Hace unos meses, una pipa de gas transitando a velocidad
inmoderada, salió de la carretera México-Pachuca y explotó sobre una cantidad
indeterminada de casas, entonces se mostró por un lado la inaplicabilidad de la
ley y por otro la corrupción que durante la “ampliación” de esa vía
carretera se había dado, hoy, creo que ni el conductor de la pipa está en la cárcel,
menos los funcionarios públicos responsables de hacer valer el derecho de vía
en carreteras federales.
Esta mañana en Cuajimalpa, en un centro hospitalario, a la
hora de mayor concentración de pacientes que esperan ser atendidos, una pipa de
gas estaba cargando combustible, sólo por curiosidad habrá que revisar los “protocolos”
de seguridad en esa actividad, pero al margen de ello, dicen que esa gasera (aunque
no hay muchas y todas son casi lo mismo) ya ha presentado otros siniestros y
que no hay autoridad alguna que se encargue de el asunto.
Quisiera platicarles una anécdota: hace unos años (antes de
que calzada Vallejo fuese recubierta de concreto) una pipa venía ingresando al
DF como a las 5:20 de la mañana, a una velocidad muy por arriba de lo que
seguramente tienen permitido circular, zigzagueando y frenando con un claro
recargón hacía la derecha; en dos semáforos seguidos nos tocó estar juntos y en
el segundo le pregunté al conductor si había notado el problema en su frenado;
la respuesta fue “a usted que le importa”
Esos vehículos cargados de sustancias inflamables, tóxicas y
peligrosas, circulan diariamente en toda la ciudad de México y área Metropolitana,
sin regulación alguna; los conductores de esas unidades no cuentan con capacitación
alguna respecto de cuidados en la conducción y mchas de las unidades son
verdaderas carcachas.
Dicen que ésta en particular tenía una fuga en la manguera y
que los operadores uno fue a desayunar mientras se cargaba el tanque del centro
hospitalario; que la concentración del gas que se escapó llegó a niveles que
podían percibirse el olor a tres calles de distancia; también dicen que el contrato
de el GDF con esa gasera viene desde 2007 y que (por alguna razón) durará hasta
2017.
Escuche también que ese contrato en por cantidades fijas de
gas en periodos fijos de tiempo, lo que es a todas luces una irregularidad en
la adquisición de combustibles, pues los centros hospitalarios no tienen un
consumo fijo.
En fin todo lo anterior sólo parecen ser especulaciones de
gente que no tiene la menor idea de lo que es administrar pero son temas a
debatirse respecto del uso de facultades en la contratación y en la
reglamentación de la circulación de esas unidades de transporte por un centro
urbano de esta magnitud; ya volví a escuchar “caiga quien caiga”, “tope donde
tope”, “todo el peso de la ley” parece que el guión es muy socorrido.
Una historia de horror que se repite de manera cotidiana,
hoy una tragedia que enluta hogares, nuevamente los hogares de las personas más
humildes de la ciudad, de los que acuden a esos centros hospitalarios por
carecer de seguridad social.
Parece que no hay remedio, que estamos codenados a que no se
aplique la reglamentación, a que se siga usando el presupuesto público de
manera discrecional y que ssean los más pobres los que paguen con sus recursos
y su vida. Una historia de horror.
SALUD
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