Tras el devastador informe presentado por la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), respecto de la permanente y
reiterada violación de los derechos humanos a migrantes centroamericanos por
parte de las “instituciones” encargadas de “salvaguardar” su integridad y de
otros cuerpos policiacos locales y federales, el gobierno federal se
comprometió a promover políticas que: “brinden la oportunidad a quienes intentan
migrar, de permanecer en sus países de origen” SALUD
Como si México estuviera en posibilidad de asegurar que los
migrantes costarricenses o nicaragüenses
pudieran permanecer en sus países de origen, cuando expulsa más de 20 mil
mexicanos al año, mexicanos a los que no da la oportunidad de permanecer en
México, mexicanos que huyen buscando trabajo e ingresos para garantizar la
supervivencia, mexicanos que arriesgan su vida por un mejor futuro, que aquí NO
existe. SALUD
El Estado mexicano se comprometió “a facilitar que los flujos
regulares, provenientes de Centroamérica tengan la protección de sus derechos
humanos y a permitir la atención a grupos en situación de particular
vulnerabilidad” SALUD
Sólo basta voltear a ver cientos de comunidades indígenas de
nuestro país (que tienen 500 años en situación de vulnerabilidad) para saber el
alcance de tan “comprometida” PROMESA.
Así la cancillería en voz de Mercedes del Carmen Guillén Vicente (SALUD diría su peculiar pariente) destacó: “el Programa Especial de Migración
2014-2018 y el Programa Frontera Sur recientemente anunciados, como parte del
esfuerzo y trabajo que realiza el Gobierno de México para enfrentar estos
desafíos” por cierto ambos llenos de buenas intenciones y falsas
promesas, como casi todos los “programas” de la actual
administración. SALUD
La política migratoria de México hace años (MUCHOS) se
convirtió en parte de la política de terror contra migrantes centroamericanos
que sólo ve en ellos una mezcla de dinero y dinero, el INM lejos de cumplir con
sus encomiendas se dedica a extorsionar, secuestrar y entregar migrantes a
bandas delincuenciales .
En ese nido de ratas la moneda de cambio es impunidad y
transacción, ahí no hay capacidad de “cambiar” la política migratoria.
México hace muchos años ha asumido una posición abyecta
respecto de nuestro vecino del norte y lejos de exigirle al gobierno norteamericano
que atienda la situación, se limita a hacer pronunciamientos ABSURDOS.
El de hoy no es más que una nueva muestra de la incapacidad
de la política exterior para responsabilizar a quién es el verdadero
responsable de la situación.
SALUD
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