “analistas” dan, den o intentan dar a
la misma, me llama la atención como cada uno acomoda la o las partes de la
transcripción, a manera de decirnos lo bien o lo mal que le fue a Peña; pero poco nos dicen del trato que
Trump dio a México y a sus “instituciones”
Ya en mayo, Andrés Oppenheimer
en un artículo publicado en
Miami Herald, muestra su natural preocupación, que además parece ser
compartida (en ese artículo) por Jorge Castañeda
y por otras personalidades desde entonces; pues resulta inobjetable que la
relación de aprobación de Peña
respecto de las actitudes groseras, insolentes y hasta despectivas de Trump han sido inversamente
proporcionales a sus niveles de popularidad.
También resulta irrefutable que ante los eventos locales de
corrupción e impunidad y la incapacidad de las estructuras procuradoras y administradoras
de justicia muestran para castigar a los culpables y la indolencia de las
estructuras administrativas federales para hacer su trabajo; los niveles de
desencanto, de alejamiento y hasta de encabronamiento poblacional han aumentado
de manera constante y sistemática.
Pero a ello hay que agregar la “extradición” de Guzmán Loera y la “entrega” del “minilic”
a la autoridad federal norteamericana, que hace tratos, que obtiene información
a cambio de condenas, que procesa información para su beneficio y que seguramente
ya está conjuntando los expedientes de connivencia entre las estructuras
criminales (ilegales y legales) para hacer frente a los embates que vienen en
las negociaciones comerciales.
Pues hay que recordar que, entre los improperios y
denuestos realizados por Trump en
campaña, lanzó aquella frase en la que señalaba que la corrupción de las
estructuras gubernamentales mexicanas, propiciaban por una parte la migración y
por otra la pérdida de interés empresarial y los aumentos de costos inherentes a
los norteamericanos.
Trump tiene
claro que la relación con México, con una estructura gubernamental podrida, con
un gobierno corrupto e indolente, es mucho poco productiva y ya está apostando
al resquebrajamiento de ella.
Para Oppenheimer
como para otros muchos “analistas” el acenso en la
preferencia electoral de López Obrador,
es un efecto directo de las injurias y agresiones de Trump a México y los mexicanos; pocos de nuestros aguzados analistas,
han considerado la posibilidad de que parte de las estructuras gubernamentales
norteamericanas estimen que un cambio de régimen, que ventilar o renovar parte
de las estructuras caducas nacionales puede favorecer la relación México-norteamericana.
Una relación no influenciada por viejos vicios, puede
generar una nueva capacidad de negociación, puede propiciar la posibilidad de mayor
crecimiento económico e intercambio comercial más equitativo; en fin quizá el anquilosamiento
del régimen político mexicano ha generado tantos vicios y recovecos que ya
resulta poco útil a las estructuras de poder norteamericano.
Pues algo que queda claro es que Trump desprecia a México,
a los mexicanos (que no han hecho algo por cambiar su país) y a las
instituciones que mantienen el estatus.
SALUD
Te recomiendo:
No hay comentarios:
Publicar un comentario